A estas alturas, las temperaturas todavía respetan un poco. Pero, según va avanzando el otoño y se va acercando el invierno, bajarán. Por eso mismo, ahora es el momento perfecto de preocuparte de una serie de puntos de tu casa. Especialmente si quieres afrontar de la mejor manera el frío. Aunque no tienes por qué hacerlo solo, a continuación puedes encontrar una serie de recomendaciones que te serán de gran ayuda.
Combatir el frío en casa no solo pasa por encender la calefacción y ya. Hay una serie de consejos o trucos que puedes seguir para no pasar frío y, a su vez, ahorrar al máximo en la factura del gas o de luz durante el siguiente invierno. Para esto mismo, la OCU tiene hasta 10 recomendaciones diferentes que son clave para que no te pille desprevenido en tu vivienda.
No pases frío y ahorrar al mismo tiempo
Hay consejos que son más fáciles de aplicar que otros, pero aun así, todos suman. Todo con el objetivo de que no pases frío y también puedas ahorrar en las siguientes facturas cuando bajen por completo las temperaturas en España.
Revisa los radiadores
Una de las primeras cosas que hay que revisar antes de usar este invierno son los radiadores de casa. El mantenimiento es fundamental para que funcionen sin inconvenientes y no gasten más de la cuenta. Si los cerraste este año al no usarlos, recuerda abrirlos. Y lo ideal es que hagas una prueba para comprobar que el agua circula bien.
Además, es aconsejable purgarlos si escuchas ruidos extraños del radiador -si es automático, expulsa el aire por sí solo-:
- Asegúrate de tener la calefacción apagada y que el radiador esté frío.
- Localiza la válvula de purga (suele estar en un lateral).
- Coloca un recipiente debajo.
- Gira (usa una llave de purga o un destornillador plano) en sentido antihorario y hazlo despacio.
- Primero empezará a salir aire y habrá que esperar hasta que salga agua de forma continua. Cuando esto pase, quiere decir que ya no hay aire en el circuito.
- Por último, cierra el purgador.
¿La caldera está a punto?
También hay que preocuparse de la propia caldera que tienes en casa. De primeras, cuando esté apagada, revisa que la presión esté entre 1-1,5 bares. También puedes ajustar la temperatura de la caldera: para las de condensación lo ideal es que esté a 55-60 grados; si es mixta es de 40-50 grados; y si es una caldera con acumulador, unos 55-60 grados.
Cómo está el termostato
Otro de los elementos que no pueden faltar es el termostato. Es decir, el dispositivo con el que puedes controlar la temperatura de tu sistema de calefacción. Si es inalámbrico, revisa si funciona correctamente (por ejemplo, si tienes pilas). Lo más sencillo es que lo pongas a prueba para ver si funciona bien o no.
Cuidado con la temperatura
A todo esto, no cabe duda de que uno de los puntos con los que más vas a ahorrar en invierno es la temperatura que pongas. Lo suyo es poner unos 20 o 21 grados (según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE). Con esto puedes ahorrar hasta un 20 % en la factura. Y por las noches, si quieres mantener una buena temperatura, lo ideal es dejar la calefacción a unos 16 grados.
¿Usas todos los radiadores?
Puede parecer algo básico, pero si hay zonas de la casa que no usas casi nunca y está encendido el radiador, es hora de que lo cierres. Es cierto que no siempre es así, pero hay casos particulares en los que puede pasar justamente esto. Al menos solo cuando no los tengas que utilizar. Con esto también conseguirás una gestión energética eficiente y sencilla. Según estimaciones del IDAE, esta simple acción puede suponer un ahorro que val del 8 al 13 % en tu factura.
Los reflectores son de gran ayuda
Otra de las diferentes recomendaciones que da la OCU a los usuarios pasa por poner reflectores en los radiadores. ¿En qué consiste? Pues muy sencillo. Estos paneles reflectantes se colocan entre el radiador y la pared, algo que ayuda a distribuir de mejor manera el calor que desprenden. Esto hace posible que se recupere un 10 o 20 % del calor que se va a hacia la pared.
¿Qué decoración tienes en casa?
Aunque no lo creas, la decoración del hogar marca la diferencia. Concretamente, el hecho de usar alfombras o cortinas de color oscuro, y todo porque absorben la radiación solar y subirán la temperatura de la casa. O, por otra parte, el hecho de tener una cortina más fina dejará que entre mejor la luz del sol y, por tanto, el calor. En cambio, si tienes otra gruesa, lo que se consigue es que no deje pasar el frío por la noche. Por lo que la mejor combinación es utilizar unas cortinas dobles.
El aislamiento marca la diferencia
Por otra parte, tener un buen aislamiento es fundamental. Ya no solo por el hecho de pasar más o menos frío, sino por el ahorro que tendrás. Es importante que revises las ventanas y puertas. Por ejemplo, un buen aislamiento puede reducir en un 30 o 50 % la pérdida de calor. Lo ideal es tener ventanas de doble acristalamiento con buen marco o puertas que sellen bien y así evitar posibles corrientes.
Prueba a poner válvulas termostáticas en los radiadores
Esto es más para los expertos o aquellos que busquen opciones adicionales. Básicamente, consiste en poner válvulas termostáticas para regular la temperatura de los radiadores como quieras. Es decir, te permitirá controlar la temperatura de cada radiador de manera individual. Por lo que podrás elegir a qué temperatura está el aparato de cada habitación.
