Son muchas las causas por las que nuestro PC puede volverse cada vez más perezoso y lento. Una de ellas es que el hardware con el que está equipado no sea suficientemente potente para mover todas nuestras aplicaciones y sistema operativo, mientras que, por otro lado, puede que las causas estén del lado del software o del propio sistema. A continuación, vamos a mostrarte algunos trucos o recomendaciones para acelerar Windows 10 y así conseguir mejorar el rendimiento de tu ordenador.
Lo difícil en esta situación en la que tu ordenador comienza a ir lento es conocer la causa que está generando el problema. Por suerte, el propio sistema operativo de Microsoft, cuenta con una herramienta que te permite generar un informe completo del rendimiento de tu equipo.
Desde el anterior enlace puedes ver cómo ejecutar dicho informe y toda la información que te facilitará. No obstante, independientemente de si el informe te da alguna pista de dónde puede estar el problema que hace que el rendimiento de tu PC haya disminuido, vamos a mostrarte a continuación algunas recomendaciones a seguir para tratar de acelerar el sistema.
Limpia tu ordenador
Hoy en día son muchos los usuarios que usan este sistema operativo de Windows que aún no conocen algunos de los mejores secretos para asegurarse de sacarle todo su potencial. También es habitual desconocer las distintas formas de aprovechar las herramientas que el sistema ofrece para mejorar de manera significativa su rendimiento. Todo ello lo vamos a ver en las siguientes líneas.
Antes de eso, es importante saber que, probablemente, tengas el ordenador lleno de basura que puede estar provocando que vaya mucho más lento de lo que debería. Por eso, debes utilizar un antivirus, vigilar los virus, limpiar los programas que no usas y evitar todo lo que no es necesario o está entorpeciendo el uso de tu ordenador.
Ojo con los virus y con los propios antivirus
Que tu PC se haya vuelto lento puede ser causa de que ha sido infectado por algún virus o malware. Por lo tanto, es recomendable pasar un antivirus al equipo para detectar y limpiar cualquier infección que pueda haber. Por defecto, Windows 10 cuenta con su propio antivirus preinstalado, Windows Defender, sin embargo, son muchos los usuarios que prefieren instalar otras herramientas de seguridad alternativas. Toda precaución es poca, pero debes saber que muchos antivirus son los responsables de que el ordenador se vuelva más perezoso debido a la cantidad de recursos que utilizan y a la necesidad de estar siempre ejecutándose en segundo plano.
Por lo tanto, aunque es recomendable pasar un antivirus para eliminar cualquier amenaza o malware que esté haciendo que tu PC vaya más lento, es importante valorar el hecho de quedarnos simplemente con Windows Defender como herramienta de seguridad. Como alternativa, lo que podrías hacer sería buscar un antivirus que no ralentice demasiado el equipo.
En cualquier caso, si Windows Defender no te convence o te parece insuficiente, no es necesario que te quedes sin antivirus. Simplemente tienes que elegir uno que no consuma demasiados recursos. Por suerte, actualmente hay una amplia oferta de estos programas. Algunos de los que menos ralentizan la CPU son, por ejemplo: Kaspersky, F-Secure, Sophos, ESET, Avast!, Panda en su versión gratuita, o BitDefender. Aunque hay muchos más, lo ideal es que pruebes los gratuitos y decidas así el que más te convenza.
Por otro lado, tenemos que huir de otros que sí que generan un impacto negativo en el rendimiento de nuestro sistema, como los antivirus de McAfee o Kingsoft. Y no se trata de que sean buenos o malos programas, sino de que consumen muchos recursos. Pero si no tienes problemas de este tipo y tu ordenador es lo suficientemente potente, no hay motivos para no probarlos.
Eliminar programas no utilizados y activar el inicio rápido
Son muchos los programas o aplicaciones que al instalarlas en el ordenador llevan activada por defecto la opción de iniciarse con el arranque de Windows. Esto hace que, de buenas a primeras, te encuentres con que tu PC se vuelve muy lento a la hora de arrancar. También podrías apreciar que gasta recursos que de otra forma podrían aprovecharse para que tenga un mejor arranque. Por lo tanto, para conseguir acelerar Windows 10, es importante eliminar todos los programas que se ejecutan al encender el ordenador.
Para ello, simplemente tienes que abrir el administrador de tareas y desde la pestaña Inicio, vas seleccionando todos aquellos programas que se ejecutan en el inicio de Windows. Luego tienes que hacer clic sobre cada uno de ellos para seleccionar la opción Deshabilitar. También es posible ir a cada uno de los programas y buscar entre sus ajustes la opción que permite indicar si queremos que se arranque con el inicio de Windows o no.
Además, Windows 10 cuenta con una opción especial que puedes activar para mejorar la velocidad de arranque del sistema, el Inicio rápido. Para activarla, debes seguir estos pasos:
- Abre el apartado de Configuración de Windows
- Ve a la primera sección: Sistema
- Aquí, en el menú, busca «Inicio/apagado y suspensión»
Dependiendo de la versión de Windows que tengas es posible que debas ir al Panel de Control y de ahí a Opciones de energía y configuración de sistema, llegando a una pantalla como la que ves a continuación.
Esto te mostrará una nueva ventana en la que puedes elegir entre los distintos planes de energía, pero, además, también encontrarás la sección de Configuración de apagado. Allí es donde vas a encontrar la opción de activar el inicio rápido. Una vez marcada esta casilla, pulsa en Guardar cambios y a partir de ese momento estarás contribuyendo a acelerar Windows 10, sobre todo en su arranque.
