La guerra arancelaria podría ser tan cruel, que muchos organismos ya están pidiendo que nos preparemos

La pausa de la Administración Trump durante 90 días no es suficiente para que recobremos la calma de la que disfrutábamos hace unas pocas semanas. De hecho, algunos organismos ya están ofreciendo indicaciones a los consumidores para que estos aranceles repercutan lo mínimo posible a nuestro bolsillo.
La guerra arancelaria está en boca de todos. La pausa de tres meses que dictó el Gobierno de Estados Unidos hace unos pocos días no ha sido suficiente para recuperar nuestra tranquilidad y, de hecho, todo apunta a que por delante vienen meses bastante movidos en lo que a la política comercial y económica se refiere.
Hace unos pocos minutos, de hecho, China anunciaba que devolvía, por segunda vez, la subida de aranceles a Estados Unidos. Actualmente, ambos países están gravando entre ellos más de un 100%, lo que anticipa un futuro insostenible para cualquier bolsillo. La situación es tan preocupante, que organismos como la OCU ya han comenzado a indicar algunos consejos para que esta situación nos impacte lo mínimo posible.
¿Afectarán los aranceles a los productos que usamos en nuestro día a día?
Uno de los aspectos sobre los que la OCU ha querido incidir especialmente es en cómo aterrizan los aranceles en nuestro día a día. Una de las advertencias que lanza es que una vez se recuperen los aranceles, productos del día a día como la ropa, la cosmética o los artículos del hogar podrían experimentar importantes subidas.
En la cesta de la compra su impacto podría ser menor, aunque no podemos olvidar que también quedarán afectados productos cotidianos como los frutos secos o las bebidas que consumimos diariamente. Por lo que el ticket podría sufrir su particular ascenso.
Qué podemos hacer los consumidores
El principal consejo que ofrece la OCU es que mantengamos la calma y no tomemos decisiones precipitadas. En el momento actual, todavía no deberíamos notar ninguna subida de precios, dada la pausa que existe actualmente.
Además, para futuras compras siempre es recomendable que comprobemos el origen de los productos que compramos. No todos los productos estadounidenses deberían ser afectados, pero si vienen de allí, cabe la posibilidad de que así sea.
Para lidiar con esta situación, es recomendable que busquemos marcas alternativas que se encuentren dentro de Europa o en terceros países no afectados. No es necesario renunciar a la mejor calidad posible. De hecho, es posible que encontremos opciones que cumplen con nuestras expectativas de calidad dentro de nuestras propias fronteras que hasta ahora pasaban completamente desapercibidas.
También deberemos evitar el clásico comportamiento que tanto hemos visto últimamente de acaparar compras por miedo, puesto que podría no tener sentido e, incluso, ser contraproducente en el momento actual.
En último término, sí que es recomendable que estemos atentos a las subidas de precio injustificadas cuando detectemos que algo ha subido de precio sin motivo. Si nos encontramos con esta situación, deberemos ponerlo en conocimientos de los organismos pertinentes.