De ser un negocio rentable y que reportaba beneficios millonarios a los operadores móviles, los SMS continúan con su caída imparable en el mercado. Así lo confirman los datos de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), que muestran cómo los usuarios han dejado en un segundo plano este servicio.
La CMT ha publicado en su blog las últimas cifras sobre el negocio de los SMS en el sector móvil. Tras alcanzar su récord en 2010, ha sido un segmento a la baja debido principalmente al auge de la banda ancha móvil y la irrupción de los servicios de mensajería, entre los que cabe destacar a WhatsApp, que en nuestro país cuenta ya con más de 20 millones de usuarios.
Esto ha provocado que el descenso en el envío de mensajes de texto sea muy notable, puesto que solo en 2012 cayó un 24,9%. Durante el pasado año el volumen de SMS se redujo hasta los 5.459 millones de envíos. Esto supone un consumo en cifras económicas de apenas 60 céntimos al mes por línea, lo que ha provocado un remarcable descenso en los ingresos que reciben los operadores por este servicio.
No en vano, un 23,5% de los usuarios de telefonía móvil admitía durante el año pasado que utilizaba alguna de las distintas aplicaciones de mensajería. Al margen del citado caso de WhatsApp, otras se han hecho fuertes en el mercado. Especial mención hay que hacer de dos alternativas provenientes de Asia como LINE y WeChat, que están comiendo terreno a la app de mensajería por excelencia con diversos añadidos en su servicio y una fuerte inversión en campañas publicitarias.
Además, este tipo de apps han hundido un segmento de mensajes que nunca llegó a ser masivo debido a su alto precio. Nos referimos a los MMS, mensajes que al margen de texto incluían contenidos multimedia como imágenes. Las cifras hablan por sí solas, ya que en todo el año pasado apenas alcanzaron los 94,1 millones, lo que supone que en España solo se envió un MMS por cada 58 SMS. La posibilidad de hacerlo de forma gratuita a través de aplicaciones condena a este tipo de mensajes al ostracismo.
Así pues, los operadores observan cómo lo que tiempo atrás era un negocio muy jugoso se hunde a un ritmo impresionante. No obstante, esto no repercute de forma negativa en sus cuentas ya que las conexiones de datos son ahora su gran fuente de ingresos.