Desinstalar apps que no usas y programas preinstalados
En numerosas ocasiones, puede que instales alguna aplicación en el ordenador y posteriormente no la utilices. Estas apps, además de estar ocupando espacio en tu disco innecesariamente, puede incluso que se estén ejecutando en segundo plano. De cualquier forma, es recomendable desinstalar todas aquellas aplicaciones que no uses para mejorar el rendimiento y velocidad de Windows 10.
Para ello, basta con ir al Panel de Control y desde la opción Programas y características vas seleccionando y desinstalando todos los programas que no utilices. Además, por defecto Windows 10 viene con un montón de aplicaciones preinstaladas que seguramente no vayas a usar nunca. Por lo tanto, es bueno también que te deshagas de todas ellas, así como de las que pueda haber añadido el propio fabricante.
Para desinstalar este tipo de aplicaciones, lo primero que tienes que hacer es abrir la página de configuración de Windows 10 y navegar hasta la opción Aplicaciones > Aplicaciones y características. Ahí encontrarás un listado con todas estas aplicaciones que puedes ir desinstalando haciendo clic sobre ellas. A continuación, pulsa sobre el botón Desinstalar.
Eliminar archivos temporales, liberar espacio y limpiar escritorio
Una práctica bastante recomendable a la hora de tratar de acelerar Windows 10 es la de eliminar todos los archivos temporales, liberar espacio en disco y limpiar el contenido del escritorio. El sistema operativo de Microsoft cuenta con la utilidad, Liberador de espacio en disco, que te ayudará con la tarea de borrar los archivos temporales que guardas en el disco de forma innecesaria. Si escribes en la caja de búsqueda de la barra de tareas Liberador de espacio en disco, podrás abrir la herramienta e indicar todos los archivos que quieres que borre del disco de forma automática.
Pero también es recomendable tener el escritorio lo más limpio posible, puesto que, en caso contrario, notarás que cada vez que arrancas el equipo al sistema le cuesta cargar toda la información almacenada en el escritorio. Eso haría que, por lo tanto, se ralentizara el proceso. También es posible hacer esto mismo con el menú de inicio.
Hay muchas formas de limpiar archivos temporales en Windows. Además de esa solución, puedes hacerlo también a mano, lo que te dará un mayor control de lo que haces. La carpeta temporal de Windows se encuentra en la ruta:
C:Usuarios”USUARIO”appdatalocaltemp
Esta dirección será siempre la misma, a menos que se haya modificado en las variables de entorno (en caso de que no la encuentres, ve a esa configuración para ver la ruta que tienen tu carpeta Temp). Para borrar el contenido, cierra todos los programas que tengas en ejecución. Luego, selecciona todos los archivos que hay dentro de esa carpeta y mándalos a la papelera.
Pero todavía hay más. Hay aplicaciones mal programadas que pueden llegar a generar muchísimos gigabytes de información por problemas de programación de gestión de los archivos temporales. Y eso, obviamente, ralentizará tu ordenador, puesto que, si te quedas sin disco, el sistema tendrá que comprimir información, haciendo que recuperar los datos cueste más ciclos de CPU. En este caso, puedes usar la aplicación WinDirStat. Es un programa de lo más simple que analiza tu disco en busca de las carpetas de mayor tamaño. Gracias a esto, podrás detectar aplicaciones que están generando cientos de gigas de archivos temporales, como puede ser el caso de Adobe Photoshop. Además, con esta aplicación puedes llegar a detectar otros problemas que te mencionamos en este artículo, como es el caso del archivo de paginación del que te vamos a hablar en el siguiente párrafo.
Comprueba el tamaño del archivo de paginación
Asegúrate de que el sistema esté administrando el tamaño del archivo de paginación, un área del disco duro que Windows usa como memoria. Hay una configuración en Windows 10 que administra el tamaño del archivo de paginación automáticamente, lo que puede ayudar a mejorar el rendimiento del equipo. Para asegurarte de que la administración automática de archivos de paginación está activada haz lo siguiente:
- En el cuadro de búsqueda de la barra de tareas, escribe «Sistema avanzado» y luego selecciona «Ver la configuración avanzada del sistema», debajo del cual aparece Panel de control.
- En Propiedades del sistema, selecciona la pestaña Avanzadas y, a continuación, selecciona «Configuración en el área Rendimiento».
- En Opciones de rendimiento, selecciona la pestaña Avanzadas y, a continuación, «Cambiar en el área de la memoria virtual».
- Asegúrate de que la casilla Administrar automáticamente el tamaño del archivo de paginación para todas las unidades está activada. Si lo está, continúa con la siguiente sugerencia. Si no es así, selecciónalo y, a continuación, reinicia el equipo seleccionando el botón Inicio > Inicio/ Apagado > Reiniciar.
Cuidado con los programas de descargas
Debes prestar especial atención a los programas de gestión de descargas que trabajen con torrents, ya que estos por defecto suelen iniciarse al arrancar el equipo. Ya te hemos contado como hacer para que esto no suceda, pero tal vez lo hayas pasado por alto, o pienses que no consumen recursos si no están descargando nada, aunque nada más lejos de la realidad.
El propio programa de descargas incluye un montón de funciones y características que irán mermando el rendimiento de tu PC. Sin ir más lejos, las subidas. No sólo puede estar descargando archivos, sino que si los dejas en el programa pueden estar siendo compartidos con otros usuarios, consumiendo además tu conexión. Por otro lado, muchos de estos programas tienen su propio navegador integrado, buscadores, noticias, etc., por lo que lo más recomendable es que desactives su inicio automático. Desde el propio programa seguramente también puedas configurar esta opción.
