El término WiFi viene de ‘Wireless Fidelity’ que en español significa ‘fidelidad inalámbrica’. Es una tecnología de transmisión de datos inalámbrica utilizada para Internet –principalmente- y que se basa en el estándar IEEE 802.11. Pero ¿qué es realmente y cómo funciona? En la mayoría de los casos se utiliza en el ámbito doméstico, para la conexión de dispositivos a redes de área local sin cables, pero ni mucho menos es la única aplicación práctica posible. Los detalles sobre su funcionamiento son mucho más complejos e interesantes de lo que a priori podría parecer y, por eso, queremos explicártelo.
Siempre que sea posible, lo más conveniente es conectarse a Internet por cable. Es la mayor garantía de velocidad y estabilidad; sin embargo, hay en casos en los que únicamente la conexión WiFi es posible. Su ventaja está precisamente ahí, en que el WiFi puede llegar donde no llega la conexión cableada, igual que ocurre con las redes móviles en relación con la infraestructura de banda ancha por fibra óptica. Además, en términos de coste de instalación es también más económico que una red cableada.
En las siguientes líneas, entraremos a detalle de esta pequeña introducción que hemos hecho a la definición del WiFi. Asimismo, hablaremos de la evolución de este tipo de conectividad, desde sus inicios hasta la actualidad, de sus ventajas e inconvenientes y de cómo podemos mejorar su señal en casa. También entraremos de lleno en las preocupaciones sobre los supuestos problemas de salud que puede ocasionar y mucho más.
¿Qué es WiFi y cómo funciona?
El WiFi es una tecnología que permite la conexión inalámbrica entre dispositivos electrónicos, ordenadores, smartphones, tablets, televisores, videoconsolas, etc. En realidad, Wi-Fi es una marca de Wi-Fi Alliance o Alianza Wi-Fi, la organización que promueve dicha tecnología y que se encarga de certificar todos los productos que se ajustan a las normas establecidas de interoperabilidad.
Dicha conectividad se basa en ondas de radio. Es decir, las redes WiFi transmiten la información por el aire usando ondas radiofónicas. Ahora bien, las frecuencias que se utilizan para esta tecnología de conectividad inalámbrica son distintas, concretamente 2,4 GHz hasta el estándar 802.11 n y 5 GHz en 802.11 ac. Aunque los 5 GHz proporcionan unas prestaciones superiores, se utilizan ambas frecuencias. De hecho, en los equipos más modernos, se combina la transferencia de datos por ambas bandas.
Por lo tanto, cuando vamos a descargar un archivo o solicitamos cierta información a través de una red WiFi, nuestro router recibe los datos de Internet a través de nuestra conexión y, posteriormente, los convierte en ondas de radio. De esta manera, el router las emite y el dispositivo inalámbrico que ha solicitado la descarga de ese archivo o información, las captura y decodifica.
No osbtante, estas ondas pueden ser interrumpidas por ciertas interferencias causadas por otras redes WiFi o por diferentes aparatos electrónicos (microondas, neveras, televisores o teléfonos inalámbricos). De ahí que se insista siempre en analizar bien dónde vamos a colocar nuestro router en casa. para tener la mejor conexión inalámbrica posible y evitar ciertas interferencias.
Los dos componentes del WiFi
En una conexión WiFi, tenemos, por un lado, un adaptador inalámbrico en un ordenador –u otro dispositivo-, que traduce los datos en forma de señal de radio. Después, los transmite ‘por el aire’ a través de una antena. Por el otro lado, contamos con un router inalámbrico, que se encarga de recibir la señal y descondificarla. Una vez hecho esto, por una conexión física, por cable, a través de Ethernet, envía la información a través de Internet a otros servidores.
Todo este proceso ocurre exactamente igual, pero al revés, cuando es el ‘cliente’ el que tiene que recibir información desde Internet. El router inalámbrico recibe datos que traduce en señal de radio y envía al adaptador inalámbrico. Todo esto puede ocurrir en 2,4 o 5 GHz, como comentábamos anteriormente, y sobre los estándares 802.11 a/b/g/n/ac.
