Ahora sé por qué no paran de llamarme mientras cambio de operadora, pese a no haber aceptado llamadas comerciales
Que no te extrañe empezar a recibir llamadas a borbotones, si acabas de tomar una de las decisiones que peor sienta a tu operadora móvil.
Si odias las llamadas promocionales, ya te habrás dado de alta en la lista Robinson o, al menos, tendrás la costumbre de aclarar durante la contratación de cualquier servicio, que no quieres recibir ningún tipo de llamada comercial para que te ofrezcan ningún nuevo producto ni oferta. Esto también se puede hacer con la operadora de móvil o fibra, desmarcando la casilla con la que suelen contar todas en su app o similar, que dice algo así como ‘acepto recibir llamadas comerciales’.
Pues bien, hay un caso concreto en el que esta petición explícita de no recibir llamadas comerciales, que las operadoras y resto de empresas deben acatar sí o sí ya que de lo contrario estarían incumpliendo la ley, deja de tener validez. Es lo que ocurre cuando comenzamos un proceso de portabilidad. Como es bien sabido, las operadoras van a intentar convencerte de que te quedes con ellas cuando hagas el amago de irte a otra compañía, empezando una portabilidad. Para ello, querrán llamarte y, en el mejor de los casos, plantearte una nueva oferta exclusiva que mejore tus actuales condiciones y te incite a continuar con ellos.
A algunos usuarios les extraña que, pese a que hayan dicho claramente que no desean recibir promociones por teléfono, su operadora telefónica les llame incesantemente para evitar a toda costa que se consolide el cambio de compañía.
Es lo que le ha ocurrido a @Alonso82_A, cliente (o más bien excliente) de Vodafone, que ha contactado con la operadora a través de X para tratar de averiguar cómo es posible que le hayan llamado más de 30 veces, según él, pese a que no ha autorizado a llamadas comerciales.
Negación expresa a recibir propuestas comerciales
Y es que, en el caso de Vodafone, al igual que en muchas otras operadoras, podemos rechazar que se hagan este tipo de llamadas, en su caso desmarcando la opción en la app que dice: «Acepto recibir comunicaciones comerciales con ofertas que pudieran ser de mi interés procedentes de terceras empresas con las que Vodafone haya llegado a un acuerdo comercial».
Aunque es cierto que ya este texto habla concretamente de «terceras empresas», lo que deja fuera las llamadas realizadas por la propia operadora, este usuario también tiene desmarcada otra opción sobre el uso de sus datos personales, que dice: «Acepto que se traten mis datos de facturación, tráfico y navegación con el fin de recibir propuestas comerciales basadas en dichos datos». Cualquiera pensaría que, con estas dos condiciones desmarcadas, se libraría de cualquier tipo de comunicación comercial por parte de su operadora, pero no.
La portabilidad, excepción a la norma
Y es que, desde Vodafone, han respondido a la queja de este usuario, que con tono enfadado, decía: «En la última semana en mis dos líneas móviles he recibido más de 30 llamadas vuestras para hacer contraoferta por portabilidad. Tengo activado en la aplicación de que no quiero que me llamen. Es vergonzoso». Desde la operadora roja, le han aclarado que «este tipo de llamadas no se contempla como llamadas comerciales ni del tipo de la restricción». Es decir, que las consideran una excepción, y por tanto el usuario no se libra.
Vodafone España@vodafone_es@Alonso82_A @Alonso82_A Este tipo de llamadas no se contempla como llamadas comerciales ni del tipo de la restricción. No obstante, como te informamos, hemos tomado nota para poder mejorar en un futuro.13 de agosto, 2024 • 11:00
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De hecho, Vodafone indica, tras pedir disculpas al cliente por las molestias, que «es un sistema automatizado» el que «realiza este tipo de llamadas». Así, aunque la operadora se lava las manos, le indica que «hemos tomado nota para poder mejorar en un futuro». Quizá, en algún momento, las contraofertas por portabilidad se consideren también llamadas comerciales. Desde luego, son unas llamadas que, excepto en los casos en que logran convencer al cliente con un buen replanteamiento de su tarifa, suelen ser por lo general bastante incómodas, en tanto que el teleoperador se ve entre la espada y la pared para convencer como sea a un cliente que, en muchos casos, ha tomado una decisión firme.