Usa aplicaciones de limpieza
CCleaner es una de las apps más utilizadas, aunque también una de las más polémicas. Puedes elegir si la utilizas o no pese a que desde 2017 ha protagonizado todo tipo de noticias sobre su privacidad o su uso. Lo que permite es optimizar el ordenador, limpiar los archivos que molestan y acabar con toda la basura inservible que no utilizas y que puede que esté haciendo que vaya más lento. Esto es una de las primeras cosas que debes hacer para acelerar Windows y apenas lleva unos minutos. Además, la ventaja de usar programas específicos es que no debes tener conocimientos sobre informática porque bastará con pulsar un botón y esperar que dé sus frutos.
Con CCleaner también vas a poder llevar a cabo otro de los consejos o trucos que te hemos comentado más arriba, que es el de desactivar programas que no necesites para que no se ejecuten de inicio cuando arranca Windows. Para acceder a esta característica tienes que entrar en el menú de Herramientas, el cual encontrarás en la parte izquierda identificado con el icono de llave inglesa. Una vez dentro verás una gran cantidad de opciones como Desinstalar programas, Actualizador de software, o la que te interesa «Inicio». Dentro de Inicio vas a ver todos los programas que arrancan con tu sistema. Seguramente te sorprendas de la cantidad de herramientas que se ejecutan cada vez que inicias Windows.
Si te fijas, hay varias columnas en la parte superior: Activado, Clave, Programa, Editor, Archivo… Lo recomendable es que los ordenes, por ejemplo, por editor, o por nombre de programa, y vayas revisando todo lo que no te hace falta para empezar a trabajar en el PC. Seguramente haya una gran cantidad de herramientas de Adobe, así como programas de descargas, de música, de juegos, etc., que puedes ejecutar cuando los necesites y no dejar que estén siempre funcionando y ralentizando el PC.
Lo único que hay que hacer para desactivar su arranque de inicio es, o bien hacer clic sobre ellos y elegir «Desactivar» en los botones de la derecha, o directamente clic con el botón derecho del ratón y elegir «Desactivar».
Si no te gusta CCleaner, no pasa nada. Hay más opciones. Clean Master es uno de los mejores programas si buscas limpiar y acelerar Windows, pero tendrás que pagar por él. Tiene una versión gratis y una de pago. La gratuita te permite una serie de ventajas como optimizar, limpiar archivos residuales o basura del ordenador o mejorar diferentes herramientas. Además, da la posibilidad de configurar una autolimpieza para no tener que preocuparte continuamente del programa.
Desactiva elementos y configura la energía
Hay varios cambios que puedes hacer en el sistema operativo para que vaya mejor. Para ello, lo que únicamente necesitarás será ir a los ajustes o a la configuración del ordenador y cambiar una serie de aspectos.
Desactivar los efectos visuales
Hacer el proceso de desactivación de los efectos visuales del sistema es algo bastante útil y efectivo a la hora de acelerar o aumentar la velocidad de Windows 10. La plataforma de Microsoft cuenta con efectos visuales en ventanas, pestañas y menús que hacen que se consuman más recursos del sistema. En ordenadores potentes esto puede que sea algo casi insignificante, pero en equipos con un hardware más justo, puede venir muy bien para mejorar el rendimiento de Windows 10 y en general del equipo.
Reducir los efectos gráficos y visuales de Windows 10 es muy fácil, totalmente seguro y se puede revertir en cualquier momento en cuestión de segundos. Por ello, no te preocupes, si en algún momento actualizas tu PC podrás volver a utilizar la configuración de calidad gráfica alta.
Para ello, abre la página de configuración de Windows 10 y escribe en el buscador Ajustar la apariencia y rendimiento de Windows. Haz clic en el resultado y automáticamente se te abrirá una ventana en la que, dentro de la pestaña Efectos visuales, podrás desactivarlos fácilmente. Por un lado, puedes elegir la opción Ajustar para obtener el mejor rendimiento, aunque también es posible marcar la opción Personalizar y desactivar todos los efectos que quieras para tratar de acelerar Windows 10.
Quita las transparencias y animaciones
Otro de los efectos visuales que también deberías desactivar son las transparencias. Aunque tanto las transparencias como las animaciones son unos efectos visuales muy potentes y atractivos, lo cierto es que al sistema le resultan muy pesados. Especialmente es algo problemático si no cuentas con un hardware muy potente o si tu ordenador ya no funciona como debería. Poco a poco, estos efectos (junto al resto de funcionalidades) van restando rendimiento al sistema. Por tanto, no podrás realizar las tareas importantes como corresponde, dado que tendrás muchas funciones y efectos habilitados.
El menú Inicio, la barra de tareas y el Centro de actividades cuentan con diferentes diseños que se pueden personalizar, y las transparencias suponen más trabajo y rendimiento que un color opaco sencillo. El proceso para desactivar las transparencias es muy sencillo y no te llevará demasiado tiempo:
- En primer lugar, tendrás que acceder al apartado de «Configuración» (Windows+I).
- Después, debes elegir la sección «Personalización» y posteriormente «Colores».
- Por último, solo tienes que marcar la opción «Desactivar» las transparencias y elegir un color sólido que te guste para tu nuevo Windows básico.
De esta forma tan sencilla estarás liberando la memoria RAM que emplea tu ordenador en estas tareas menores y la podrás utilizar para aquellas tareas que sí te interesan.
Desactivar los servicios innecesarios y Cortana
Windows 10 ejecuta un buen número de servicios de manera predeterminada, sin embargo, hay algunos de ellos que puedes desactivar y que no son necesarios para el correcto funcionamiento del sistema. Para ello, lo único que tienes que hacer es abrir una ventana Ejecutar, Win+R, escribir el comando services.msc y pulsar Enter. A continuación, en la ventana de servicios debes ir buscando aquellos que crees que no afectan al rendimiento del equipo y desactivarlos, indicando que no se inicien nuevamente con el arranque del sistema.