Existe retrocompatibilidad entre estándares de adaptadores y puntos de acceso. En las últimas especificaciones, se puede transmitir de forma simultánea en dos bandas para una mayor velocidad en la transferencia de datos.
Estándares que certifica la Alianza Wi-Fi
Existen diversos tipos de WiFi basados en un estándar IEE 802.11. que certifica la propia Alianza y que consta de una serie de normas inalámbricas creadas por el Instituto de Ingenieros y Electrónicos (IEEE). Entre los estándares más importantes, caben destacar:
- IEE 802.11: estándar base para las comunicaciones de redes inalámbricas. De finales de los años 90 y permitió transferir datos a 1 Mbps.
- IEE 802.11a: nació en 1999 y opera sobre la banda de frecuencias de 5 GHz, con una velocidad máxima de 54 Mbps. Seguía teniendo un problema con la excesiva atenuación en el aire debido a la banda en la que operaba.
- IEE 802.11b: operaba en la banda de 2,4 GHz, eliminando muchas interferencias y mejorando la calidad de la señal Wi-Fi. Su velocidad de transmisión ofrecía unos teóricos 11 Mbps, pero su cobertura en interiores estaba limitada a un radio de 50 metros.
- IEEE 802.11g: en 2003 siguieron sin salir del ancho de banda de 2,4 GHz, pero llegaba a la velocidad de transmisión teórica de 54 Mbps. Mejoró su cobertura en interiores y exteriores.
- IEE 802.11n o WiFi 4: uno de los grandes puntos de inflexión en las conexiones inalámbricas gracias a la implementación de las antenas MIMO (lograban coberturas de hasta 120 m en interiores y 300 m en exteriores). Además de ser compatible con los estándares anteriores, cubría velocidades de transferencia de entre 150-600 Mbps, garantizando velocidades de conexión de 300 Mbps estables en los casos de una máxima de 600 Mbps.
- IEEE 802.11ac, WiFi 5 o WiFi Gigabit: la tecnología beamforming permitió focalizar las señales de radio, lo que aumentó el alcance de las redes inalámbricas para operar en la banda de 5 GHz. En este caso, la velocidad teórica queda fijada hasta en 1.300 Mbps.
- IEEE 802.11ah o HaLow: una seria alternativa al Bluetooth para el sector del Internet de las Cosas (IoT). Tiene un ancho de banda de 900 MHz y ayuda a aligerar el tráfico de los dispositivos conectados del hogar.
- IEE 802.11ax o WiFi 6: opera en los espectros de 2.4 y 5 GHz. Además de utilizar MIMO y MU-MIMO, introduce OFDMA para mejorar la eficiencia espectral global y el rendimiento. Es compatible con los protocolos anteriores y ofrece una velocidad máxima teórica de 10 Gbps.
- IEEE 802.11be o WiFi 7: comenzó su camino en 2021, pero el Institute of Electrical and Electronic Engineers no consiguieron acabarla hasta hace relativamente poco. Aporta un mayor rendimiento en WLAN, con unos niveles de velocidad con picos de 30 Gbps y bandas de frecuencia 2,4, 5 y 6 GHz.
Tipos de seguridad en conexiones WiFi
La seguridad del WiFi es variable, principalmente en función del cifrado que se aplique a las comunicaciones entre el router y los adaptadores inalámbricos. Existen varias opciones, y se pueden dividir entre seguras y no seguras por sus características técnicas:
- WEP (Wired Equivalent Privacy): Este tipo de cifrado nos remonta hasta el año 1999. En esa época era el más utilizado en el mundo, pero como es lógico, su uso ha ido disminuyendo con el paso de los años. En su llegada se descubrieron muchos fallos y agujeros de seguridad, lo que hizo que tuviera que ir mejorando con el paso del tiempo. Aunque los principales fallos y agujeros fuerons solucionados, lo cierto es que se trata de un cifrado poco fiable y fácil de explotar.
- WPA (WiFi Protected Access): WPA fue la respuesta a los principales fallos y vulnerabilidades de WEP. Las claves usadas por WPA son de 256 bits, a diferencia de los 128 bits usados por WEP, aunque no es la única mejora ya que incorpora la comprobación de contenidos e integridad de mensajes para evitar que puedan ser interceptados y el uso del protocolo de clave temporal TKIP, lo cual ayuda a que un router pueda ser atacado fácilmente como ocurría con WEP.
