Las redes WiFi actuales utilizan un sistema llamado MIMO para permitir que haya varios usuarios conectados a la vez al mismo router. Este sistema permite utilizar cada una de las antenas de un router para un dispositivo en concreto, evitando así posibles pérdidas de paquetes en la red, y proporcionando más velocidad a los usuarios que están conectados.
Investigadores del MIT han desarrollado un nuevo sistema al que han bautizado como MegaMIMO 2.0, el cuál va un paso más allá, y permite utilizar varias antenas de varios routers a la vez, lo cual ha sido la mayor dificultad que han tenido los investigadores para desarrollar este sistema.
Este sistema permite transmitir datos tres veces más rápido que los sistemas actuales, y con distancias que duplican el alcance de las actuales. Esto se consigue coordinando varios puntos de acceso (en este caso, routers) trabajando a la vez en la misma frecuencia sin crear interferencias. Esta mejora permitirá tener mejores conexiones inalámbricas en eventos masificados como conciertos o partidos de fútbol, así como oficinas atestadas de gente.
Funcionamiento
La clave del funcionamiento de este sistema es la sincronización entre los distintos puntos de acceso. En la actualidad, si pones más transmisores, éstos acaban teniendo interferencias entre sí, debido a que el espectro en el que operan es escaso y finito. Es algo similar a lo que ocurre con la radio, en las que, si dos cadenas operan en la misma frecuencia, generan interferencias y no se puede escuchar ninguna de las dos correctamente.
El sistema que han desarrollado incluye algoritmos de procesamiento de señal que permiten que haya varios transmisores independientes enviando datos en el mismo espectro a varios receptores sin que éstos interfieran entre sí.
Para comprobar su funcionamiento, montaron cuatro portátiles encima de cuatro Roombas moviéndose por una habitación. En este experimento en concreto, consiguieron aumentar la velocidad de transferencia en un 330% con respecto a los routers convencionales.
Futuros usos
Los investigadores esperan que este sistema empiece a comercializarse el año que viene, y no sólo las redes WiFi se beneficiarán de él, sino que esta innovación es aplicable a redes de datos móviles. De cara a futuros experimentos, van a intentar coordinar más de una treintena de routers para conseguir velocidades de transferencia aún mayores.