El asistente Cortana tampoco es algo imprescindible, por lo tanto, puedes desactivarlo para tratar de acelerar Windows 10. Para ello, debes ir a la página de Configuración de Windows 10 y dentro de la opción Cortana > Hablar con Cortana desactivar todas las opciones. Aunque si lo prefieres, es posible desactivar Cortana por completo desde el registro del sistema. Para ello, abre una ventana del registro de Windows, navega hasta la ruta HKEY LOCAL MACHINESOFTWAREPoliciesMicrosoftWindowsWcmSvc, y una vez ahí, haz clic con el botón derecho del ratón sobre la clave WcmSvc para crear una nueva clave con el nombre WindowsSeach. Dentro de ella, crea un nuevo valor DWORD de 32 bits con el nombre AllowCortana y asígnale el valor 0.
Desactivar las recomendaciones y sugerencias
Durante la experiencia de uso de Windows es posible que te hayas fijado en que, en algunos momentos, el sistema operativo te aporta sugerencias o recomendaciones. Por lo general es bastante poco probable que llegues a encontrar alguna utilidad en estos consejos, puesto que no suelen ser detalles demasiado originales ni útiles. Además, para que estos consejos aparezcan, Windows tiene que estar vigilando e intentando buscar la ocasión en la que entrar en escena. Todo eso, por supuesto, requiere consumos y es algo que ralentiza el sistema. Por ello, es mejor desactivarlo.
Lo puedes hacer de la siguiente forma:
- Entra en Inicio y busca Sistema.
- Después accede al menú de Notificaciones.
- Baja hasta el final de la interfaz y despliega el menú «Configuración adicional».
- Ahora desmarca la tercera opción «Obtener recomendaciones y sugerencias al usar Windows«.
También te podrías plantear desconectar las otras dos opciones, sobre todo la segunda, en la cual lo que estás permitiendo es que Windows te haga sugerencias sobre cómo aprovechar el máximo de tu ordenador y finalizar la configuración. En general, cuanto más desactives, más posibilidades tendrás de ganar velocidad.
Controlar el consumo energético
No hay duda que el consumo energético influye en gran medida en el rendimiento de los componentes de tu ordenador. De la misma manera, influyen otros aspectos como la autonomía de las baterías en equipos portátiles y las temperaturas soportadas por los diferentes componentes.
En Windows 10 es posible elegir entre diferentes modos de energía, por lo que saber buscar el mejor equilibrio en cada momento puede ayudarte a mejorar el rendimiento de nuestro PC y, por lo tanto, la velocidad del mismo. Debes tener en cuenta que un plan de energía que trata de reducir el consumo, reduce también el rendimiento. Por su lado, el plan de alto rendimiento incrementa el consumo y con ello, reduce la autonomía de las baterías en portátiles y puede provocar un sobrecalentamiento de algunos componentes, lo cual provocará una bajada del rendimiento.
Por esto, es importante buscar un equilibrio en lo que a consumo y rendimiento se refiere con los planes de energía de Windows 10 y aquellos que puedes crear y personalizar a tu gusto, siempre que todo funcione correctamente así.
Acelera el inicio de Windows
Un ordenador lento acaba con la paciencia de cualquiera, pero como estamos viendo en todos estos pasos, existen formas de acelerarlo sin demasiadas complicaciones. Hay que recalcar que algunos métodos requieren conocimientos avanzados, como por ejemplo los modificar el registro de Windows, y no son aptos para los usuarios con menos experiencia.
Optimiza el número de apps y realiza un arranque limpio
En aquellos equipos que tienen recursos muy limitados (y especialmente poca memoria RAM), hacer un arranque limpio puede ayudar a iniciar el sistema con más recursos disponibles. Esto podría marcar, en muchos casos, una diferencia notable, aunque es especialmente útil en ordenadores PC y portátiles que tengan entre 1 GB y 2 GB de memoria RAM.
Al hacer un arranque limpio del sistema conseguirás que Windows 10 funcione más rápido, reduciendo el número de aplicaciones y de procesos que cargan de inicio y que quedan en segundo plano consumiendo recursos tanto a nivel de RAM como de CPU (en algunos casos). La cantidad de RAM que puedes liberar puede variar considerablemente, pero en algunos casos es posible que llegue al GB. Para hacerlo puedes seguir estos pasos:
- Al abrir Windows con su tecla, escribe «msconfig«. Una vez hecho, elige el resultado «Configuración del Sistema».
- En la pestaña Servicios del cuadro de diálogo Configuración del Sistema, activa la opción «Ocultar todos los servicios de Microsoft» y haz clic en Deshabilitar Todo.
- Posteriormente, en la pestaña Inicio del cuadro de diálogo entra en Configuración del Sistema y haz clic en «Abrir el Administrador de Tareas».
- En la pestaña Inicio del Administrador de Tareas, selecciona todos los elementos de inicio y haz clic en Desactivar.
- Cierra el Administrador de Tareas y vuelve a la pestaña Inicio del cuadro de diálogo Configuración del Sistema. Haz clic en Aceptar y reinicia el equipo.
Gracias a esto terminarás por notar una gran diferencia en los tiempos de encendido y de apagado.
Evitar la pantalla de bloqueo al iniciar Windows 10
Si el inicio “pasa” por menos etapas, este será más rápido. Por eso, puedes evitar que pase por la pantalla de bloqueo al iniciar Windows 10. Para ello, accede al CMD o símbolo del sistema y escribe netplwiz, lo cual abrirá el cuadro de diálogo Cuentas de usuario. Selecciona el usuario que estés utilizando y desmarca “Los usuarios deben introducir un nombre de usuario y contraseña para usar este equipo”.