- WPA2: La principal diferencia con WPA es el uso del AES, que realiza un cifrado por bloques para permitir claves más largas y seguras y la implementación del CCMP que se trata de un protocolo mejorado de encriptación que sustituye a TKIP.
- WPA3: Incorpora el cifrado de 192 bits en vez de 129 bits, lo que hace que el cifrado sea más seguro y difícil de romper. Esto hace que sea más seguro incluso con contraseñas menos fuertes, por lo tanto, una misma clave es más vulnerable a ataques de fuerza bruta en WPA2 que en WPA3. Cuenta también con un nuevo modo de configurar y conectar a la red dispositivos sin la necesidad de que tengan pantalla ni botones físicos, etc.
Ventajas e inconvenientes de las redes WiFi
La conectividad inalámbrica está cada vez más extendida y sin duda ha hecho que nuestra vida haya cambiado completamente. Vivimos en una era tecnológica en la que vivimos conectados y eso es, en gran parte, por la gran cantidad de conexiones WiFi a las que podemos tener acceso allá donde vayamos. Sin embargo, aunque este tipo de conexiones ofrecen ciertas ventajas, también podemos encontrar con ciertos inconvenientes.
Pros del WiFi
Entre las principales ventajas que nos ofrece el WiFi, caben destacar:
- Conectividad inalámbrica: Sin duda una de las principales ventajas que nos ofrece el WiFi es que se trata de un tipo de conectividad inalámbrica. Por lo tanto, no es necesaria la conexión física por cables, por lo que evitamos tener que llenar nuestra casa u oficina de cables por todos lados.
- Comodidad: El hecho de que sea una conectividad inalámbrica no ofrece también una gran comodidad y libertad. Es decir, podremos ir de un lado para otro con nuestro ordenador, tablet o móvil y seguir conectado sin que esto suponga ningún problema. El alcance suele ser más que suficiente en la mayoría de hogares, aunque existen numerosas opciones para ampliar el alcance de una WiFi en el caso de que sea necesario.
- Coste: El no tener que hacer uso de cableado y dispositivos como hubs o similares, hace que una red WiFi tenga un coste mucho menor que las redes cableadas.
- Compatibilidad: La WiFi Alliance asegura la compatibilidad total entre dispositivos, por lo tanto, permite que podamos utilizar la tecnología WiFi con una compatibilidad total en cualquier parte del mundo.
Contras del WiFi
Ahora bien, también ofrecen ciertas desventajas o inconvenientes con respecto a las redes cableadas:
- Velocidad: En el caso de usar una conexión WiFi, existen numerosos factores que pueden afectar a la velocidad de nuestra conexión en el dispositivo utilizado para la conexión, algo que con el cable es mucho menos probable salvo que utilicemos longitudes exageradas o cables de muy baja calidad.
- Latencia: Es otro de los principales problemas con los que nos podemos encontrar en este tipo de conexiones inalámbricas. Las conexiones WiFi son más propensas a sufrir ciertos lags, sobre todo cuando queremos reproducir contenido multimedia en alta resolución en streaming o jugar online. Además, hay ciertos agentes externos que pueden afectar de esta forma negativa a nuestra conexión.
- Interferencias: Las redes WiFi pueden verse afectadas por determinadas interferencias, lo cual supondrá un menor rendimiento de las mismas. Ciertos aparatos electrónicos y electrodomésticos pueden generar ondas que interfieren con las de este tipo de redes inalámbricas, pero, además, hay ciertos elementos como muros o puertas que también pueden hacer que la señal llegue a ciertos rincones de la casa.
- Microcortes: Todo este tipo de aspectos que pueden influenciar negativamente en una red WiFi pueden provocar ciertos cortes en nuestra conexión. En determinadas ocasiones puede que no afecten a aquello que estamos realizando, pero en determinados casos puede ser un gran problema.
La seguridad del WiFi: ¿pro o contra?
