Windows 8 cumple su primer medio año de vida. A lo largo de estos seis meses no ha conseguido asentarse en el mercado tal y como a Microsoft le hubiese gustado, pero son varios los motivos que hacen pensar en un mejor futuro de su último sistema operativo para PC y tabletas.
Un extenso artículo publicado en el portal CNET analiza el primer medio año de Windows 8. En el mismo se recoge la experiencia de Eric Mack con el último sistema operativo de los de Redmond y sus seis reflexiones acerca de la plataforma después de haberla probado tanto en PC como en Surface Pro, el tablet que Microsoft lanzó en febrero y que tuvo una mejor acogida que el modelo con la versión RT.
En primer lugar destaca el concepto de Windows 8 y cómo es capaz de hacer de un tablet un dispositivo de uso común equiparable a la usabilidad que tienen los portátiles y yendo un paso por delante a la hora de trabajar de otras tabletas como el iPad o el Nexus 7. Si bien tanto iOS como Android tienen múltiples ventajas, la llegada de Windows 8 es vista como un puente entre los dispositivos táctiles habituales y los equipos con sistemas operativos clásicos.
Asimismo, considera al sistema como «un continente, no un ecosistema». En su opinión, las distintas alternativas intentan «colonizar» una plataforma que ha ido evolucionando durante décadas. Esta prolongada experiencia debe ser aprovechada por Microsoft de cara a mejorar la experiencia del usuario, aunque el primer paso en esta dirección no ha sido del todo convincente.
En este punto, hay que reseñar la falta de aplicaciones desarrolladas para Windows 8, lo que le hace estar muy por detrás de lo que ofrecen sus rivales Google y Apple. La tienda de apps de W8 es comparada con un «desierto virtual» y es necesario que Microsoft incentive la adaptación de los desarrolladores de sus creaciones a su plataforma.
Otra de las polémicas que ha generado en este tiempo ha sido la de su nueva interfaz Modern UI. Son muchos quienes han criticado el afán del gigante californiano por esconder algunos iconos clásicos como el botón de inicio y que da pie a una navegación algo más enrevesada por el sistema. Sin embargo, el autor de estas conclusiones defiende que simplemente cambia el concepto pero no la funcionalidad y que con el tiempo cualquier usuario acaba adaptándose, más si disfruta de W8 en un dispositivo táctil. Entre esto y el progresivo trabajo que Microsoft irá incluyendo en futuras actualizaciones el autor cree que hay esperanza en el futuro de la plataforma.
¿Cuál es vuestra opinión del último sistema operativo de Microsoft tras estos primeros seis meses? ¿Creéis que mejorará de cara al futuro? ¿Corregirá Windows 8.1 los defectos que se han destacado de la plataforma?