Al pulsar en Aplicar, tendrás que identificarte con tus credenciales de acceso para terminar de configurar que el sistema no pase por la pantalla de bloqueo al iniciar Windows 10. Esto no impide que sí se muestre la pantalla de bloqueo al desbloquear el equipo, algo que también podrás evitar, pero eso es otra historia.
Desactivar el tiempo de retardo de inicio de los programas
Finalmente, recogemos un truco para acelerar el inicio de Windows 10. En este caso, este incide sobre el tiempo de retraso que aplica el sistema operativo antes de empezar a cargar los programas de inicio. Esto está pensado para que otros procesos terminen de cargarse en primer lugar, pero es posible que consigas un aumento de velocidad siguiendo estos pasos.
Para empezar, abre el menú de inicio y escribe regedit (o utiliza Cortana). Esto te abrirá el Editor de Registro. Aquí la cosa se vuelve delicada, por lo que es mejor realizar una copia de seguridad antes de hacer nada y tener un mínimo de conocimientos sobre cómo modificar el registro del sistema operativo de Microsoft.
Busca la siguiente entrada:
HKEY_LOCAL_MACHINESOFTWAREMicrosoftWindowsCurrentVersionExplorerSerialize
En caso de no existir, entra en:
HKEY_LOCAL_MACHINESOFTWAREMicrosoftWindowsCurrentVersionExplorer
Ahí, tendrás que crear la nueva clave pulsando botón derecho sobre Explorer, Nuevo > Clave y la llamarás Serialize. Ahora, pinchando con el botón derecho sobre la nueva entrada, crearás Nuevo > Valor de DWORD (32 bits) llamado StartupDelayInMSec. Sobre ese nuevo valor, harás doble clic y te asegurarás de que el recuadro “Información del valor” contiene un 0.
Cierra el Editor del Registro y tendrás que reiniciar el ordenador para que los cambios se apliquen. Si una vez que se ha reiniciado el ordenador, no te convence el desempeño de este cambio, basta con borrar la entrada StartupDelayInMSec y todo volverá a quedar como estaba antes.
Repara y modifica
Hay algunos cambios que puedes hacer también en tu disco duro. Por ejemplo, los que se citan a continuación son con los que puedes obtener un mejor rendimiento si llevas un mantenimiento con frecuencia. Te detallamos cuáles son y cómo puedes llevarlos a cabo.
Instalar un SSD o desfragmentar el HD
Uno de los componentes de hardware que más influyen en el rendimiento del equipo es el disco duro de tu ordenador. Si dispones de un disco duro mecánico y quieres acelerar Windows 10, entonces habrá llegado el momento de valorar la posibilidad de sustituirlo por un SSD. Las velocidades de lectura y escritura de un SSD nada tienen que ver con las de un HD, por lo que notarás una mejora muy importante en el rendimiento del equipo. Otra opción es realizar una desfragmentación del disco duro, en el caso de que dispongas de un HD.
Para ello, puedes utilizar el desfragmentador de disco del sistema con simplemente escribir en la caja de búsqueda de la barra de tareas Desfragmentar y optimizar unidades. Esto te abrirá una ventana con la herramienta y lo único que tienes que hacer es seleccionar la unidad de disco a optimizar y dejar que el desfragmentador haga su trabajo.
Activar la opción de energía Alto Rendimiento
Windows 10 ofrece varios planes de energía para que los usuarios elijan el que mejor les convenga en cada caso. Además, permite crear un plan de energía personalizado para que cada uno decida cómo se debe comportar el sistema ante determinadas circunstancias. Pues bien, si lo que buscas es acelerar Windows 10 y sacar el máximo rendimiento al equipo, entonces es recomendable seleccionar el plan de energía de Alto Rendimiento. Para ello, abre la página de configuración de Windows 10 y navega por las opciones Sistema > Inicio/apagado y suspensión y a continuación, haz clic sobre el enlace Configuración adicional de energía.
Esto te abrirá la ventana de Opciones de energía, en la cual debes comprobar si te aparece el plan Alto rendimiento. Si es así, entonces lo único que tienes que hacer es marcarlo y listo. Sin embargo, si no te aparece tendrás que realizar un pequeño truco para activarlo.
Lo que tienes que hacer es abrir una ventana de Windows PowerShell con permisos de administrador y una vez que tengas la línea de comandos delante, escribe powercfg -duplicatescheme e9a42b02-d5df-448d-aa00-03f14749eb61 y pulsa Enter para ejecutar el comando. Si todo va bien, una vez ejecutado, ya podrás volver a la ventana de opciones de energía y comprobar que el plan Alto rendimiento aparece entre los planes de energía de Windows para poderlo seleccionar.
Liberar memoria RAM y otros recursos
Windows cuenta con herramienta muy útil que te permite tener controlados todos y cada uno de los procesos en ejecución. Nos referimos al Administrador de tareas, desde donde puedes finalizar aquellos procesos que más recursos están consumiendo con el objetivo de mejorar rendimiento del equipo.
Por lo tanto, es posible usar el Administrador de tareas para determinar aquellas aplicaciones que se están ejecutando en tu equipo y que más recursos, como la memoria RAM, están usando, lo que provoca una lentitud en el equipo y un bajo rendimiento.
Abrir el administrador de tareas, localizar aquellos procesos que no necesitas tener en ejecución en ese momento y finalizarlos para liberar la memoria RAM que estaban consumiendo te ayudará a mejorar la velocidad y el rendimiento del PC.