¿Y la seguridad de la conexión WiFi? Esta es una duda que suele ser frecuente entre los usuarios. ¿Es la seguridad del WiFi una ventaja o un inconveniente? La respuesta no es sencilla, de ahí que no lo hayamos puesto en ninguno de los dos grupos. La seguridad de tu conexión va a depender de muchos aspectos. En principio, estarás más seguro si conectas tu equipo al router directamente con un cable de Ethernet y no con la conexión WiFi. Si tu vecino intenta entrar en tu ordenador y ver lo que estás haciendo, lo tendrá bastante complicado. Pero puede llegar a ello si, por ejemplo, tú estás conectado con cable de Ethernet y tienes la señal WiFi del router activada. En ese caso no estarías aportando mucho más nivel de seguridad.
Otra posible situación es que no estés en tu casa, sino en un hotel, en un aeropuerto o en cualquier otro lugar público. Es posible que tengas la opción de usar cable de Ethernet o WiFi y que pienses que con el cable estarás a salvo. Pero lo cierto es que no, no vas a ganar mucha más seguridad si el router al que estás conectado tiene pocas defensas. Al final, los atacantes y tú mismo estaréis en la misma red y será poco probable que haya gran diferencia, así que podrías usar la conexión WiFi sin complicarte andando con el cable de aquí para allá.
Cómo controlar cada detalle de tu WiFi
La calidad de una red WiFi depende de varios factores que, por otra parte, puede llegar a resultar complicado controlar. Las características del router, su ubicación, su orientación, la configuración de la red… todos estos factores son los que condicionan velocidad y calidad de señal, lo que en definitiva se traduce en la calidad de la conexión a Internet, y determinan hasta qué punto aprovechamos los máximos de nuestra red.
Podemos encontrar software de terceros dedicado al análisis y optimización de una red WiFi, tanto soluciones profesionales como para particulares. La imagen de arriba corresponde a TP-Link, un programa que permite configurar un mapa de calor de una red WiFi. Con él, podemos conocer con todo lujo de detalles la intensidad de señal. De esta forma, podemos diagnosticar posibles problemas y, evidentemente, solucionarlos reubicando el router, modificando la orientación de sus antenas y demás.
También permite realizar un análisis de tráfico en descarga y subida desde los diferentes puntos de acceso de una misma conexión inalámbrica. Esto garantiza la monitorización de la actividad sobre todo el acceso a Internet desde puntos sin cableado. Además, existe un panel dedicado a las estadísticas del uso del WiFi.
En la siguiente imagen, TP-Link muestra gráficas detalladas de un análisis de tráfico y clientes conectados a la red WiFi. En cualquier caso, la opción que propone TP-Link recuerda al software de Google OnHub, otra opción interesante para la administración de una red inalámbrica.
Cómo mejorar la calidad de la señal WiFi
Ahora que ya sabes cómo funciona el WiFi y cómo tener el control sobre la señal inalámbrica en tu casa, es interesante mencionar los métodos para que la calidad del servicio y la potencia de tu red WiFi tenga las mejores condiciones posibles.
Ubicación del router
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la ubicación del router porque va a ser el punto de acceso que nos ofrezca la señal principal de nuestra red WiFi. Busca un lugar lo más céntrico posible para que la señal llegue con la misma potencia a todos los puntos de la casa. El salón suele ser la mejor opción aunque dependerá de la distribución de cada casa.
Además, evita esconderlo en muebles o cerca de dispositivos electrónicos que hagan pantalla o produzcan interferencias.
Utiliza amplificadores
Una vez que has instalado el router, puede que notes que en algunos puntos, no llega con la misma potencia y experimentes cortes al navegar por Internet. Para que esto no te pase, lo más aconsejable es usar amplificadores o un PLC. Estos dispositivos reciben la señal y la amplifican en el punto en el que los has conectado. Por ejemplo, si notas que en una habitación al final del pasillo, no llega la señal, colocar un amplificador en ese punto o en el mismo pasillo puede mejorar considerablemente la calidad de la señal inalámbrica en ese punto.
¿El WiFi puede perjudicar a tu salud?
