Sí, lo habitual es que el mismo PC se use para mismas funciones. Así que trabajo o estudios pueden coincidir con el entorno de ‘gaming’ dentro del mismo ordenador, y realmente no es lo que más nos conviene. Por un lado, no nos interesa por cuestiones de seguridad, en tanto que el trabajo o los estudios deberían estar más ‘protegidos’, probablemente, que el entorno de videojuegos. Pero, además, desde el otro punto de vista, si queremos lograr el máximo rendimiento, tampoco deberíamos unirlo todo bajo el mismo ordenador –de la forma regular-.
Cada vez es más raro que en una casa haya un ordenador –desgraciadamente-, y más aún, que se usen ordenadores diferentes para ‘gaming’ y productividad. Tampoco es que sea necesario, ni mucho menos, pero sí deberíamos saber que juntar ‘gaming’ y productividad no es la mejor idea, para ninguno de los dos campos. Te explicamos por qué y qué deberías hacer.
Tu trabajo o tus estudios con la máxima seguridad
Mantener tu entorno de productividad seguro, ya sea de trabajo o estudios, es crucial. Y para ello, qué mejor que limitar un entorno, por ejemplo, a utilidades de ofimática. Si sólo necesitas tu suite de ofimática, Internet y Photoshop –por ejemplo-, mejor que estos programas trabajen de forma aislada frente a programas, por ejemplo, de P2P. De esta forma nos ahorraremos potenciales problemas de malware, entre otros, y tendremos el sistema más limpio y organizado.
Tus videojuegos con el máximo rendimiento
Y si quieres el máximo rendimiento cuando vas a ejecutar tus videojuegos, tampoco es conveniente que haya abiertos en segundo plano algunos de esos programas de productividad que no vas a utilizar. Para ello, qué mejor que tener un entorno aislado para videojuegos, que te permita tener el máximo posible –disponible- de CPU, GPU y ancho de banda de Internet, por ejemplo, así como de la velocidad del disco duro. También puedes jugar a webs de palabras cruzadas que son menos exigentes para el ordenador.
La configuración ideal para un ordenador ‘todoterreno’
Para conseguir lo que te proponía, sí, lo mejor es hacer particiones. Con esto puedes tener un entorno aislado para productividad y otro para videojuegos, que mantenga segura una parte y a pleno rendimiento la otra. No sólo eso, sino que además nos permite jugar con la configuración de los componentes de hardware, o incluso del software. Por ejemplo, usar Windows 10 en la partición de productividad, y sin embargo utilizar Windows 7 o Windows 8 en el entorno de ‘gaming’. ¿Y qué hay si, por ejemplo, me dedico a la programación? Quizá te interese una partición de Linux.
La cuestión es que las particiones te pueden ayudar a hacer barreras más contundentes entre diferentes áreas de trabajo con el ordenador. Sencillamente, por ejemplo, que no esté el entorno laboral ‘taladrándote’ por Slack, correo electrónico y similares mientras estás sumergido en una partida online. Y por supuesto, todas las ventajas que comentábamos anteriormente.