Ajusta la memoria virtual
Al igual que el disco duro, la memoria es otro de los componentes importantes para conseguir un buen rendimiento de tu ordenador. Por un lado, está la memoria RAM, pero por otro lado tenemos la memoria virtual que utiliza el sistema operativo. Una buena gestión y ajuste del tamaño de la memoria virtual puede hacer que consigas acelerar Windows 10 y mejorar el rendimiento del PC.
Por lo tanto, se recomienda comprobar que el tamaño de la memoria virtual en tu equipo esté establecido entre 1,5 y 3 veces la memoria total de tu RAM. Para ello, ve a Panel de Control > Sistema y seguridad > Sistema y haz clic sobre la opción Configuración avanzada del sistema que se muestra en el lateral izquierdo.
Esto te abrirá una nueva ventana en la que tienes que seleccionar la pestaña Opciones avanzadas y dentro de la sección Rendimiento, haz clic en el botón Configuración. Nuevamente se te abrirá una ventana en la que tienes que ir hasta la pestaña de Opciones avanzadas y ahí encontrarás el tamaño actual de la memoria virtual. Para modificarlo, lo único que debemos hacer es pulsar sobre el botón Cambiar y establecer el tamaño que quieras.
Utiliza ReadyBoost
ReadyBoost te permite utilizar una unidad flash USB o unidad extraíble para mejorar el rendimiento de tu ordenador sin tener que añadir más memoria RAM ni abrirlo. Para usarlo, solo necesitas una tarjeta de memoria o unidad USB con un espacio libre de al menos 500 MB y alta velocidad de transferencia de datos. Una vez que la tengas, lo que tienes que hacer es insertarla en el puerto USB de tu ordenador.
Cuando lo hayas hecho, ve al Explorador de archivos en la barra de tareas. Da clic con el botón derecho en la unidad extraíble conectada y luego entra en Propiedades. Busca la pestaña ReadyBoost y «Usar este dispositivo». Windows indicará si es posible utilizarlo o no. Calculará el espacio libre para usar la memoria y le darás a Aceptar para reservar este espacio y que pueda ser utilizado por ReadyBoost.
Al ver el contenido con el Explorador de archivos, te encontrarás con el archivo ReadyBoost.sfcache en la unidad flash, en el cual se muestra el espacio reservado para esta función. Esto no podrás hacerlo en una SSD, aunque tampoco lo necesita porque ya tiene buen rendimiento de por sí. Una vez que lo pruebes, notarás la mejora inmediatamente.
Actualiza y controla sincronizaciones
Es importante que todo esté siempre actualizado: el navegador, el sistema operativo o los drivers que utilizas cada día. Comprueba que no hay actualizaciones pendientes y, si no es así, haz las debidas. Puedes visitar con frecuencia Windows Update para conocer las nuevas actualizaciones, hacer caso de las notificaciones del ordenador e instalar siempre la última versión de cada una de las herramientas que tengas en tu ordenador.
Mantener actualizado los drivers, aplicaciones y el propio sistema
Aunque para muchos sea algo a lo que no dan demasiada importancia, lo cierto es que tener siempre correctamente actualizados los drivers de tu PC, así como las aplicaciones instaladas y el propio sistema operativo, te va a ayudar a mejorar el rendimiento de Windows 10 y acelerar el sistema. Cualquier problema, incompatibilidad o driver obsoleto puede hacer que ciertos componentes no funcionen correctamente y el rendimiento de tu equipo no sea el óptimo. Algo parecido ocurre con las aplicaciones, ya que es recomendable tenerlas siempre debidamente actualizadas.
Para actualizar los drivers, debes buscar el administrador de dispositivos (puedes hacerlo en el buscador de tu sistema operativo), seleccionar la categoría correspondiente y seleccionar ver los nombres. Luego, haciendo clic en el botón derecho en el que quieres que se actualice das a «buscar automáticamente software» y posteriormente seleccionas «actualizar controlador». También puedes hacerlo manualmente desde el mismo apartado si entras en la web del fabricante o distribuidor, generalmente en la sección de soporte técnico o en descargas. Además, desde Windows Update podrás actualizar algunos drivers.
Con los programas que usas frecuentemente, como el antivirus, podrás hacerlo desde el propio software cuando te avise o instalando la última versión estable en su web oficial. Puedes fijarte en si hay actualizaciones cada cierto tiempo. Además, valora la desinstalación de programas que no se actualizan desde hace mucho y pueden dar problemas, especialmente si no los usas o los abres muy poco. En ese tipo de situación, puedes valorar la instalación de otro programa que cumpla con las mismas funciones y sea más eficiente.
Y, ni que decir tiene, para conseguir el mejor rendimiento del sistema es muy importante mantener Windows 10 completamente actualizado. Por lo tanto, se recomienda comprobar que tengas todas las actualizaciones del sistema correctamente instaladas.
Comprobar si hay actualizaciones en Windows
Para saber qué actualización hay pendiente o si hay alguna, puedes hacerlo desde Windows Update, donde se da la posibilidad de descargar e instalar lo que haya disponible, buscar o pausar, entre otras opciones.
- Abre Configuración en tu ordenador
- Ve al final de la lista y toca sobre Windows Update
Automáticamente te dirá cuándo fue la última comprobación y podrás tocar en “Buscar actualizaciones”. Si las hay, aparecerán justo debajo y te dirán qué tienen y qué permiten. En las actualizaciones opcionales podrás encontrarte con otras que no aparezcan a simple vista, como las de los controladores.
