Utilizar smartphones y tabletas en los aviones pasará a estar menos restringido en cuestión de poco tiempo. Un informe de las autoridades estadounidenses de aviación señala que los riesgos de su uso son menores de lo estimado en principio, aunque las llamadas en pleno vuelo seguirán estando prohibidas.
Una de las restricciones en los aviones en las que más insisten las aerolíneas es la referida al empleo de teléfonos móviles y tabletas. Hasta ahora se ha recomendado encarecidamente a los pasajeros el no utilizar sus dispositivos, especialmente durante el despegue y el aterrizaje, estando completamente prohibidas las llamadas en estos momentos por los supuestos riesgos que puede entrañar a la hora de generar interferencias en el avión.
Sin embargo, este punto de vista podría cambiar en los próximos meses. Un informe de un comité integrado por miembros de la industria de la aviación y el Gobierno destaca que es posible el uso de tabletas y ereaders por debajo de los 3.000 metros de altitud en los nuevos aviones. Su mayor resistencia a la interferencia electrónica propiciaría que estos dispositivos puedan ser utilizados. En lo referido a las aeronaves más antiguas, se podrían realizar controles adicionales para asegurar que no les afectan sus interferencias.
Entre sus conclusiones, en cambio, se siguen manteniendo otras prohibiciones como las referidas a ordenadores portátiles, reproductores de DVD, llamadas desde el móvil o descargas a través de Internet. Todos estos casos no han sido considerados por la FAA, responsable del informe, y seguirán estando prohibidos.
En cualquier caso, las restricciones a dispositivos electrónicos serán menores después de muchos años de dura normativa. Las primeras prohibiciones acerca del uso de aparatos de radio son de 1966, pero la evolución de los aviones comerciales y su tecnología permitirá flexibilizar este tema. Igualmente, la evolución de los propios dispositivos electrónicos es vista como una ventaja, aunque algunos siguen emitiendo señales que en caso de estar dañados pueden ser demasiado potentes.
Algunas aerolíneas ya han mostrado su interés en permitir el uso de estos equipos al determinar que no suponen un peligro. Ahora un comité formado por miembros de estas compañías será el encargado de determinar si los aviones más antiguos soportan las interferencias y dan permiso a sus pasajeros para utilizarlos sin apenas restricciones.