Una nueva tecnología permite crear baterías de ion litio funcionales durante 20 años, permitiendo 10.000 ciclos de carga y la capacidad de cargarlas al 70% en tan solo 2 minutos. Los avances en este campo se suceden debido a la importancia de ofrecer al consumidor productos más duraderos y de mayor calidad.
El desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías que permitan crear baterías más duraderas y potentes es uno de los campos donde mayores avances y proyectos de investigación se han registrado en los últimos tiempos. En prácticamente todo el planeta se intenta dar con la gallina de los huevos de oro, una tecnología que permita recargar las baterías de los smartphones, tabletas u ordenadores portátiles en menos tiempo y a la vez que proporcionen una mayor autonomía.
Los fabricantes de dispositivos que montan estas baterías, saben de la importancia de ofrecer al usuario un hardware que incluya una fuente de potencia que les permita hacer un mayor uso del producto durante más horas. Y de confirmarse el nuevo avance descubierto por los investigadores de la Nanyang Technology University, aumentar exponencialmente los ciclos de carga de las baterías estaría más cerca de lo que realmente imaginamos.
Las pruebas llevadas a cabo hasta la fecha han permitido al equipo de esta universidad contrastar que sustituyendo el grafito que actualmente se usa en el ánodo de las baterías, por unos nanotubos elaborados a partir de dióxido de titanio, la vida de estas unidades podría alargarse de forma sorprendente hasta los 10.000 ciclos de carga, lo que significaría una vida útil de 20 años, según han estimado los responsables del proyecto. Actualmente, las baterías cuentan con un número limitado de cargas que se sitúa en término medio en los 500 ciclos, algo que sería sobrepasado de forma clara gracias a la nueva tecnología aplicable en baterías de multitud de dispositivos electrónicos. Estas nuevas baterías de ion litio no limitarían sus ventajas a un mayor tiempo “vital”, ya que también permitirían combinarse con procesos de carga rápida que les permitirían renovar sus niveles de energía en un 70% de su capacidad en tan solo dos minutos de tiempo, algo que presenta un escenario interesante de cara por ejemplo a la aplicación en la industria del automóvil eléctrico.
Baterías más longevas y más baratas
Por último, el uso de nanotubos de titanio supone también mejoras en cuanto al abaratamiento de costes de fabricación, algo que la industria valora en alta estima debido a la necesidad de ajustar el producto final con un precio de venta atractivo para el consumidor. Si bien es cierto, que los avances tecnológicos en campos como el de la telefonía móvil o el de los ordenadores hacen que ofrecer una vida útil tan longeva para un componente como puede ser la batería, pueda suponer problemas de obsolescencia, el avance sí que resulta muy útil en el caso de dispositivos que no requieren ser cambiados en muchos años y que pueden mantenerse durante más tiempo sin necesidad de que sus baterías sean reemplazadas por un uso excesivo. Lo único malo es que por el momento como ocurre en muchos de estos proyectos, toca esperar para conocer más detalles acerca del desarrollo comercial de esta prometedora tecnología.