Cómo la resistente infraestructura de red en Europa mitiga el impacto de cortes en los cables submarinos
Cloudfare, compañía de infraestructura en la nube y ciberseguridad, ha realizado un análisis sobre dos recientes incidentes que han ocurrido en los cables submarinos de Internet en Europa, en el que pone de manifiesto que el buen diseño y funcionamiento del sistema de red en el continente posibilita que los problemas con los cables submarinos no causen tanto daño como el que sería esperable.
El domingo 17 de noviembre de 2024, el cable submarino BCS East-West Interlink que conecta Sventoji (Lituania) y Katthammarsvik (Suecia) sufrió daños alrededor de las 10:00, hora local de Lituania. En menos de 24 horas, el cable submarino C-Lion1, que conecta Helsinki (Finlandia) y Rostock (Alemania) también sufrió daños, durante la madrugada del lunes 18 de noviembre.
Según se desprende de los gráficos de Cloudfare Radar, ninguno de estos incidentes provocó un impacto desfavorable significativo en la conexión a Internet de los países afectados, demostrando una gran resiliencia en la estructura continental. Esto es posible en parte gracias a la capacidad de las operadoras de desviar el tráfico por otros cables o rutas alternativas.
Desde Telia Lietuva, la telco que opera el cable entre Suecia y Lituania, señalaron que «el cable lituano transportaba aproximadamente un tercio de la capacidad de Internet del país, pero la capacidad se transportaba por otras rutas».
Así, desde la firma explican que «la construcción de una arquitectura de red redundante y resistente, en múltiples niveles, es una buena práctica», tal y como ha quedado de manifiesto con estos eventos en Europa. La construcción de una red resistente «incluye el envío de tráfico a través de múltiples cables físicos (submarinos y terrestres), la conexión a múltiples proveedores de red de pares y ascendentes, e incluso evitar puntos únicos de falla en recursos centrales de Internet como servidores DNS».
Los cortes no alteraron la calidad de la red
En el caso de Lituania y Suecia, las métricas de calidad de Internet de Cloudfare para ambos países muestran cambios en el ancho de banda medido y la latencia a lo largo del día del domingo, pero «sin cambios anómalos repentinos visibles alrededor del momento del corte del cable». Un aumento en la latencia sería uno de los efectos esperables tras un corte en un cable submarino, sin embargo, la ligera subida de la latencia en Suecia comenzó a registrarse un poco antes del corte del cable, por lo que probablemente ni siquiera esté relacionada con el suceso.
Lo mismo ocurre en el caso del cable Alemania-Finlandia, ya que tanto Finlandia como Alemania también cuentan con una infraestructura de cables submarinos redundante y resiliente, con más de 10 cables que llegan a Finlandia y casi 10 que llegan a Alemania, incluido Atlantic Crossing-1 (AC-1), que se conecta con los Estados Unidos a través de dos rutas distintas.
Asimismo, «los mapas de fibra terrestre de Arelion y eunetworks (por citar solo dos ejemplos) muestran múltiples rutas de fibra redundantes dentro de ambos países, así como rutas transfronterizas a otros países vecinos, lo que permite una conectividad a Internet más resistente», apuntan desde Cloudfare.