Esta sección también te permite ver el historial de actualizaciones instaladas en el dispositivo, pausarlas durante siete días si consideras que no deben actualizarse en la siguiente semana o cambiar las horas en las que el ordenador se utiliza. Gracias a esto, Windows sabe cuándo necesitas utilizarlo y puede así, por ejemplo, actualizar en otro momento.
Repite este proceso de forma periódica para asegurarte que todo está correctamente instalado.
Pausar la sincronización de OneDrive
Windows 10 permite elegir dónde quieres guardar los archivos de forma predeterminada, ya sea de forma local o en la nube. Windows permite guardar los archivos en OneDrive de manera predeterminada para que puedas sincronizar los elementos en diferentes ubicaciones. Esta aplicación es muy útil para acceder a tus archivos desde cualquier dispositivo conectado a Internet y garantiza que se realice una copia de seguridad de todo en caso de que haya un fallo en tu equipo. Sin embargo, al activar esta función los archivos se deben sincronizar entre el PC y OneDrive, por lo que el ordenador se expone a ralentizarse mientras dure la sincronización. Para mejorar el rendimiento de tu PC puedes poner en pausa la sincronización. Para ello debes seguir los siguientes pasos:
- En la barra de tareas busca OneDrive, que suele estar junto al área de notificación.
- Selecciona OneDrive > Más > Pausar sincronización, y ahí podrás elegir el tiempo que quieres mantener pausada la sincronización.
- Reinicia el PC para poder comprobar que los problemas de rendimiento han mejorado.
Otras acciones
Todavía hay algo que puedes hacer antes de optar por el format, que es la opción más drástica para mejorar el rendimiento de tu equipo al solucionar muchos problemas que podrían darse por el uso prolongado de este. Así, tendrás que optar por realizar otras acciones que te ayudarán con este fin. Te damos algunas ideas.
Reiniciar con frecuencia
Si tu memoria RAM se está quedando corta, es baja o ya no es suficiente en algunos casos, notarás cómo Windows no te va lo suficientemente rápido. En este caso, tirará del disco duro, que es más lento y reduce su rendimiento. Por otro lado, muchos programas no desaparecen de la memoria cuando se cierran o dan algún tipo de problema que afecta al rendimiento del equipo. Estos y otros problemas se suelen solucionar con el reiniciado.
Por eso, es importante que reinicies el ordenador con frecuencia, especialmente cuando cierres un juego o un programa potente, porque así te aseguras de que se libera la memoria y mejora el rendimiento en general. Sobre todo, también evitas que algunos procesos se queden atrapados o haya algo molestando que se pueda solucionar reiniciando. Si reinicias el sistema frecuentemente harás que rinda mejor y vaya más rápido. Puedes hacer lo mismo apagando cada vez que se deje de usar prolongadamente o apagando y encendiendo con cierta frecuencia.
No olvides que reiniciar de manera habitual también será una buena manera de asegurarte de que tu equipo se encuentra actualizado con las últimas versiones de Windows. Cuando pulses en Inicio para abrir el menú de reiniciar o apagar, haz clic en la opción que indica «Actualizar y reiniciar», junto a la cual podrás ver el tiempo de espera que deberás afrontar, el cual dependerá de las actualizaciones que estén esperando a instalarse.
Problemas de compatibilidad con versiones anteriores
A veces, las aplicaciones que se diseñaron para una versión anterior de Windows podrán ejecutarse en Windows 10, pero quizá ralenticen el equipo. Si esto sucede después de abrir un determinado programa, consulta el sitio web de la empresa de software para obtener una versión actualizada del software en cuestión, o ejecuta el Solucionador de problemas de compatibilidad de programas.
Para activar el Solucionador de problemas de compatibilidad de programas haz lo siguiente:
- En el cuadro de búsqueda de la barra de tareas, escribe Solución de problemas, y luego selecciona Configurar el solucionador de problemas, donde se encontrará debajo Configuración del sistema.
- En la lista de solucionadores de problemas, selecciona Solucionador de problemas de compatibilidad de programas > Ejecutar el solucionador de problemas.
- Selecciona el programa con el que tienes problemas y, a continuación, siguiente y continúa con el solucionador de problemas.
Sustituir componentes, lo más costoso
En ocasiones, la mejor forma de mejorar el rendimiento del equipo pasa por desembolsar algo de dinero. Antes de hacerlo, te recomendamos que pruebes con todo lo demás para ver si te funciona suficientemente bien y no lo necesitas. Pero si tu RAM se está quedando corta o está empezando a flaquear, puede que sea buen momento para que la cambies por una nueva más potente. Lo mismo pasa con el disco duro, que puedes aprovechar para cambiarlo por uno SSD o de mayor potencia. Lo mismo se puede decir de otros componentes de tu equipo que quizá no funcionen como antes.
Aunque el ordenador se sigue encendiendo con componentes en mal estado, será algo que afecte al rendimiento y pueda llegar el momento en que te veas en la obligación de hacer un cambio urgente. Si es posible, haz estos cambios cuando puedas permitírtelo antes de que tu ordenador empiece a fallar o que el mal pueda ser mayor. En todo caso, antes sí podrías probar a formatear el equipo.
Limpia tu ordenador
Hacer un buen mantenimiento de tu ordenador es clave para que todos sus componentes funcionen adecuadamente, lo que hace que puedas evitar costosas reparaciones y que la suciedad o falta de mantenimiento afecte al rendimiento de tu equipo. Recuerda limpiar el teclado, la pantalla y resto de componentes, siendo preferible en un ordenador de sobremesa que lo abras, siempre con los elementos de limpieza más adecuados.