Te lo han recomendado muchas veces, lo has leído e incluso alguna vez has dudado: ¿tengo que apagar el router? ¿Dormir cerca del router puede provocarme cáncer? El WiFi es malo para la salud. Podríamos acabar estas preguntas aquí con un simple “no” pero la respuesta es mucho más compleja y conviene saber qué pasa, cuáles son los mitos más comunes, pero, sobre todo, cómo funciona el WiFi o cómo es esa radiación que quita el sueño a muchos.
¿Quién dice que es peligroso el WiFi? ¿Cuáles son los mitos más habituales que escuchamos sobre las redes inalámbricas o cuáles son los casos más llamativos que hemos conocido sobre alergias, hipersensibilidad?
Mitos más comunes
Seguro que los has escuchado muchas veces. El WiFi es malo, hay que apagar el router por la noche y sufrimos radiaciones continuas por parte de las redes inalámbricas. Ondas que también están en el mando de tu televisor cuando vas a poner un concurso, en la radio del coche al escuchar informativos o en el microondas en el que calientas la leche por las mañanas. Lo explicaremos en los próximos párrafos, pero algunos de los mitos más comunes sobre la peligrosidad del WiFi es que “emite radiación”.
Leemos continuamente que los móviles provocan cáncer y también el WiFi si estamos expuesto a nuestro router. Especialmente si eres un niño, si estás embarazada. E incluso hay personas que dicen sufrir alergias al WiFi o que sufren dolores de cabeza o ansiedad por culpa de la conexión al router.
Casos reales y campañas
Que el WiFi es malo no es simplemente una creencia popular de redes sociales que podemos ignorar, sino que hay muchas medidas que lo eliminan de nuestro día a día.
En el año 2019, se lanzó la campaña “Escuela sin WiFi” que prometía “garantizar que el alumnado de centros educativos tuviese acceso a Internet de forma segura y saludable”. Es decir, consideraban que la conexión inalámbrica era un peligro para la salud de los alumnos. ¿Lo era? No, como veremos en los próximos párrafos. Pero en el CEIP Beatriz Galindo de Salamanca consideraban que sí.
Para justificar la decisión, la institución aseguraba que la contaminación electromagnética podía afectar al alumnado y profesorado. Por ello, recomendaban la conexión por cable, que era más rápida y no tenía tantos cortes, aunque implicase aumentar el dinero invertido.
Además, algunas organizaciones han declarado incluso el día mundial sin WiFi alegando “el desconocido impacto que el uso prolongado de este sistema tiene sobre los seres vivos. En especial, sobre bebés y sobre niños y adolescentes”. Según ellos, un “riesgo silencioso que impacta en el sistema nervioso y central”.
Otro de los casos más sonados es el de la hipotética alergia al WiFi o electrosensibilidad. Esto último ha sido llegado ante la justicia. En el año 2017, una funcionaria de la Generalitat de Catalunya solicitó pensión de incapacidad permanente por la supuesta alergia. Las dolencias de esta alergia fueron desmontadas Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud en el año 2016, pero eso no impidió su demanda.
La respuesta de la OMS a esa supuesta alegria era que presentaba una “variedad de síntomas inespecíficos que los individuos atribuyen a la exposición”. Además, la organización concluía que no hay criterios de diagnóstico claro ni hay base científica para relacionar síntomas con la exposición.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
La Organización Mundial de la Salud explicaba en una publicación del año 2014 lo siguiente:
“En varios estudios se han investigado los efectos de los campos de radiofrecuencia en la actividad eléctrica cerebral, la función cognitiva, el sueño, el ritmo cardíaco y la presión arterial en voluntarios. Hasta la fecha, esos estudios parecen indicar que no hay pruebas fehacientes de que la exposición a campos de radiofrecuencia de nivel inferior a los que provocan el calentamiento de los tejidos tenga efectos perjudiciales para la salud”.
¿Tienen los teléfonos móviles efectos en la salud? A corto plazo, se recoge que no se ha podido probar una relación causal entre los campos electromagnéticos y el llamado síndrome o fenómeno de hipersensibilidad electromagnética. Sin embargo, la polémica con la OMS llega cuando en el año 2011 se habla de las radiaciones electromagnéticas como grupo 2B en cuanto a cancerígenos, ¿da cáncer el WiFi? No, la Organización Mundial de la Salud se refiere al uso prolongado de teléfonos móviles y no al uso de WiFi.
