El Diario de Ana Frank o como el enrevesado Copyright evita el acceso a una obra libre

El Diario de Ana Frank o como el enrevesado Copyright evita el acceso a una obra libre

David Valero

Han pasado más de 70 años desde que murió Ana Frank, la niña judía que dejó escritas sus memorias en tres diarios relatando los años de ocultamiento de los nazis. Ese tiempo es el que marca la ley europea de Copyright para que tras la muerte del autor, la obra pase a ser de dominio público, de forma que todo el mundo pueda acceder a ella. No obstante, la limitación en el acceso a contenidos digitales de otros países impide en la actualidad que se pueda acceder a esta obra desde España.

En marzo de 1945 fallecía Ana Frank y no ha sido hasta el pasado año al cumplirse más de 70 años desde entonces, cuando deberían haber acabado los derechos de autor en Europa que recaen sobre El diario de Ana Frank. Esto permitiría en un primer momento poder acceder libremente a esta popular obra, ya que los derechos de explotación han acabado y se ha pasado a un dominio público. Pero la legislación actual no permite que todos los ciudadanos de la Unión Europea ejerzan este derecho.

En países como Polonia se ha puesto a disposición de cualquier lector estos tres diarios escritos por la joven judía, pero por desgracia, si tratamos de tener acceso a esta obra desde otro país (como España) la legislación europea impide compartir dicho contenido. El motivo es el polémico geobloqueo al cual la Unión Europea debe poner fin próximamente. Además la obra de Ana Frank se divide en tres ediciones diferenciadas entre sí, la primera recogiendo las anotaciones en el diario, la segunda  es una novelización del diario que esperaba ser publicada tras la guerra,  y la tercera es del propio Otto Frank, padre de Anna que vio la luz en 1947.

edicion libro diario ana frank

Las distintas versiones de El Diario de Ana Frank  y el copyright en Europa

Con el Mercado Único Digital, Bruselas quiere acabar con el problema del copyright, que no solo afecta a obras literarias digitales que estén a disposición del público, sino también eliminar los vetos a la adquisición transfronteriza de contenido digital como películas o series en videoclubs online tipo Netflix desde otros países.

Actualmente al abandonar el país de origen, este contenido queda vetado y esto es justamente lo que ocurre en el caso de Ana Frank. Pero lo enrevesado del libro es que en ciertos países como Holanda, las dos primeras versiones estarían protegidas hasta el 2036, ya que fueron publicadas en 1987 por primer vez, mientras que la Fundación Ana Frank reclama que el padre de Ana sería coautor de la tercera y en caso de obtener la razón e los tribunales, los derechos de autor se mantendrían hasta el 2051.

Sin la modernización de la ley del copyright, podemos estar ante muchos años de espera para que finalmente obras como el Diario de Ana Frank sean de dominio público en toda la Unión Europea. Y esto es algo necesario y casi obligatorio en obras de esta magnitud, ya que forman parte del patrimonio cultural de todo el Viejo Continente.