Tu ordenador se apaga solo, de repente, como si le hubieras dado la orden, pero no es así, y no sabes por qué. Lo cierto es que si se repite esta situación es bastante incómodo tener que esperar a que se apague y volverlo a encender. También debemos preocuparnos por las causas del apagado repentino, ya que puede ser una tontería de fácil solución o un problema grave que indique que el ordenador está en las últimas.
Que los ordenadores hacen cosas raras e inesperadas no es nuevo. Una de esas cosas es que, de repente, se apaga como si fuera una acción programada, no por ti desde luego, eso es lo que más desconcierta. Otras veces sucede como cuando se va la luz de casa y se apaga en una décima de segundo, esto ya puede indicar algo más serio. En resumidas cuentas, la causa del problema de apagado puede estar en el software o en el hardware.
Problemas de configuración en Windows
Los problemas con la configuración del sistema operativo o la incompatibilidad con algunos programas pueden provocar apagados inesperados que suelen venir precedidos de la consiguiente pantalla de error. Por esto mismo hay que estar atento de la configuración del ordenador Windows, ya sea una versión más reciente o antigua.
Drivers o Controladores
Es probable que tengas instalados los controladores más actuales de tus dispositivos (monitor, tarjeta gráfica, impresora, etc.) debido a que se descargan e instalan automáticamente con Windows Update. Sin embargo, un error en el proceso de actualización o en la instalación inicial puede estar generando un error que provoque el apagado del equipo.
Para solucionar este problema la mejor solución es que actualicemos manualmente los controladores o los reinstalemos. Lo normal es que el error haya comenzado a partir de algún cambio en los dispositivos de tu equipo, como puede ser la conexión de un aparato nuevo o una reciente actualización de controladores, por lo que deberías intentar actuar sobre ellos primero. Para actualizar manualmente los drivers en Windows 10 tenemos que hacer lo siguiente:
- En el cuadro de búsqueda de la barra de tareas introducimos Administrador de dispositivos y lo seleccionamos.
- Ve seleccionando las categorías de los controladores que quieres actualizar y pulsa con el botón derecho del ratón sobre ellos.
- Haz clic en Actualizar el controlador.
- Windows lo buscará y lo actualizará. En caso de no encontrarlo tendrás que buscarlo manualmente desde la web del fabricante. Solo necesitas conocer el modelo.
Si el problema persiste puedes reinstalar los controladores de esta manera:
- Busca Administrador de dispositivos en el cuadro de búsqueda de la barra de tareas.
- Selecciona la categoría primero, y el dispositivo después y pulsa con el botón derecho.
- Pulsa en desinstalar.
- Reinicia el ordenador.
- Windows se encargará de instalar el controlador de nuevo cuando detecte el dispositivo al arrancar el ordenador.
Configuración de energía
A veces se desconfiguran los perfiles predeterminados de energía de Windows, provocando apagados y encendidos repentinos. Si el problema de apagado viene de aquí es aconsejable crear una configuración de energía predeterminada nueva, lo haremos siguiendo estos pasos:
- Pulsa la tecla Windows + x.
- Elegimos Panel de control.
- Hacemos clic en Hardware y sonido.
- Pulsamos en Opciones de energía.
- En la sección Planes preferidos activamos Equilibrado (recomendado).
- Hacemos clic en Elegir el comportamiento de los botones inicio / apagado en la barra lateral izquierda.
- Pulsamos en Cambiar la configuración actualmente no disponible.
- Deshabilitamos Activar inicio rápido (recomendado).
- Guardamos los cambios.
- Reiniciamos el equipo a la espera de que se haya podido solucionar el problema.
Actualizaciones programadas
Se puede dar la circunstancia de que no tengamos las notificaciones activadas y no nos enteremos o no recordemos que tenemos pendiente un reinicio programado, suele suceder tras una actualización de Windows 10. Este tipo de acciones suelen ejecutarse fuera del horario laboral, es decir, del horario que marquemos como activo.
Para solucionar este tipo de reinicios inoportunos podemos ir a Inicio / Configuración / Actualizaciones y seguridad, ahí podremos Pausar temporalmente las actualizaciones durante 7 días y también reanudarlas.
