Las cabinas telefónicas y las guías han ido en claro desuso desde la introducción de Internet, y aún más después de la introducción del smartphone, que nos permite llamar a quien queramos desde donde queramos a la tarifa que elijamos, e incluso nos permite encontrar un número de teléfono sin mayor complicación en Google o en nuestra agenda. O la aplicación de teléfono ya identifica el origen de alguna de las llamadas, así como sus provincias de origen.
Un tercio menos de cabinas en el siglo XXI
El número de cabinas en nuestro país ha caído en picado durante el siglo XXI. En el año 2000 había disponibles 50.000 cabinas, y a día de hoy ya quedan menos de 17.000 de ellas. De lo que no hay datos debido a su confidencialidad es con respecto al uso de las mismas, pero sí de sus costes. En el año 2013, el coste de las cabinas fue de 1,2 millones de euros, el triple de lo que fue en 2012, debido a su deterioro, vandalismo y bajo uso.
Estos factores son clave para ver la caída en uso que han sufrido tanto las cabinas telefónicas públicas como de las guías telefónicas, ya que es por ellos que los concursos públicos para designar a un operador para prestar estos servicios han quedado totalmente desiertos. Ambos se celebraron el pasado 30 de septiembre. La información, publicada en el BOE de este martes, añade además que los operadores tenían hasta el 3 de noviembre para presentar solicitudes, pero al igual que la subasta, nadie presentó ninguna.
El Gobierno elegirá a un operador durante 3 años
Al no hacerse cargo ningún operador, la decisión recae en manos del Gobierno, el cual tiene ahora un plazo para obligar a un operador a hacerse cargo de los servicios. El Gobierno tendrá que designar a una compañía para que se encargue de prestar el servicio de la guía telefónica, y también tendrá que designar a otra para que se encargue de suministrar una oferta suficiente del servicio de teléfonos públicos de pago. La obligación de designar a una compañía a prestar ambos servicios se debe a que ambos servicios son universales y su prestación no puede quedar vacante.
El Gobierno lo hará a través de una orden ministerial, y tiene potestad para designar a un operador con un ‘poder significativo en el mercado’ para la prestación de los servicios, siendo muy probablemente Telefónica a quien volvería a encargárselo. El Gobierno establecerá de esta manera las condiciones para la prestación de servicio, incluyendo las tarifas, y lo hará durante un periodo de 3 años, hasta finales de 2019, revocable si se elimina la universalidad de las cabinas como servicio.
Al tercer concurso sobre la gestión del servicio de conexión a la red y telefonía fija tampoco se presentó nadie, pero Telefónica sí contacto mediante solicitud para hacerse cargo de este servicio. A pesar de ello, en la oferta de Telefónica no se cumple con las condiciones tarifarias establecidas. Por tanto, es muy probable que finalmente sea Telefónica quien se encargue de la gestión de las cabinas, de las guías telefónicas, y de los servicios de conexión a la red y telefonía fija.