La masacre de Noruega, excusa para retirar de las tiendas más de 50 videojuegos
Polémica medida la adoptada en Noruega tras la masacre perpetrada por el terrorista de ultraderecha Anders Behring Breivik. Tras señalar que jugaba a títulos como World of Warcraft o Call of Duty, importantes cadenas de tiendas de videojuegos han decidido retirar de la venta más de 50 juegos «violentos».
Las tiendas noruegas han decidido reabrir la eterna controversia entre videojuegos y violencia. El pasado 22 de julio, Breivik, quien se autodefinió como conservador radical y defensor de la moralidad cristiana, se cobró la vida de 76 personas en Oslo y en la isla de Utoya, donde disparó a sangre fría a jóvenes socialistas. En los escritos que dejó antes de cometer sus crímenes, el terrorista, al margen de mostrar su ideología, admitió ser aficionado a los videojuegos.
Breivik aseguró que utilizaba esta forma de entretenimiento electrónico para «aislarse de la sociedad» dado que la repudiaba e incluso para mejorar su puntería. En concreto afirmó jugar al World of Warcraft para «mantenerse alejado de familiares y amigos» y Call of Duty «para entrenar». Como no podía ser de otro modo, algunos «iluminados» con voz en los medios de comunicación no han tardado en relacionar este tipo de juegos como uno de los factores que habrían influido en la mente de Breivik para perpetrar tamaña masacre. ¿Las pruebas aportadas? Meras teorías basadas en un desconocimiento preocupante.
Sin embargo, algunas cadenas de videojuegos del país han decidido retirar de forma temporal algunos de los títulos con más contenido violento para calmar las críticas de estos personajes. Según éstas, han tomado la decisión «en consideración con todos los afectados«, porque ven en las semanas posteriores al atentado «el momento adecuado» para retirarlos.
Títulos como Homefront, Call of Duty: Black Ops, Call of Duty: Modern Warfare 2, World at War, Call of Duty 4: Modern Warfare, Sniper Ghost Warrior o Counter-Strike Source son sólo algunos de los retirados de la venta. Otros de temática no bélica como, casualmente, World of Warcraft, también han sido retirados temporalmente.
¿Incitan los videojuegos violentos a generar violencia? Hasta ahora nada ha demostrado esta absurda asociación. Quizá convenga replantearse el cese en este tipo de criminalizaciones desmedidas y pararse a reflexionar. ¿Retiramos las películas violentas del cine? ¿Por qué no actuar contra determinados medios de comunicación «iluminados» que realmente sí incitan al odio, a la homofobia o a la xenofobia y que se amparan en el derecho a la libertad de expresión para difundir su antidemocrática e intolerante ideología?