Dormir con aire acondicionado: ajustes clave para evitar problemas de salud

Si optas por usar el aire acondicionado durante toda la noche para no pasar calor, hay que tener en cuenta varias recomendaciones para cuidar tanto de tu salud como del consumo energético. Es por esto mismo por lo que deberías seguir estos consejos cada noche que vayas a encender el aire acondicionado.
Ya no se trata de que el aire enfríe o no por un problema, sino que hay distintos motivos por los que no es una buena opción dormir con este aparato encendido. No obstante, si quieres hacerlo porque no aguantas el calor en verano, hay cuatro recomendaciones que puedes seguir al pie de la letra para no tener problemas.
Y antes de pasar a las recomendaciones generales que debes tener en cuenta, existe un consejo adicional que también puedes aplicar cada vez que quieras pasar la noche con este aparato encendido, y es el de beber agua antes de dormir. Conseguirás mantener la garganta hidratada –como explica la SEORL CCC-, ya que es fácil que con el aire se seque más rápidamente y puedas levantarte a la mañana siguiente con molestias.
Cuidado con la temperatura
Por más que creas que vas a pasar calor, poner el aire entre los 23 y 24 grados es suficiente para mantener una buena temperatura de tu habitación y así no dormir en condiciones durante este verano.
Aunque la tentación sea bajar mucho la temperatura, la clave está en el equilibrio. Organismos como la National Sleep Foundation recomiendan un rango de entre 18 y 22 °C para optimizar la calidad del sueño. Sin embargo, desde una perspectiva de eficiencia energética, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) en España recuerda que una temperatura de confort en verano se sitúa en torno a los 26 °C, y que cada grado que bajamos el termostato supone un incremento del consumo de casi un 7%. Por tanto, programar el aire a 23-24 °C representa un punto medio excelente entre confort térmico, salud y ahorro en la factura eléctrica.

Usa el apagado automático
Por mucho que tengas la necesidad de dormir toda la noche con este aparato encendido para así evitar pasar calor, el apagado automático es una de las diferentes funciones que debes aprovechar de tu aire acondicionado. Y es que, con esta función, puedes establecer una hora en concreto para que se apague automáticamente sin que tengas que despertarte.
Para determinar el tiempo perfecto hay que realizar más de una prueba, de esta forma, conseguirás encontrar el equilibrio perfecto. El objetivo es que estés en un sueño profundo y consigas a la vez una buena climatización para la habitación.
Si quieres un ejemplo práctico, ten en cuenta lo siguiente: si te acuestas a las 23:00 horas de la noche, puedes programar el aire a unos 23 grados durante un tiempo máximo de 2 horas. Así conseguirás conciliar el sueño y entrar en la fase de sueño profundo. De esta forma, el equipo se apagará a las 01:00 horas y, en habitaciones de unos 15 metros cuadrados, será suficiente para mantener una temperatura óptima hasta la mañana.
Que no te dé el aire directamente
Además de regular la temperatura y activar el apagado automático, la dirección del aire resulta clave para usar de la manera correcta este equipo durante las noches. El hecho de recibir el aire frío del aparato de manera directa no es bueno para tu salud. De ahí que sea clave controlar la dirección del flujo del aire. Más que nada porque puede acabar provocando sequedad o hasta inflamación si, por ejemplo, te da continuamente en la garganta.
El problema del flujo de aire directo va más allá de la simple molestia. El aire acondicionado reseca el ambiente, y una humedad por debajo del 40% puede irritar las mucosas. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recomienda mantener una humedad relativa entre el 40% y el 60% para proteger el sistema respiratorio. Si notas el ambiente muy seco, valora usar un humidificador junto al aire acondicionado o colocar un recipiente con agua en la habitación.
Es por esta razón por lo que hay que usar la opción del movimiento de oscilación del aire acondicionado -es decir, que se muevan las lamas del equipo- o hacer que enfoquen para arriba en lugar de hacia abajo. Aunque si dejas que esté en movimiento continuamente, vas a conseguir que el flujo se vaya moviendo en más de una dirección y no te dé a ti únicamente de manera directa.

Activa el modo de ventilación
Otra de las recomendaciones que es mejor seguir en verano para evitar problemas, tanto de dinero como de salud, es el uso del modo de ventilación que tienen los aires acondicionados. Va a ofrecer una buena temperatura para la noche y, a la vez, imita la sensación del viento -también ahorra energía ya que el compresor no se activa-.
Básicamente, se va a encargar de que circule el aire en la propia habitación. Por ejemplo, puedes poner primero el modo frío durante un tiempo antes de irte a dormir y luego activar esta funcionalidad del aire acondicionado para que lo mueva por la noche hasta la hora en la que hayas programado su apagado automático. Y, por último, ten en cuenta que puedes probar las diferentes recomendaciones que os hemos dado. Así no solo ganarás en salud, sino que además lograrás ahorrar energía.