Donald Trump lanza su propia operadora de telefonía y presenta un móvil con su marca

Donald Trump ha decidido que tener su nombre en hoteles o campos de golf no es suficiente y ha dado un paso más en su escalada personal. Ahora también quiere que aparezca junto con las barras de cobertura de tu teléfono móvil. El presidente ha presentado Trump Mobile, su propio servicio de telefonía, acompañado del lanzamiento de su propio smartphone dorado.
Esta nueva operadora, llamada Trump Mobile, operará solo en Estados Unidos, y es un movimiento que ya está generando revuelo a ambos lados del espectro político.
Trump Mobile solo funcionará en Estados Unidos
Para quienes llevan tiempo siguiendo la trayectoria de Trump, esto no les pilla por sorpresa. Su entrada al mundo de las telecomunicaciones es un paso más en la línea en la que nos tiene acostumbrados. Su compañía viene cargada de símbolos nacionalistas y está adornada con un tono dorado, que a juego con su nuevo terminal, alude al éxito y la gloria. Y además funciona con Android, para echar más leña al fuego en su particular cruzada contra Apple y Tim Cook.
Trump Mobile se presenta como un operador móvil con la idea de ser un servicio «impulsado por el orgullo, la libertad y la integridad estadounidenses», según se puede leer en su web oficial. La propuesta de entrada es el llamado Plan 47, un guiño evidente a su condición de 45º presidente y a su futura intención de convertirse en el número 47. Por 47,45 dólares al mes, ofrece llamadas internacionales, datos ilimitados, acceso a un servicio médico por teleasistencia y hasta asistencia en carretera. Todo ello respaldado por las grandes redes de telecomunicaciones del país: Verizon, T-Mobile y AT&T.
The Trump Organization@Trump📲Announcing Trump Mobile, a transformational, new cellular service designed to deliver top-tier connectivity, unbeatable value and all-American service for our nation’s hardest-working people.🇺🇸Visit https://t.co/L8R8m1vvA9 to learn more. https://t.co/rAPICObtKr
16 de junio, 2025 • 15:10
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Pero el gran reclamo es el T1 Phone: un smartphone de 499 dólares, dorado y ensamblado en Estados Unidos. Monta una pantalla AMOLED de 6,78 pulgadas, una cámara principal de 50 megapíxeles, batería de 5.000 mAh, 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento. A falta de confirmar qué procesador lleva, se sabe que funcionará con Android 15 y que contará con desbloqueo facial mediante IA. Un móvil con buenas especificaciones, aunque su verdadero gancho está en todo lo que hay detrás.
El equipo ya puede reservarse con un depósito de 100 dólares y se espera que llegue oficialmente al mercado en septiembre. La idea, según Eric Trump, es “revolucionar los teléfonos celulares y las llamadas móviles”, una declaración que, por el momento, suena más a campaña publicitaria que a realidad. Lo que sí parece claro es que el apellido Trump se sigue expandiendo como una marca dispuesta a colonizar desde edificios hasta pantallas táctiles.

Lo más controvertido del asunto, sin embargo, no está en el teléfono en sí ni en las tarifas del Plan 47, sino en la figura de su impulsor. Que el presidente de Estados Unidos controle una red móvil ha despertado dudas razonables sobre un posible conflicto de intereses. Varios analistas ya han puesto el foco en la Comisión Federal de Comunicaciones, encargada de regular el sector. ¿Puede un organismo independiente fiscalizar con total imparcialidad un servicio que, en la práctica, pertenece a la figura más poderosa del país?
Las implicaciones éticas y políticas son inevitables. Claro está que cualquier persona puede lanzar una operadora móvil, pero hacerlo desde el prisma de ser el presidente estadounidense es muy diferente a hacerlo siendo un ciudadano de a pie. Más aún si, como en este caso, se trata de alguien muy ambicioso y que siempre tiene el poder entre ceja y ceja, además de que en el pasado ya usó una de sus plataformas con fines políticos, como fue Truth Social. La sombra del uso partidista de la infraestructura telefónica está sobre la mesa, por más que desde la organización Trump se insista en que esto es una oferta más dentro del mercado.
Esta jugada está en la fina línea entre ser una buena idea o convertirse en una peligrosa mezcla de interés personas que veremos cómo acaba.