Configuración de la tarjeta de red
Dentro de las diferentes configuraciones de software que se deben tener en cuenta a la hora de sufrir el apagado continuo de un PC Windows en diferentes momentos del día, está la tarjeta de red. Dentro de su menú, es posible que no lo sepas, pero lo cierto es que hay un pequeño ajuste que puede influir en el comportamiento del ordenador. Por esto mismo, otro de los puntos que se deben revisar es el menú de ajustes de la tarjeta de red del equipo.
Para echar un vistazo a este menú, habrá que seguir esta serie de pasos desde tu ordenador Windows:
- Ve al buscador de Windows.
- Escribe Administrador de dispositivos y pulsa sobre esta opción.
- Dentro de este menú, despliega el apartado de Adaptadores de red.
- Haz doble clic sobre la tarjeta de red que tiene tu equipo para entrar en su configuración.
- Cuando se despliegue una nueva ventana, hay que ir al apartado de Administración de energía y desmarcar la opción Permitir que este dispositivo reactive el equipo.
- Y lo más importante, para que no se apague solo, desactiva la pestaña Permitir que el equipo apague este dispositivo para ahorrar energía.
Sin embargo, no en todos los equipos Windows se encontrará la pestaña de Administración de energía dentro de la configuración de la tarjeta de red. Por lo que, en función del ordenador que tengas, es posible que cuentes o no con este apartado en concreto. Igualmente, es una opción que hay que revisar para salir de dudas y saber si esta herramienta era la que provocaba que el PC se apague solo en diferentes momentos del día.
Errores graves
Lo primero es saber que Windows 10, si detecta un error grave, automáticamente reiniciará el equipo previo pantallazo azul. Es una acción que viene activada por defecto. Podemos desactivarla, pero teniendo en cuenta que hablamos de errores graves más bien es una solución temporal a muy corto plazo. En el caso de que tu ordenador esté en las últimas y vayas a deshacerte de él, o si decides arriesgarte a seguir usándolo con el error grave, esto es lo que puedes hacer para desactivar el reinicio automático (recordamos que no es una opción recomendable):
- Vamos a Este equipo y hacemos clic con el botón derecho del ratón y pulsamos en Propiedades.
- Nos dirigimos a Configuración avanzada del sistema y a la sección Opciones Avanzadas.
- Seleccionamos Inicio y recuperación y después Configuración.
- Desactivamos la opción Reiniciar automáticamente.
Malware o virus
Otro de los motivos muy a tener en cuenta es que hayamos sido infectados por un virus en nuestro ordenador o que tengamos presencia de cualquier otro tipo de malware o accesos remotos. En caso de que tengas desactivados Windows Defender y Windows Firewall actívalos, si ya lo tenías hecho es mejor que recurras a otros programas externos. Para ello tendremos que echar mano de un antivirus, como Avast por ejemplo que tiene un plan gratuito, y un firewall como ZoneAlarm por ejemplo.
Es muy posible que cualquiera de las actividades maliciosas mencionadas esté generando algún tipo de problema en el sistema que provoque los apagados inesperados, por eso es prioritario hacer una limpieza.
Si después de haber usado un buen software antimalware o incluso uno que elimine troyanos para eliminar aquella infección que estabas sufriendo, todavía te sigue ocurriendo el mismo problema, es posible que el virus haya dejado huella. En ese caso tendrás que recurrir a un programa que te permita limpiar el registro de Windows para dejarlo como nuevo.
Algunos de los mejores limpiadores de registro en los que puedes confiar incluyen programas del tipo de Wise Registry Cleaner y Glary Registry Repair, aunque con CCleaner también puedes obtener buenos resultados.
Sobrecarga de recursos
¿Cuándo se apaga tu ordenador? Es posible que hayas detectado cierto patrón en el momento en el que el equipo decide apagarse o reiniciarse solo. Una de las razones de ello se podría encontrar en que estás provocando una sobrecarga de recursos que tu procesador, memoria RAM o tarjeta gráfica no son capaces de gestionar.
