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Hoy en día tenemos decenas e incluso cientos de cuentas de usuario en diversos servicios web, y recordar la contraseña de todas ellas puede resultar una tarea complicada, a no ser que utilices gestores de contraseña o las almacenes en tu cuenta de Google. Es por ello que llevan un tiempo implantándose los sensores biométricos en nuestros dispositivos, como los lectores de huella o los escáneres de iris.
Este sistema, desarrollado por investigadores de la Universidad de Washington, utiliza campos magnéticos para transmitir la información a través del cuerpo, siendo así una alternativa más segura que mandar este tipo de información a través del Bluetooth o Wi-Fi, ya que para que un hacker pudiera hacerse con esta información, tendría que estar tocando físicamente a la persona.
Un ejemplo de este tipo de utilización sería un cerrojo electrónico. Poniendo la mano en el pomo de la puerta, y poniendo la huella dactilar en el lector de nuestro teléfono, las credenciales de acceso se transmitirían a través de nuestro cuerpo, sin que en ningún momento esa información esté viajando por el aire.
¿Cómo se puede transmitir por el cuerpo y no por el aire?
Gracias a unas señales de baja frecuencia de entre 2 y 10 MHz, que se generan por el lector de huellas del teléfono, éste puede localizar la posición del dedo en el espacio y leer las muescas y pliegues de las huellas. La baja frecuencia de estas señales impide que viajen por el aire, pero por donde sí se transmiten bien es por el cuerpo humano.
Los investigadores han conseguido convertir estas señales de forma que éstas transmitan datos de verificación de identidad desde el teléfono al receptor a través del cuerpo. De esta manera, el lector de huellas se convierte en un emisor de información, mientras que hasta ahora sólo había sido utilizado como un dispositivo en el que se introducía información.
En las pruebas se ha comprobado que el sistema funciona con los iPhone actuales, ratones táctiles de los portátiles Lenovo, y ratones capacitivos táctiles de Adafruit, con velocidades de transmisión de 50 bps en los touchpads y de 25 bps en los lectores de huellas de los teléfonos.
Las señales se mandaron a través de 10 personas de diferente peso, estatura y complexión, dando igual si se movían, si estaban sentados, de pie o durmiendo. Los receptores pueden incluso transmitir la señal en una pierna, en el pecho, en las manos. Básicamente, desde cualquier parte del cuerpo se puede mandar la información.
Usos médicos
Además de para la identificación segura, los investigadores afirman que esto podría tener usos médicos para crear monitores continuos de glucosa o bombas de insulina, con el fin de que la información no se transmita por el aire y se evita que se puedan hackear estos dispositivos, poniendo en riesgo la salud de los usuarios, ya que no se transmite ninguna información por el aire. Además, se pueden conseguir mayores velocidades de transmisión si los fabricantes abren el software de sus sensores a los desarrolladores.