Las ondas WiFi en el espectro electromagnético
Las ondas del WiFi son ondas de radio, como las del mando a distancia o las bombillas o el microondas. Son ondas no ionizantes. Se generaliza al hablar de radiación, pero, ¿debemos asociar toda radiación o algo malo o peligroso? No. Resumiendo, la radiación que se puede considerar peligrosa es aquella que es capaz de llevar a cabo el proceso de ionización o, lo que es lo mismo, un fenómeno en el que se extraen los electrones de los átomos circundantes.
¿Y debemos estar siempre atentos para no recibir estas radiaciones ionizantes? Los seres humanos (y seres vivos en general) estamos siempre expuestos a niveles de radiación ionizante: del sol, por ejemplo. Pero niveles bajos de la misma además de otras fuentes como puede ser la energía nuclear, por ejemplo. ¿Y el WiFi? No, no se considera una radiación ionizante como tampoco las ondas del microondas, las de los teléfonos, las de las torres de radio, las de las líneas eléctricas. Tanto es así que una persona puede generar mucha más radiación que una red WiFi. Es decir, acercarte a alguien podría ser una fuente de “radiación” mayor que la conexión inalámbrica. Podemos entenderlo mejor con una simple imagen:
¿Y puede provocar enfermedades el WiFi? ¿Apagas el router por la noche? También las bombillas que utilizamos en casa emiten radiaciones no ionizantes. El microondas, la radio. De hecho, las radiaciones de las bombillas o la luz son más de 50.000 veces más energética que la conexión inalámbrica. ¿Significa esto que las bombillas pueden hacernos daño? No, tampoco.
Lo explica la Health Protectioin Agency o HPA (organismo de salud de Reino Unido) asegurando que una persona puede pasar un año en un punto de acceso WiFi y las ondas de radio recibidas durante esos doce meses serían similares a una llamada con una duración de unos veinte minutos desde el teléfono móvil. La Organización Mundial de la Salud clasifica los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como agentes carcinógenos de categoría 2B o, lo que es lo mismo, con muy bajo riesgo.
Falta de evidencia científica sobre los daños del WiFi
Son muchos los estudios que respaldan la idea de la poca peligrosidad o de la falta de evidencia científica a la hora de considerarlo un peligro tanto para adultos como para niños. Muchos países han estudiado los posibles riesgos…
El Departamento de Salud de Canadá explicaba en el año 2010, tal y como recoge un estudio del autor Francisco Vargas Marcos, que la energía de los campos de radiofrecuencia generados por los sistemas WiFi es muy baja y no está asociada con ningún problema para la salud. Para llegar a esta conclusión y valorar la exposición a estos equipos se utiliza una magnitud denominada Tasa de Absorción Específica o SAR (siglas de Specific Absortion Rate) expresada en W/ kg que permite describir la cantidad de energía que el cuerpo humano absorbe cuando se expone a emisiones de campos electromagnéticos”.
De hecho, el Gobierno de Canadá cuenta con un apartado sobre los riesgos del WiFi en su página oficial, en el apartado de salud. Las conclusiones para los habitantes son las siguientes:
“No existen riesgos para la salud por la exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia de los dispositivos Wi-Fi en su hogar, en las escuelas u otras áreas accesibles al público. Estos dispositivos deben cumplir con los estándares para garantizar que no excedan los límites de exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia. (…) No es necesario que tome medidas de precaución ya que los niveles de exposición a EMF de radiofrecuencia de Wi-Fi están muy por debajo de los límites de seguridad canadienses. Como con cualquier producto, debe operar los dispositivos Wi-Fi de acuerdo con las instrucciones del fabricante”.
Es posible que hayas visto muchas de estas campañas, declaraciones o afirmaciones sobre los daños que provoca el WiFi y, además, que muchas de ellas vayan acompañadas de bibliografía. Debemos tener en cuenta que cualquier afirmación no se vuelve cierta por ir acompañada de bibliografía o por tener estudios que respalden una idea concreta. Y ocurre exactamente esto: los estudios o la bibliografía acompañada pueden dar por cierta una parte de estas teorías, pero ¿todas? ¿Por tener un estudio es fiable?