Una posible explicación de esto es que estés intentando ejecutar programas de grandes exigencias o juegos que tienen recursos muy superiores a los que puedes cubrir con tu equipo. Lo primero que pasaría en este caso sería que tu ordenador se comenzaría a ralentizar casi al punto de no permitirte hacer movimientos de ratón de forma adecuada. Si estuvieras escuchando sonido, este también se silenciaría. Y, después de eso, el ordenador se podría apagar de repente como sistema para salir del bucle en el que habría entrado intentando responder a todas tus peticiones. Por fortuna, este es un problema que tiene fácil solución tomando nota de lo que ocurre y no sometiendo al ordenador a esos niveles de saturación.
De todas formas, intenta no justificar siempre que ocurra debido a que estés usando un software demasiado exigente. En ocasiones se pueden producir problemas de compatibilidad con programas que, por lógica deberían funcionar, y que acaban generando esos efectos que te hemos descrito.
Modo reposo
Entre todas las razones que pueda tener tu equipo para apagarse, posiblemente esta sea una de las más fáciles de solucionar y de las que menos dolores de cabeza te darán. Por lo general, el modo Reposo actúa de forma que tu ordenador hiberne cuando no se produce ninguna actividad en tu ordenador durante un periodo de tiempo determinado que hayas establecido. Pero hay casos en los que Windows 10 toma la decisión de apagarse en vez de entrar en modo Reposo, lo que se puede estar convirtiendo en tu problema.
La única opción que tienes de evitar este problema es desconectar el modo Reposo y recurrir a un programa alternativo que haga la misma función. La configuración del modo Reposo la harás en el apartado energía y batería dentro de Sistema. Si se encuentra activado tendrás que elegir la opción «Nunca». En ese mismo menú hay otras opciones de suspensión que puedes personalizar y que quizá ayuden a evitar el problema.
Algunos programas que puedes usar en sustitución incluyen herramientas como AMP WinOFF, Airytec Switch Off y SleepTimer Ultimate.
Problemas de hardware
La cosa se empieza a complicar cuando nuestro ordenador nos da problemas como los apagados inesperados y la causa está en el hardware, porque las soluciones no suelen ser sencillas. Un fallo de hardware específico puede aparecer registrado en el Administrador de Dispositivos de Windows marcado con el símbolo de exclamación.
Sobrecalentamiento
Esta es una de las causas más habituales cuando sufrimos apagones por sorpresa. Al igual que sucede con todo tipo de dispositivos electrónicos, cuando alcanzan una temperatura demasiado alta se bloquean o se apagan para evitar males mayores. Puedes instalar una aplicación de monitorización que controle la temperatura de los procesadores y demás componentes, pero suele percibirse fácilmente cuando un equipo está demasiado caliente, basta con tocar las rejillas de los ventiladores, si queman de verdad, es que el ordenador se está sobrecalentando, si solo notamos que están calientes consideraríamos eso algo dentro de lo normal.
La solución es muy sencilla, puedes colocar una base refrigeradora que ayudará a que el equipo no llegue a temperaturas tan altas. Para los más manitas, los que se atreven a meter mano a la CPU, es recomendable instalar unos ventiladores más potentes que ayuden a disipar el aire caliente. Antes de adquirir la base refrigeradora asegúrate de que te aporte calidad y que permita una buena circulación del aire. Si necesitas comprobar de inmediato que el problema es la alta temperatura del portátil, puedes usar un ventilador de mano apuntándolo directamente a la zona del ordenador que esté más caliente. Déjalo el tiempo que sea necesario hasta que el ordenador se enfríe y sigue usándolo para ver si, con menos temperatura, ya no se vuelve a apagar.
Placa base
Los problemas relacionados con la placa base, pueden ser también una causa de apagones repentinos en un sistema operativo como Windows 10. La placa base es el componente central que conecta y coordina todos los demás elementos del hardware de un ordenador. Cuando tiene fallos, estos pueden tener repercusiones en el rendimiento general del sistema.
Uno de los posibles problemas en la placa base que podría provocar apagones inesperados es la presencia de condensadores defectuosos. Estos pequeños componentes son importantes para la estabilidad eléctrica de la placa base. Si alguno de ellos falla, puede provocar fluctuaciones de voltaje que terminan en apagones. Inspecciona visualmente la placa base en busca de condensadores hinchados o con fugas. Este podría ser un indicio de esta problemática.
