¿Puede Microsoft aumentar el rendimiento con el nuevo Game Mode de Windows 10?
La filtración de la build 14997 no deja de traernos sorpresas en forma de nuevas funciones. Anteayer nos encontrábamos con que Windows 10 incluirá una nueva función para filtrar la luz azul, y hace unas horas un usuario de Twitter llamado h0x0d, y conocido por la fiabilidad de sus filtraciones, ha indagado en esta build de Windows 10, y ha encontrado una curiosa novedad; un archivo llamado ‘gamemode.dll’, que da a entender que este modo juego llegará en la próxima Creators Update en primavera.
¿Qué puede hacer Microsoft para mejorar el rendimiento?
La mitad de los usuarios de Steam utiliza Windows 10, por lo que añadir un Game Mode puede suponer a priori una gran mejora, pero, ¿qué margen de maniobra tiene Microsoft para mejorar el rendimiento de un ordenador cuando este está jugando con simplemente introducir un modo juego? Para ello, vamos a analizar cuatro de los componentes de los que depende el rendimiento de un juego; procesador, tarjeta gráfica, memoria RAM, y tipo de unidad de almacenamiento.
Antes, debemos imaginar lo que hará el modo juego de Windows 10. Hay dos caminos para esto. El primero es que sea un modo que dé prioridad de ejecución a los juegos frente a otros programas, como hacen algunas utilidades ya existentes, y que no sirven absolutamente para nada. La otra opción es que Microsoft introduzca una mejora real a nivel del sistema operativo, ya que tiene acceso a todos los niveles de software, haciendo algo similar a lo que hacen con Xbox One, donde la consola funciona con un sistema operativo 3 en 1 muy optimizado.
Con respecto al procesador, raro es el juego que hace que el procesador llegue al 100%. Si tienes un i5 o un i7 de hace menos de tres años, es probable que tu procesador nunca haya alcanzado el 100% de carga en un juego. Por ello, cerrar procesos a la hora de ejecutar un juego tendrá poco impacto en el rendimiento.
En la memoria RAM, si tienes 8 GB o más, es probable que tampoco te vaya a aportar demasiado el cierre de procesos, ya que el propio Windows ya da prioridad al programa ejecutándose en primer plano con respecto al resto del sistema, o también puedes cerrarlo manualmente.
La tarjeta gráfica queda totalmente controlada por los drivers de la misma. El sistema operativo, ya sea Windows 7 o Windows 10, apenas representa diferencias de rendimiento del 1 o 2%. Para mejorar el rendimiento de la tarjeta gráfica sólo los desarrolladores de los drivers o de los juegos pueden introducir mejoras que supongan una diferencia de rendimiento.
Por último, la unidad de almacenamiento nos permitirá cargar el juego más rápido, y que éste cargue en menos tiempo los recursos que el juego exige. Un SSD supone tiempos de carga rápidos, e incluso eliminar un posible stuttering causado por un disco duro. En este campo poco puede hacer el modo juego, ya que los archivos a cargar de un juego son los mismos.
En todo caso, si tienes un ordenador con muy pocos recursos, esta función podría ayudarte mediante el cierre automatizado de procesos para liberar procesador y RAM tal y como hacen algunos programas en la actualidad, pero si utilizas un ordenador potente es probable que no te vayas a ver beneficiado de este modo. En principio esta función no mejorará apenas el rendimiento en los juegos, pero sería una agradable sorpresa si Microsoft consigue realmente mejorar el rendimiento, y si funcionará para todos los juegos o sólo para los de UWP.