Fortnite, el motivo de al menos 200 divorcios

Fortnite, el motivo de al menos 200 divorcios

Carlos González

Que Fortnite es el videojuego de moda, es algo que todos sabemos. Que hay personas adictas, tampoco deja mucho lugar a dudas. Y aunque ni mucho menos es el único videojuego con usuarios adictos, y que haya podido provocar discusiones de pareja, lo cierto es que el ‘fenómeno Fortnite’ es especialmente llamativo. Según una compañía, que presta su servicio online para ayudar a parejas –infelices- a presentar una demanda de divorcio, el videojuego en cuestión se ha citado en al menos 200 divorcios en lo que va de año.

La adicción a Fortnite no solo está presente entre adolescentes, ni mucho menos. Es uno de los videojuegos más adictivos jamás jugados, y según este servicio online está afectando a relaciones y matrimonios. Tanto es así que se ha colado en la lista de los motivos más comunes por los que se solicita el divorcio, junto a la adicción a las drogas y el alcohol. ¿El problema es del videojuego, o de Epic Games? Evidentemente no, ni muchísimo menos. Pero sí es llamativo que un videojuego pueda llegar a provocar un divorcio por la incapacidad para controlar las horas de juego.

Los videojuegos se cuelan en los motivos más habituales de divorcio, junto a las drogas y el alcohol

Según comentan, más allá de que Fortnite se haya convertido en uno de los motivos de divorcio más habituales durante este año, la ‘revolución digital’ ha introducido nuevas adicciones que provocan problemas en las relaciones sentimentales. La pornografía, los videojuegos o las redes sociales son objeto de adicción para cada vez más personas. Aun así, este tipo de motivos por los que se solicita el divorcio, para la compañía que ha comunicado el curioso dato, sigue representando solo un 5% de las más de 4.600 solicitudes desde comienzos de este año.

Y en este momento Fortnite está en ‘horas bajas’, pero de nuevo se producirá un repunte en los próximos días por la llegada de la sexta temporada y, con ella, el nuevo pase de batalla. El problema no es jugar videojuegos, como algunos intentan siempre exponer, sino el juego sin control. Así que el problema es de las personas que juegan, o de cómo lo hacen.