Microsoft Office cumple 25 años, ¿sigue siendo la mejor suite de ofimática?

La suite de ofimática de la compañía de Redmond, Microsoft Office, cumple hoy 25 años desde que fuese lanzada al mercado por primera vez. Para sorpresa de muchos, no fue para Windows, sino para los Macintosh de Apple cuando se estrenó el 1 de agosto de 1985.
Microsoft Office, la suite de ofimática que hoy utilizan millones de usuarios a nivel doméstico y profesional, nació hace ya 25 años como producto comercial. Su lanzamiento se produjo, por primera vez, el 1 de agosto de 1985. Aunque hay a quien pueda extrañar a estas alturas, Microsoft Office en su primera versión llegó para los ordenadores Macintosh de Apple bajo el programa The Macintosh Office.
The Macintosh Office, demasiado adelantado a su época
En 1985, la compañía de Cupertino consiguió ver, antes de tiempo, la forma de trabajo idónea en oficinas y otras situaciones. Pretendían mejorar la productividad poniendo al alcance de los «grupos de trabajo» una solución que combinaba hardware y software de tal forma que, conectados en red, los ordenadores trabajasen de una forma más conjunta compartiendo, por ejemplo, una impresora común conectada en esta misma red. Además, en cuanto a la impresora, Apple trató de convencernos a través de una nota de prensa, de que su calidad acercaba los resultados a la «escritura a mano». En cualquier caso, esto que Apple denominó «The Macintosh Office» es lo que, a fin de cuentas, hemos ido adoptando como forma de trabajo con los ordenadores de escritorio.
Microsoft Office, la pieza base de la oficina a finales de los 80
Evidentemente, no fue sino bastante más tarde cuando se extendió su uso y se popularizó. No obstante, sólo un año después del lanzamiento del Macintosh 128k, Microsoft puso en el mercado su solución de ofimática para ordenadores Macintosh. Aunque se ha visto modificada en un muy elevado grado, la suite de ofimática que Microsoft acercaba a los primeros usuarios de ordenadores domésticos de la mano de Apple es, en esencia, lo mismo que utilizamos hoy a diario, es decir, un conjunto de soluciones de software orientadas a mejorar la productividad en tareas «de oficina», tales como utilización de hojas de cálculo, presentaciones o documentos de texto. Pero, desde entonces, otras alternativas a Microsoft Office han surgido.