El disco duro virtual de Google ya está disponible con 5 GB gratuitos para almacenar todo tipo de archivos. Sin embargo, las condiciones de uso de Google Drive podrían despertar recelos entre los usuarios puesto que aceptarlas supone permitir a la compañía apropiarse de todos los contenidos que el usuario almacene en el servicio.
Al lanzamiento de la nueva plataforma de Google le ha vuelto a acompañar cierta polémica. La alternativa de la compañía californiana a los múltiples servicios de alojamiento en la nube como SkyDrive de Microsoft, Dropbox o Ubuntu One ha llegado después de generar una gran expectativa. Su gran baza es la integración en el ecosistema que Google ha conseguido generar a lo largo de los últimos años, de modo que se integre con servicios como Google Docs, una de las más gratas experiencias en la nube de la compañía.
Sin embargo, y a pesar de no haber cumplido siquiera un día de vida, ya han surgido las primeras críticas al servicio al considerar que impone unas condiciones abusivas y que atentan contra la privacidad de los contenidos que los usuarios almacenan en Google Drive. The Verge advierte sobre las condiciones en torno a la propiedad de los archivos que son almacenados en el disco duro virtual.
«Cuando subes contenido a nuestro servicio, das a Google (y a aquellos con los que trabajamos) una licencia para usar, almacenar, reproducir, modificar, crear obras derivadas, comunicar, publicar y distribuir estos contenidos«, señala Google en las condiciones de uso que han de ser aceptadas para poder utilizar Drive. Dicha cláusula implica que, por ejemplo, cualquier imagen que decidamos almacenar en los servidores de la compañía de Mountain View puede ser utilizada por ésta para publicarla en su blog sin que requiera de nuestro consentimiento. Más comprometedor es incluso que puedan tener acceso a los contenidos de archivos privados.
De este modo, Google Drive se plantea como un servicio muy útil, pero en el que quizá no sería aconsejable subir determinados documentos si no queremos ver comprometida nuestra privacidad. En este punto se diferencia claramente de los citados Dropbox y SkyDrive, aunque Google insiste en que la propiedad intelectual de los archivos sigue perteneciendo a los usuarios.
Las condiciones de Dropbox señalan que el usuario conserva «la totalidad de la propiedad sobre sus contenidos». «No reclamamos ninguna propiedad sobre ella. Los términos de uso no nos proporcionan ningún derecho sobre tus contenidos o su propiedad intelectual», explica la compañía que sólo exceptúa el caso de infracciones de propiedad intelectuales ajenas. En el caso de SkyDrive, Microsoft señala que «salvo en nuestro material, no reclamamos la propiedad del contenido que provees al servicio». Las diferencias parecen claras. En las manos del usuario queda la posibilidad o no de subir determinados archivos a Google Drive.