La figura de ‘comercial’ de Steve Jobs es uno de los mayores legados que ha dejado su cofundador en Apple, y evidentemente en la presentación del iPhone SE jamás se justificó la vuelta a las 4 pulgadas en relación con la anatomía de la mujer, más concretamente de su mano. Ahora bien, ya hay quien se ha apresurado a asegurar que ‘es el tamaño ideal para mujeres’, no sólo en las redes sociales sino también en medios de comunicación. Y además de que es una sandez consumada por la simple afirmación categórica, hay datos objetivos para desmontar el ‘mito’ de que los móviles con menor diagonal de pantalla son mejores para las mujeres.
Es completamente cierto que la mujer, de media, tiene una mano más pequeña. Y por más pequeña entendemos desde el grosor de las falanges hasta la longitud de cada una de las mismas. Esto, si tenemos en cuenta que de una forma extendida se entiende un móvil con menor pantalla como un móvil más pequeño, podría hacer pensar de una forma algo aleatoria que pequeño (móvil) + pequeña (mano) = bien. Pero hay que centrarse en el dato concreto, no sólo en pequeño o grande para generalizar tomando la longitud y el grosor de media.
La gráfica que verás al final de este artículo -de El Confidencial, con datos del WSJ- toma como referencia la pantalla de 4 pulgadas del iPhone 5s, justo la misma que ha heredado el iPhone SE. Esto quiere decir que la tenemos encajada en un cuerpo de 123,8 x 58,7 x 7,6 milímetros de alto, ancho y grueso. Y con un terminal de estas características, un 0% de los usuarios llegan con el dedo pulgar a tocar el extremo contrario de la pantalla, según una sujeción típica en la que necesariamente sí colocamos el equipo para llegar con el pulgar a las esquinas inferiores.
Es decir, en términos de usabilidad, ni hombres ni mujeres llegan al extremo contrario en una pantalla de 4 pulgadas con estas dimensiones para el cuerpo del móvil, y menos distancia aún se alcanza, desde la esquina más cercana, en móviles de mayores dimensiones por cuerpo y diagonal de pantalla.
Hombres y mujeres: los móviles para unos, y los móviles para otros
El promedio de la mano adulta de un hombre mide 189 mm de largo, y en el caso de una mujer adulta 172 mm, y resulta que en lo único que va a variar tener una mano más grande o más pequeña –por longitud- es a la hora del agarre del dispositivo. Es decir, hemos abandonado los términos de usabilidad para centrarnos en un concepto que, únicamente, determina la ‘seguridad’ con que sujetamos el móvil en la mano. Y este dato influye en tanto que en función de la amplitud, mayor o menor será la fuerza del agarre, si tomamos la fuerza como una ‘constante’ entre hombres y mujeres, y entre todos los individuos. Pero el mito se cae aún más cuando recordamos que la fuerza es variable entre los géneros, pero también entre los individuos.
La clave está en el software
La tendencia de consumo, por la demanda de terminales, lleva años virando en favor de móviles cada vez más grandes, pero por su diagonal de pantalla. Y la tendencia más conveniente es la de reducir los biseles para ofrecer a los consumidores cuerpos más compactos con diagonales más amplias para la pantalla. Es decir, que a nadie le costará aceptar la evidencia de que ese mismo iPhone SE que ofrece 4 pulgadas de pantalla, sería mucho más ‘útil’ aprovechando las 4,87 pulgadas de superficie frontal como pantalla. Ahora bien, esto plantea otros problemas, como que hay que dejar cierto ‘margen’ de apoyo para la mano sin respuesta táctil.
La cuestión es que, si por algún motivo Samsung se aventuró con el primer Note, es por el creciente consumo de contenidos multimedia, para lo que evidentemente es más conveniente una diagonal más amplia. Y no sólo multimedia en términos de vídeo y fotografía, sino también de videojuegos. Algo que, aunque quizá a alguno le cueste comprender, es una tendencia generalizada para ambos géneros, hombres y mujeres. Y la única razón para que un terminal de 4 pulgadas encaje en el mercado actual es porque existe demanda para él, aunque evidentemente no la misma que hace tres años, o incluso cinco. Es una cuestión que atañe única y exclusivamente al perfil de usuario por gustos y hábitos de consumo, pero que relacionarlo (en un intento de buscar la objetividad) con el tamaño de la mano y establecer diferenciación categórica por sexo -o género- tiene poca cabida.
Y en cuanto a que ‘la clave está en el software’, lanzo esta afirmación porque ese mismo concepto de ‘usabilidad’ se cumple en base, o no, de la interfaz de usuario. Tanto Apple como Samsung disponen en sus equipos de una adaptación de la ventana gráfica y los elementos de la misma para alcanzarlos más fácilmente con el dedo pulgar, y sin modificar la posición de la mano. Pero no está diseñado para quienes tienen la mano más pequeña, sino en realidad para todos. Porque, como explicábamos y podréis ver en la infografía que sigue, un 0% de los usuarios llega a la esquina contraria de la pantalla, ni siquiera en móviles con pantalla de 4 pulgadas.