Tienes que tener en cuenta que con el uso y el paso del tiempo todos los ordenadores acaban almacenando pelos, polvo, gotas, manchas y suciedad. Limpiar no es solo por estética e higiene, sino que todos estos elementos acumulados pueden estropear componentes o reducir la vida útil del hardware del ordenador y hacer que este vaya más lento, no funcione como debería o directamente deje de funcionar. Por todo lo que puedes ahorrar limpiándolo, merece la pena tenerlo en cuenta y dedicarle, aunque sea unos minutos cada ciertos meses, y una limpieza a fondo cada 6 meses o anualmente.
En ordenadores portátiles también deberías llevar a cabo una limpieza, especialmente en la zona del teclado y las conexiones, puesto que es posible que no puedas abrir la carcasa para no perder la garantía. En cualquier caso, es posible usar distintos productos de limpieza que te ayudarán en el trabajo.
Formateo o reinstalación de Windows
La solución más drástica con la que puedes mejorar el rendimiento de tu equipo si ya lo has probado todo es precisamente instalar una nueva versión del sistema operativo o reinstalarla si funciona mal o ha tenido algún problema. Puedes ir a Restablecer PC y desde allí limpiarás los programas instalados y mejorarás la configuración llevándola a un estado inicial mientras mantienes tus archivos sin borrar.
Solo tienes que ir a Inicio, configuración, actualización y seguridad y posteriormente a Recuperación. Desde allí te encontrarás con la opción de Restablecer el equipo, teniendo que hacer clic en Comenzar. Puedes decidir entre «Quitar todo», si has guardado bien todo lo que quieres conservar y te quieres asegurar la limpieza al máximo, o «Mantener tus archivos». Si quieres reinstalar completamente, tendrás que hacer una copia de seguridad en un pendrive o disco duro portátil.
De todas formas, como ya hemos dicho, antes de tomar esta decisión, lo mejor es que intentes determinar en qué puede mejorar el rendimiento de tu PC o cómo puedes mejorarlo con alguno de los pasos anteriores que te hemos dado. Por otro lado, es recomendable llevar un mantenimiento adecuado de tu equipo, haciendo una limpieza a fondo cada año, reparando las piezas que no funcionan cuando sea necesario. Cualquier cosa que puedas hacer que ayude a que el PC se conserve más tiempo funcionando en las mejores condiciones, será bienvenida.
Modo de inicio rápido
A pesar de que no todo el mundo conoce esta opción, Windows 10 cuenta con un modo de «arranque o inicio rápido» que en algunas configuraciones se encuentra deshabilitado. Por ello, si tu ordenador está comenzando a ralentizarse tal vez sea una buena idea habilitar esta opción. Para activar el modo de arranque rápido solo deberás seguir los pasos que te explicamos a continuación:
- Primero, tendrás que escribir en la barra de tareas «Configuración de Energía y suspensión» e inmediatamente, en el desplegable que aparecerá pulsar sobre dicha opción.
- Después, tendrás que bajar en el menú hasta encontrar la opción «Opciones de configuración relacionadas» y posteriormente pulsar en «Configuración adicional de energía».
- En la columna izquierda deberás hacer clic en la opción «Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado».
- Ahora, tendrás que hacer clic en «Cambiar la configuración actualmente no disponible». Aparecerán nuevas opciones en la sección «Configuración de apagado», situado en la parte inferior del menú.
- Llegados a este punto, tendrás que hacer clic en «Activar el Arranque rápido» si aparece disponible.
- Por último, será el momento de reiniciar el ordenador para que los cambios se guarden.
De esta forma, podrás acelerar el proceso de arranque de Windows. Aunque debes tener en cuenta que este inicio supone que el sistema no se apaga del todo, sino que permanece en un estado de «hibernación». Por tanto, no es conveniente utilizar este arranque a diario.
No uses software pirata
Los programas pirateados pueden usar un fragmento de código malicioso que afecte a tu ordenador o ralentizar el funcionamiento del sistema. Puede ser que no sea así y te ofrezcan un buen rendimiento, pero no suele ser lo habitual. Por otro lado, puedes acabar descargando programas que no son lo que estabas buscando, como virus y malware, así que no es algo que merezca la pena.
Por eso, lo mejor es que optes o bien por el programa original o por alternativas dentro de las opciones freeware de creadores originales. También puedes usar versiones de prueba durante el tiempo gratuito que te ofrecen, aunque tengan opciones limitadas. Incluso si estás buscando el programa original, es muy importante que te fijes si lo vas a descargar de la web oficial, puesto que si lo has buscado por Google quizá hayas llegado a una web falsa donde te intentan infectar con un virus.
Mantener la temperatura controlada
Los ordenadores, cuando se calientan en exceso, toman medidas para que no se produzcan daños en el sistema y que así la temperatura se pueda mantener bajo control. Pero esto tiene unas consecuencias directas en tu experiencia, dado que lo primero que hace el equipo es hacer que tanto el procesador como la memoria RAM o incluso el disco duro trabajen a un menor rendimiento. Como te indicamos, el objetivo es que no estén tan activos para evitar daños y que la temperatura pueda llegar a bajar.
No obstante, si estás notando que el portátil se pone demasiado caliente y que incluso llega a quemar, es necesario que actúes con rapidez. Eso significará que el ventilador interno no está siendo suficiente o para los procesos que estás llevando a cabo o para la temperatura del ambiente. En verano, por ejemplo, es común que los portátiles se calienten con rapidez. Por ello, es recomendable usar un ventilador externo portátil que apunte a la estructura y pueda reducir la temperatura. Tampoco es una mala idea cambiar el ventilador interno o utilizar una base de refrigeración, aunque la utilidad de estas no siempre es demasiado alta.