Apple tiene dos problemas serios: el iPhone y la IA

En un mercado donde índices como el S&P 500 acumulan una subida del 7% en 2025, las acciones de Apple (AAPL) presentan una notable debilidad, con una caída del 13,1% en lo que va de año, según datos de cierre del 3 de julio de 2025. Esta tendencia ha reconfigurado el podio de las mayores tecnológicas por capitalización bursátil: Nvidia (NVDA) se sitúa en 3,43 billones de dólares y Microsoft (MSFT) en 3,23 billones, superando a Apple en aproximadamente 0,8 y 0,6 billones respectivamente, según datos de Bloomberg Terminal. En este momento, Nvidia vale 800.000 millones más que la firma de la manzana mientras que Microsoft supera a la firma en más de 600.000 millones.
La compañía fundada por Steve Jobs atraviesa un momento decisivo. A pesar del rally que vive la bolsa estadounidense —con el SP 500 subiendo más de un 7% en lo que va de 2025 y el Nasdaq coqueteando con máximos históricos impulsado por el auge de la inteligencia artificial y las empresas de crecimiento que esperan como el agua de mayo una bajada de tipos de interés, la tecnológica de Cupertino ha perdido un 13% de su valor bursátil en 2025 mostrando una debilidad poco conocida. Y no es una simple corrección: es un signo de que el mercado empieza a cuestionar el presente —y el futuro— de la empresa más icónica del sector tecnológico y que hasta inversores como Warren Buffett han tenido que tomar medidas vendiendo parte de sus posiciones.
Año | % Caída Anual | Evento Desencadenante | Tiempo de Recuperación (meses) |
---|---|---|---|
2015 | -3.0% | Preocupaciones sobre la demanda del iPhone 6s y desaceleración en China | 6 |
2018 | -6.8% | Guerra comercial entre EE.UU. y China afectando las ventas y la cadena de suministro | 8 |
2020 | -10.0% | Pandemia de COVID-19 impactando la producción y demanda global | 10 |
2025 | -13.0% | Estancamiento en las ventas de iPhone y retraso en la adopción de inteligencia artificial | En curso |
El problema tiene nombre: iPhone
Aunque Apple sigue siendo una de las empresas más rentables del mundo, su talón de Aquiles empieza a ser su producto estrella: el iPhone. Las cifras lo evidencian. Las cifras oficiales de la compañía lo evidencian. En su informe fiscal 10-K de 2022, Apple reportó ingresos de 205.489 millones de dólares por la venta de iPhones. Para el ejercicio fiscal de 2023, esta cifra se contrajo a 200.583 millones, como consta en el informe 10-K correspondiente. Firmas de análisis como IDC estiman que esto se corresponde con una caída en unidades vendidas de aproximadamente 2 millones de terminales. En 2024, la tendencia continuó mostrando un claro estancamiento en ventas y presión competitiva.
El problema se agrava en mercados clave como China, donde Apple ha perdido terreno frente a rivales como Honor o Xiaomi. Y lo preocupante no es solo la caída en ventas, sino la percepción de que Apple ha dejado de innovar. Aquellos que somos fieles a la marca apenas hemos notado cambios en las últimas generaciones. En mi caso concreto, siempre he comprado el último «Pro» y tengo los mismos problemas. La batería apenas ha mejorado y con uso intensivo no se alcanza el día, el teléfono se sigue calentando demasiado cuando se graba vídeo o las funciones de IA están a años luz de lo que ofrecen otros competidores con Android. A nivel diseño también cansa siempre tener el mismo equipo y no ver un pequeño atisbo de innovación. ¿No se atreven con teléfonos flexibles? ¿Falta talento en la firma para dar un golpe de timón?

¿Dónde está la inteligencia artificial?
Mientras Samsung, Honor, Oppo o Xiaomi integran funciones de inteligencia artificial generativa en sus cámaras, sistemas operativos y asistentes virtuales, Apple apenas ha esbozado su propuesta con Apple Intelligence, aún sin despliegue global ni grandes funcionalidades que impacten al usuario final. Hace no mucho tuve la ocasión de probar un HONOR 400 y las funciones de fotografía dejaban en muy mal lugar al último iPhone. La capacidad de mejorar fotos con IA, que las instantáneas cobren vida, todo eso incorporado de forma nativa en un teléfono que es muchísimo más barato. ¿A qué esperas Apple para copiar lo mejor de tus rivales?