Lo explicaba el físico y divulgador Alberto Nájera en Twitter:
Alberto Nájera 🏳️🌈 🇪🇺 🔻@najera2000¿Efectos sobre la salud de la radiación WiFi? Una nueva revisión sistemática.Spoiler: ná de ná.
Allá que voy 👇.
https://t.co/JZ4mS5pcCz
08 de septiembre, 2021 • 22:10
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Lo explicábamos también en una noticia de ADSLZone en septiembre de 2021 en la que escribíamos lo siguiente:
“La revisión es sistémica, de todos los estudios, tengan o no evidencias. Así, se evita hacer cherry picking como han hecho algunos en el pasado, como Martin Pall, en una revisión sesgada y llena de errores, donde algunos de los autores citados dijeron que el artículo era una barbaridad, por lo que la revisión por pares lo echó por tierra. Por ello, en esta revisión eligieron artículos con metodologías correctas, grupos de control, simple ciego, etc. Con ello, evitaron introducir trabajos de baja calidad. De 1.385 artículos identificados, sólo 23 cumplían los criterios adecuados. En ellos había cientos de adolescentes y niños, e incluso embarazadas o personas que se decían hipersensibles a las radiaciones electromagnéticas”
Ventajas de WiFi frente a datos móviles
La tecnología WiFi dentro del hogar nos ha permitido una versatilidad sin igual en temas de conectividad, tanto por el número de dispositivos que podemos conectar a nuestro router, como en lo referente a la movilidad que nos permite, al no utilizar cables. Y es aquí donde el WiFi sigue teniendo ventaja sobe la conexión por cable ethernet.
Pese a que sigue perdiendo por goleada en lo referente a velocidades de conexión, mucho más limitadas que las conexiones por cable, que son capaces de explotar el potencial de la fibra contratada al máximo. A pesar de esto, cada vez más usuarios usan las redes inalámbricas por su comodidad, y las cada vez mejores conexiones que ofrece tanto el WiFi 6 como las conexiones por datos de la red 5G. En este sentido, ¿por qué usamos Wifi en lugar de 5G?
Las conexiones vía WiFi se han convertido en el estándar de todos los hogares y negocios por varios motivos. El principal es que es la más fácil de implementar y la que más dispositivos tiene compatibles. Lo cual es ideal para entornos cerrados como nuestra cosa o negocio, en los que vamos a tener una gran cantidad de dispositivos conectados, como televisores, impresoras, móviles, tablets, ordenadores, etc. Además de ser más barata de mantener, y también de escalar.
Por otro lado, la tecnología 5G presenta mayor alcance y cobertura, y es la que llega donde el WiFi no. Esta tecnología se he convertido en nuestro mejor aliado fuera de casa, mejorando además sustancialmente la conexión que ofrecía la red 4G.
Aunque nos parezca raro en pleno Siglo XXI, todavía hay muchos lugares en los que no hay WiFi público, o requiere de un engorroso proceso de registro, y su navegación está muy limitada (y controlada). Eso sin tener en cuenta los medios de transporte, claro está. Ahí entra el juego la conexión por datos móviles. Por lo que podemos decir, que WiFi y 5G son dos opciones de tecnología sin cables complementarias, y que lo seguirán siendo durante mucho tiempo.
Qué es un punto de acceso WiFi
Un punto de acceso es un área con conectividad inalámbrica a través de esta tecnología. Este área o punto de acceso crea una red local inalámbrica (WLAN) a la que nos podemos conectar desde otros dispositivos.
Nuestro router es un punto de acceso WiFi, por ejemplo, siempre y cuando cuente con esta tecnología, y las redes públicas en cafeterías, aeropuertos y otros establecimientos lo son también. No obstante, una amplia variedad de adaptadores de red inalámbrica puede compartir WiFi si están conectados a otra red que les permita el acceso a Internet.
De hecho, los teléfonos inteligentes pueden aprovechar de esta manera la conectividad inalámbrica con redes móviles. Por eso, podemos compartir WiFi con Android y iPhone a través de los gigabytes de datos de nuestra tarifa de telefonía.