En los últimos dos meses estamos viviendo una situación verdaderamente inusual. Los procesadores de octava generación de Intel, como el i7-8700K, están subiendo de precio, y ya valen más que cuando salieron (420 euros en el caso del 8700K), y con constantes problemas de stock. Esto ha obligado a Intel a volver a usar los 22 nm.
La escasez de 14 nm está disparando los precios de los procesadores
No tenemos más que ver la escalada de precio de los procesadores para ver que Intel tiene un problema. El 8700K llegó a valer 311,54 euros en mayo, y ahora está en 419,90 euros. Son varios los factores que explican esta subida, entre los que se encuentran una alta demanda de procesadores, que Intel esté usando el proceso de fabricación de 14 nm para toda su gama, o que la compañía ya esté fabricando los Intel Core de novena generación que presentará el mes que viene.
El hecho es que Intel tiene escasez de 14 nanómetros en sus procesadores para portátiles, sobremesa y servidores, lo que le ha obligado a recurrir a TSMC para fabricar algunos chipsets en 14 nm. De manera complementaria, la compañía se ha visto obligada a volver al pasado, y fabricar también uno de sus chipsets usando un tamaño de 22 nanómetros, siendo Haswell con la cuarta generación de chips la última que usó ese tamaño (con permiso de Broadwell).
El chipset afectado es el H310C, el de más baja gama y que la compañía está fabricando en sustitución del H310 que la compañía anunció hace un tiempo, pero que no ha podido fabricar por esta escasez a la que se está enfrentando. El chipset es el “cerebro” que gestiona la placa base, y es Intel quien lo fabrica y se lo da a los fabricantes de placas base como Gigabyte o MSI.
H310C: el nuevo chipset de 22 nm de Intel
Mientras que esto no es tan grave como volver a los 22 nm en una serie de procesadores (algo impensable), en una placa base esto no se nota en el rendimiento final, y sólo afectará, de momento, al chipset más barato y más de gama de entrada que Intel ofrece actualmente. Este chipset empezó a escasear en marzo.
Así, el retraso de los 10 nm y la escasez de 14 nm está obligando a Intel a recurrir a medidas desesperadas como esta. Normalmente Intel suele llevar el tamaño de los chipsets una generación por detrás, pero el haber reutilizado tanto los 14 nm ha llevado a éstos a alcanzar a la litografía de los procesadores.
El chipset inicial H310 medía 8,5 x 6,5 mm, mientras que las versiones revisadas del H310C (o H310 R2.0) que están apareciendo mide 10 x 7 mm (un 26,7% más grande). Todavía no hay una ficha final sobre este nuevo chipset, pero Tom’s Hardware ha confirmado a través de fuentes de la industria que efectivamente está fabricado bajo 22 nm. Estos chipsets ofrecerán retrocompatibilidad con Windows 7.
Dependiendo de cómo avance la producción, Intel podría verse obligada a llevar los 22 nm a más chipsets mientras dure la escasez. Veremos qué ocurre con el próximo Z390.