Tal vez hayas aguantado el tipo durante la campaña de Black Friday y no te hayas comprado un nuevo PC en estas fechas, dejando la renovación para el año que viene. Si por la razón que sea estás pensando en comprar un nuevo portátil el próximo año, ya sea porque tu PC actual empieza a cojear o porque necesitas hacerte con un equipo mejor, hay un aspecto esencial que tendrás que tener en cuenta. Probablemente, te compense adquirir un PC con procesador de tipo ARM en lugar del típico Intel o AMD.
Desde hace más de dos décadas, los ordenadores personales suelen venir, de manera casi indiscutible, con arquitectura x86.
Tras el éxito rotundo que ha logrado la arquitectura ARM en el mercado de los smartphones en la última década, convirtiéndose en el tipo de chip por defecto que incorpora cualquier móvil, los procesadores ARM han llegado al mercado de los ordenadores portátiles, y 2025 va a ser, según todas las predicciones, un año de gran expansión en el mercado de laptops con chips ARM.
Los fabricantes se lanzan al ARM
Sin entrar en muchos tecnicismos: los chips ARM han saltado de los smartphones a los ordenadores (sobre todo portátiles) por una serie de ventajas respecto a los chips x86 (que también acarrean sus desventajas). Los chips ARM, aunque son técnicamente más lentos (aunque en la práctica el usuario medio no lo nota) ofrecen una mayor eficiencia y autonomía.
Básicamente, consumen menos energía y son capaces de ofrecer una velocidad considerable sin necesitar estar conectados a una fuente de energía (como habitualmente ocurre con los portátiles).
Por estas razones, hemos visto a Apple pasar del x86 para lanzar su propia línea de procesadores Apple Silicon basados en ARM, procesadores que ahora incorpora toda su línea de PCs. Más tarde, Microsoft se subió a la ola y, en 2024, lanzó sus PC+Copilot, una línea de ordenadores portátiles ligeros y finos con funciones de inteligencia artificial y con procesadores Snapdragon (fabricados por Qualcomm, especializada en chips para móviles que, ahora, ha dado el salto a las CPU para ordenadores).
Sabiendo todo esto, ahora podemos especificar algo más de qué hablamos cuando decimos que nuestro nuevo ordenador debería ser ARM. El titular es un poco simplista, sí, ya que la idoneidad del chip ARM para ti dependerá de un par de factores.
Por qué te interesa un PC con ARM
Para empezar, si lo que te vas a comprar es un ordenador de sobremesa, ni por asomo te vas a comprar uno con ARM. Los procesadores Intel siguen siendo mucho más potentes y los adecuados para las máquinas más grandes, como son los PC de sobremesa, cuyo objetivo es dar la máxima potencia y velocidad estando siempre conectados a la corriente.
Por otro lado, si eres gamer o quieres usar tu portátil también para jugar a videojuegos, el chip ARM tampoco va a ser el adecuado, al menos de momento. Necesitarás procesadores de Intel o AMD para obtener el rendimiento necesario para jugar a los títulos AAA más exigentes.
Pero, dicho esto, si lo que buscas es concretamente un ordenador portátil, te interesa que su batería le dure, y quieres uno de esos modelos que cada vez se asemejan más al diseño ligero, eficiente y resolutivo de los MacBook Air, y que te permitan trabajar con ofimática y con programas de diseño pero sin necesitar la potencia de un PC gaming, entonces harías bien en considerar los nuevos modelos con ARM que van a ir saliendo a lo largo de 2025. Con uno de ellos, estarías dando un paso adelante en la dirección hacia la que la se está moviendo la industria.
Además de los PC+Copilot o las Surface de Microsoft (ordenadores que tuvieron muy mala prensa por el pésimo recibimiento de la nueva función Recall), ejemplos de portátiles que ya incorporan ARM son los Lenovo IdeaPad 5x 2-in-1, los Samsung Galaxy Book4 Edge, o los ASUS ProArt PZ13, por nombrar algunos.