La presentación del Samsung Galaxy S8 volverá a tener lugar en Barcelona, en el Mobile World Congress 2018 en algo menos de tres meses, y cada vez tenemos más detalles sobre el nuevo buque insignia surcoreano. En la última semana se ha estado comentando que, de nuevo, la compañía líder en tecnología de consumo apostará por una única opción de memoria interna, pero esta vez se irían hasta los 256 GB. Exactamente igual que los iPhone 7, con la salvedad de que para ellos es una de las varias opciones, y más concretamente la más cara del catálogo.
En el caso del iPhone 7, y es algo que el terminal de la firma de Cupertino tiene en común con prácticamente cualquier otro del mercado, la variable de la memoria interna marca también, para el fabricante, una de las variables en los costes de producción. Si seguimos fijándonos en Apple, para el consumidor pasar de 128 a 256 GB supone un sobrecoste de 100 euros. Y en el caso de los costes de producción, evidentemente no es tan elevado, pero sí supone un aumento a considerar. Es precisamente por esto por lo que se habla de que el Galaxy S8 le saldrá algo más caro a Samsung en la fabricación. Sin embargo, el punto clave está en que el precio al consumidor se mantendrá.
El precio del Samsung Galaxy S8 no cambiará respecto a los anteriores
En cifras más concretas se estima que costará un 28% más la fabricación del Samsung Galaxy S8 respecto a los modelos justo anteriores. Una cifra que viene a partir de la cadena de producción, de fuentes cercanas, pero que no ha sido confirmada por Samsung, y muy probablemente no se llegará a confirmar. Y al mismo tiempo que llegan estos datos, aseguran también desde la misma fuente que el precio en tienda se mantendrá intacto con respecto a la generación anterior, los actuales Samsung Galaxy S7 y Samsung Galaxy S7 edge.
Es decir, que si este pronóstico para el Samsung Galaxy S8 se cumple, tanto el ‘flat’ como la versión edge tendrían la misma memoria que el iPhone 7 más caro, pero con un precio notablemente inferior a esta opción de Apple. Por otro lado, la diferencia de tiempo –de septiembre a febrero- dará a Samsung también cierta ventaja para dar un rendimiento superior con sus procesadores Exynos. Además, se espera que en lo último de la casa surcoreana se monten 8 GB de memoria RAM, entre otras mejoras como el escáner de iris que ya vimos en el Note7.