Esta percepción de retraso es compartida por analistas del sector. Un informe de Morgan Stanley de junio de 2025, aunque reconoce los avances con Apple Intelligence, señala que la compañía ‘aún necesita acelerar su ritmo para mantenerse a la par con sus competidores’. De forma similar, Goldman Sachs advertía en julio de 2025 que ‘la falta de una estrategia clara y diferenciada en IA podría comprometer la posición de Apple en el mercado tecnológico a largo plazo’.
Esta aparente inacción contrasta con la estrategia de sus competidores. Analistas del sector sugieren que Apple podría beneficiarse de la integración de funciones de IA generativa ya presentes en terminales de rivales como Honor u Oppo para no perder cuota de mercado. La IA se ha convertido en la nueva fiebre del oro en Silicon Valley, y gigantes como Nvidia, Meta, Amazon o Microsoft están capitalizando este nuevo paradigma a toda velocidad. Apple, por el contrario, parece ir a rebufo, sin un ecosistema de IA que seduzca al mercado. El gigante de los chips tiene unas proyecciones impresionantes para los próximos ejercicios gracias a la inteligencia artificial, por el contrario Apple no tiene una hoja de ruta que parezca indicar que vaya a disparar sus ingresos gracias a la famosa IA.
Los servicios crecen pero no bastan
Es cierto que la división de servicios —Apple TV+, App Store, Apple Music, iCloud, suscripciones, etc.— sigue creciendo a buen ritmo. Pero no compensa el frenazo del hardware, que representa más del 70% de los ingresos de la compañía. Además, los lanzamientos recientes no están cumpliendo expectativas: el Apple Watch está estancado y el caso más evidente es el de las gafas Vision Pro, que han pasado del hype a la irrelevancia comercial en pocos meses. Nada más salir al mercado adquirí las gafas en Estados Unidos y se han convertido en decoración de mi oficina. Nulo interés por los desarrolladores y un diseño que nada tiene que ver con Apple con una batería pesada que te acompaña en el bolsillo cada vez que se utiliza el equipo. Si Steve Jobs levantara la cabeza seguramente pondría el grito en el cielo.
La realidad es que la firma ya no lanza productos disruptivos como antaño. El iPad creó el mercado de las tablets. El Apple Watch abrió la categoría de wearables. Pero ahora… ¿qué viene después? Ya ni siquiera se habla de los rumores que apuntaban al lanzamiento de una televisión o incluso un coche. También estuvo sobre la mesa una posible adquisición de Netflix pero el líder del streaming ha ganado demasiado tamaño y ahora es inabordable.
El futuro de Apple: ¿resurgir o reinventarse?
El mercado ya ha empezado a premiar a los nuevos ganadores del ciclo: Nvidia gana entre 100 y 200 millones de dólares al día gracias a la IA, Microsoft es la segunda empresa más valiosa del planeta gracias a Azure + OpenAI, y Meta ha resucitado con fuerza gracias a la IA aplicada a redes sociales y publicidad. Además maneja las comunicaciones gracias a Whatsapp e Instagram.
Mientras tanto, Apple sigue dependiendo del iPhone como fuente casi única de ingresos relevantes. Una apuesta arriesgada si el producto no vuelve a ilusionar o si no hay un “one more thing” en el horizonte. De hecho lo único que hace la compañía es ejecutar planes de recompra de sus acciones que está muy bien porque beneficia a sus accionistas en lugar de aumentar el dividendo y tener que pasar por las fauces de Hacienda, pero es insuficiente y por eso el dinero se está yendo a la IA, otros gigantes tecnológicos y a las empresas cuánticas.
En un mundo que se mueve a la velocidad de la inteligencia artificial, Apple necesita algo más que refinamientos de diseño y procesadores más rápidos. Necesita un golpe de efecto, una visión clara y nuevos productos que enamoren. A nivel de comunicación también parece que va tarde. Solo invita a sus eventos a los influencers y periodistas que son acólitos de la manzana mordida. Un error clarísimo que significa que la compañía tiene poca capacidad de autocrítica.