Otro aspecto a tener en cuenta es la presencia de posibles cortocircuitos. La acumulación de polvo o la presencia de objetos extraños entre los componentes de la placa base pueden causar cortocircuitos eléctricos, llevando a apagones bruscos. Es importante mantener la placa base limpia y libre de contaminantes para evitar estos problemas.
Además, los daños físicos, como rasguños o golpes en la placa, pueden poner en riesgo su integridad y provocar un mal funcionamiento. En casos extremos, esto podría llevar a apagones inesperados.
Por último, pero no menos importante, los problemas de soldadura en la placa base pueden generar conexiones eléctricas intermitentes. Esto podría provocar pérdidas de energía en momentos críticos, resultando en apagones repentinos. La resolución de este problema generalmente requiere tener conocimientos y técnicas más avanzadas y, en algunos casos, lo más conveniente es la asistencia de un profesional.
Memoria RAM defectuosa
Cualquier fallo físico en los módulos de memoria RAM o una mala configuración de ésta en la BIOS puede provocar apagados inesperados y otro tipo de errores. Para hacer algunas comprobaciones tendríamos que entrar en el panel de configuración de la BIOS y para ello es recomendable algo de experiencia, de lo contrario es mejor llevarlo a un servicio de reparación.
Lo ideal sería configurar la BIOS para restablecer las opciones predeterminadas y comprobar si así solucionamos nuestro problema.
BIOS desactualizada
Siguiendo con la BIOS, es posible que la instalación de un dispositivo nuevo provoque problemas porque la primera esté desactualizada. Al igual que hemos comentado anteriormente es recomendable estar familiarizado con la configuración de la BIOS.
Generalmente, el propio fabricante ofrece un menú de configuración y actualización de la BIOS que suele ser sencillo de utilizar. Pero lo que estamos repitiendo, siempre con mucho cuidado, y si tenemos alguna duda lo llevamos a un profesional. Además, antes de comenzar a actualizar la BIOS, asegúrate de haber visto tutoriales concretos de tu modelo y de tener toda la información que necesitas en las manos. Eso te evitará riesgos.
Fuente de alimentación
Si hay problemas con el suministro de energía esto afecta directamente al funcionamiento del equipo, sobre todo si se trata de un equipo de sobremesa o si tenemos problemas con la batería del portátil y no puede sustituir a la fuente de alimentación cuando ésta falla.
De hecho, un problema de conexiones o una chispa por una mala conexión pueden provocar el apagado del dispositivo. Revisa el cable de conexión y la fuente para comprobar que todo se encuentra en buen estado y así poder descartar esta posibilidad.
Disco duro
Cuando el disco duro en el que tienes instalado el sistema operativo, en este caso Windows 10, presenta problemas físicos de escritura o lectura es probable que esté pidiendo una sustitución a gritos.
Cuando hay problemas de lectura de archivos importantes para el funcionamiento del equipo, se pueden presentar diferentes tipos de errores poco comunes, entre ellos los apagados del sistema. Si el disco duro es de tipo SSD los errores son casi instantáneos. Hacer un análisis de superficie de la unidad puede revelar la presencia de este tipo de problemas.
Los discos duros son uno de los componentes que más sufren en el uso continuado del ordenador, por lo que no te deberías sorprender si el problema de los apagados de Windows se encuentra en este elemento. Un disco duro puede ofrecer un buen rendimiento entre 5 y 7 años, con una cantidad de horas de uso activas que se establece alrededor de las 20.000. No obstante, hay muchos factores que influyen en ello, como el fabricante, la calidad del disco duro, la conservación que se haya hecho del mismo o si ha sido sometido a un uso intenso repetidamente.
Si haces un cálculo del tiempo que tiene tu disco duro y de las horas que sueles usar el ordenador de forma activa, posiblemente podrías llegar a una conclusión. Además, en ordenadores portátiles el excesivo calor que se suele acumular en las estructuras no resulta nada beneficiosa para los discos duros. Por ello, como te decíamos antes, quizá el problema de los apagados sea debido al calor, pero vinculado también a que tu disco duro esté fallando debido a eso.