Una importante cantidad de las páginas web que visitamos a diario está completa de anuncios pop up que inundan nuestro navegador web de páginas y más páginas emergentes. Su creador, Ethan Zuckerman, asegura que sus intenciones eran buenas y se arrepiente de lo que ha originado.
Los anuncios pop up, como todos sabemos, son ventanas emergentes que se lanzan de forma automática al acceder a una página web, o bien al pulsar sobre uno de los enlaces de la misma. Cuando se usan de forma desmedida acabamos con un navegador lleno de pestañas o ventanas con anuncios y, cuidado, porque muchos de estos anuncios se encargan de instalar software malicioso en nuestros ordenadores mientras trabajan en segundo plano. No obstante, los navegadores web han evolucionado y cada vez cuesta más, por parte de los programadores de estos anuncios emergentes, hacer lanzar de forma automatizada sus incómodos anuncios pop up.
¿Cómo nacieron los anuncios «pop up»?
Según ha explicado Ethan Zuckerman, que en aquellos momentos -en los años noventa- trabajaba como diseñador y programador para el servicio de alojamiento web en Tripod.com, todo surgió como un problema para aquellos con quienes se contrataba publicidad. Una página web con una imagen de marca sólida y elegante no podía permitirse mostrar banners con anuncios de sexo. Pero, ¿qué pasaría si estos anuncios no estuviesen en la propia página web, sino en una nueva ventana que se lanzase de forma automática? -pensó Zuckerman-. Así, como resultado, tuvo lugar por su parte la programación del primer anuncio emergente, los denominados «pop up».
Tras aproximadamente 20 años desde que naciesen este tipo de anuncios emergentes, los «pop up ads», se han convertido en una de las herramientas más odiadas de Internet y las principales páginas web evitan a toda costa este tipo de publicidad. No obstante, siguen estando presentes, y bien presentes, especialmente en páginas web de descargas y otro tipo de contenidos, la gran mayoría «contenido adulto». Como adelantábamos, ya no solo suponen un tipo de publicidad incómoda para el que navega por la red, sino que además la gran mayoría de ellos trabajan con sistemas de instalación de software malicioso que, en caso de dejar la ventana o pestaña abierta, pueden acabar infectando nuestro ordenador.