Vodafone está decidida a hacer una de sus puestas más ambiciosas de los últimos años, y nada tiene que ver con una promoción en tu tarifa móvil. En este caso, la compañía ha anunciado que va a realizar una inversión de 100 millones de euros con el objetivo de reforzar la conectividad entre Europa y Asia, y asentar lo que la compañía define como un «corredor digital moderno» entre ambos continentes.
Hablamos de la construcción de un cable submarino que cruzará el Mar Negro para unir Ucrania, Bulgaria, Georgia y Turquía. El proyecto recibe el nombre de Kardesa, según ha podido confirmar la propia compañía en un comunicado del que se ha hecho eco Europa Press.
Inversión de 100 millones de euros
La operadora roja asegura que el primer punto de conexión del sistema se establecerá en Bulgaria en 2027, para después conectar Turquía, Georgia y Ucrania, en ese orden, estando este último condicionado a que los trabajos se realicen solo en zonas «de seguridad reconocidas internacionalmente», para que no afecte la guerra entre Rusia y el país ucranio. El objetivo de esta iniciativa no es otro que el de reforzar la infraestructura digital en una región clave para las telecomunicaciones globales, sobre todo teniendo en cuenta el contexto de tensiones que se vive en el este europeo.
La idea de Kardesa es que sea capaz de ofrecer una capacidad de transmisión de unos 500 terabits por segundo, con los que se alzará como uno de los corredores de comunicaciones más potentes de la zona. La operadora Vodafone, por su parte, asegura que el despliegue de esta red mejorará la fiabilidad y la velocidad de internet en aquellos países donde llegue el cotizado cable, al mismo tiempo que impulsa la inversión extranjera y el crecimiento de las economías locales. El proyecto también aumentará la diversidad de rutas digitales, factor clave para garantizar la solidez de las comunicaciones internacionales ante posibles cortes e incluso ante tensiones geopolíticas y sus consecuencias derivadas.
De acuerdo con los datos que maneja el grupo, entre el 97 % y el 98 % del tráfico internacional de internet se transporta actualmente a través de cables submarinos, por lo que este tipo de infraestructuras son la base de las conexiones a nivel mundial. Cada una de las nuevas rutas de este tipo que vayan apareciendo pondrá una piedra más en la tarea de diversificar y asegurar un flujo global de datos con menos latencia y una mayor estabilidad frente a caídas.
Vodafone coloca esta inversión dentro de su estrategia de largo plazo para reforzar la infraestructura digital europea y mejorar las conexiones con Asia. El proyecto también refleja el vital papel de las grandes operadoras de telecomunicaciones a la hora de transformar la tecnología mundial, una en la que se necesitan nuevas rutas de tráfico de internet, y en la que el crecimiento de estas se produce de manera exponencial.
En palabras de la propia operadora, Kardesa será “una herramienta clave para el desarrollo digital del continente”, permitiendo un intercambio de datos entre regiones más rápido, seguro y eficiente, sobre todo en zonas que tradicionalmente no han podido disfrutar de infraestructuras de red de alta calidad.
Además de lo que significa a nivel técnico, la importancia de este proyecto está en que, por ejemplo, en Ucrania, ayudará en pleno proceso de reconstrucción y modernización. Por otro lado, la llegada a Turquía y Georgia, países que hacen de puente entre Europa y Asia, será clave en términos geopolíticos, reforzando su presencia global en el mapa de las telecomunicaciones.
