Antes de que me crucifiques, si eres un fanboy, que sepas que me lo he comprado yo, y me ha costado 859 euros. Y partiendo de esta aclaración -que sí, es importante-, te explicaré los motivos por los que, como ‘experto en telefonía inteligente’, este año me he decidido por el Samsung Galaxy Note 7 en lugar del iPhone 7 Plus, y te recomiendo que tú hagas exactamente lo mismo si estás planteándote la compra de alguno de estos dos dispositivos móviles de gama alta, última generación y planteados para la productividad.
Samsung ha sido hábil este año, como el anterior, lanzando el Samsung Galaxy Note 7 antes de que Apple pudiera presentar sus nuevos iPhone 7 y iPhone 7 Plus, y ha tenido la mala fortuna de que ciertas unidades salieron defectuosas. Pero problemas aparte, y después que lo hayan resuelto con el cambio de todas las unidades distribuidas –afectadas y no afectadas-. También ha estado más hábil en la configuración de su teléfono inteligente más potente de la gama alta, y más completo a todos los niveles. Es por eso que, habiendo visto ya cómo son los dos nuevos dispositivos de Apple, y especialmente el iPhone 7 Plus que es su equivalente, me he decantado por el terminal surcoreano. Pero se puede explicar de forma más detallada.
Diseño
Antes de usar un móvil, o de leer la hoja de especificaciones técnicas, el diseño es fundamental. En términos de diseño, el Samsung Galaxy Note 7 es innegablemente superior se mire por donde se mire, y es tan sencillo como mirar los fríos datos de su ficha. En él tenemos unas dimensiones de 153.5 x 73.9 x 7.9 mm frente a los 158.2 x 77.9 x 7.3 mm. Esto quiere decir que es más bajo y estrecho, o en definitiva más compacto, a pesar de que también es más grueso por una diferencia de 0,6 milímetros. Y todo esto está muy bien, pero hay otro punto a destacar y que nos debería llevar a la evidente conclusión de que es superior: su pantalla es de 5.7″, y la del iPhone 7 Plus de 5,5″.
Es decir, que a pesar de ofrecer 0,2 pulgadas más de pantalla, es un teléfono más pequeño salvo por su grosor. Más pequeño y más ligero, porque pesa 169 gramos frente a los 188 g del iPhone 7 Plus. En definitiva, el dato que más interesante me parece es que de la superficie delantera de ambos dispositivos, en el Samsung Galaxy Note 7 el 78% es pantalla, mientras que en el iPhone 7 Plus sólo el 67,7%. Sin lugar a dudas está mejor diseñado el Samsung Galaxy Note 7 en el aspecto más técnico, y no hace falta siquiera entrar en la diferencia de una pantalla Edge frente a un iPhone 7 Plus ‘flat’.
Y siguiendo por el diseño, porque aún hay bastante más que rascar, en ambos tenemos aluminio 7000 para la construcción del chasis de su cuerpo, pero en el Samsung Galaxy Note 7 también hay cristal con recubrimiento Gorilla Glass 5, que es notablemente más resistente que el cristal templado del frontal del iPhone 7 Plus.
Especificaciones técnicas
Entramos en terreno pantanoso, porque la ficha técnica del Samsung Galaxy Note 7 parece mostrar un hardware más potente, pero hay que matizar… y mucho. Un octa-core frente a un quad-core, y y 2.3 GHz como frecuencia de reloj máxima frente a 2.33 GHz en el caso del iPhone 7. 4 GB de memoria RAM frente a los 3 GB del iPhone 7 Plus. ¿Es superior el Samsung Galaxy Note 7? Sus especificaciones técnicas, vistas de la forma más ligera, a priori dicen que sí, pero es cierto que Apple hace las cosas muy bien con la relación hardware – software, y que el iPhone 7 Plus es capaz de aprovechar mejor sus componentes de hardware. Están perfectamente al mismo nivel en términos de experiencia de uso, y al final eso es lo que realmente importa. Los benchmark se van a decantar por el iPhone 7 Plus ligeramente, y las pruebas de velocidad de apertura de series de aplicaciones dirán que el iPhone 7 Plus es más veloz, pero la experiencia de usuario es extremadamente similar, y por tanto la ficha técnica según su procesador, GPU y memoria RAM no es, al menos para mí, un motivo para escoger ni uno ni otro.
Pero sí hay otros detalles importantes. En la cámara tenemos ventaja para el Samsung Galaxy Note 7 por su apertura f/1.7 en la principal y secundaria, en tanto que este factor garantiza tomas soberbias con poca luz. Eso sí, la f/1.8 del iPhone 7 Plus no es criticable, y es cierto que el doble módulo de cámara permite usos muy interesantes como el zoom óptico de dos aumentos. No sé a ti, pero a mí me parece incluso más interesante, puestos a sacar lo bueno del iPhone 7 Plus, el flash quad-LED True Tone, con dos diodos cálidos y dos fríos, en lugar de uno de cada. Sobre todo por su brillo máximo.
Donde el iPhone 7 Plus vuelve a perder la pista del Samsung Galaxy Note 7 es en detalles de una gama alta puro como el innovador desbloqueo por iris. Apple se lució con el iPhone 5s y su sensor Touch ID para huellas dactilares, pero esta vez Samsung le ha sacado los colores a Apple. Y en lugar de optar únicamente por un preciso sensor de huellas, también ha introducido un escáner de iris que funciona a las mil maravillas, y que permite la misma o más seguridad sin inconvenientes cuando los dedos están sucios, o sencillamente mojados.
Y ríanse los que apuestan por el futuro antes de tiempo, pero aquí tenemos NFC funcional, no sólo limitado para Apple Pay, y además conector de auriculares. Sí, conector de auriculares. Es realmente gracioso que el iPhone 7 Plus no pueda cargar su batería mientras escuchamos música sin un accesorio, por mucho que la tendencia de futuro sea apostar por esto, y que cuando miremos atrás nos riamos de haber estado escuchando música por cable. Es más, personalmente prefiero la carga de batería inalámbrica, y en definitiva tener todas las posibilidades y no sólo algunas. Vamos, que con el Samsung Galaxy Note 7 puedo escuchar música con y sin cables, y puedo cargar la batería con y sin cables, no sólo lo que el fabricante considere que es oportuno para mí.
Otros detalles
Comentaba antes que el escáner de iris es un rasgo de gama alta puro, una demostración de apuesta por la innovación. Pero no podemos olvidarnos, también, de la realidad virtual. Apple no la tiene, ni se la espera de momento. Y el Samsung Galaxy Note 7, por sus 869 euros, incluye ya las Samsung Gear VR para reproducir este tipo de contenidos en una calidad que, de verdad, os recomiendo probar. La probé ya con la generación anterior, pero ha mejorado en términos de imagen y sonido, así como de experiencia de uso, y sobre todo ha mejorado en tanto que ahora tiene decenas de vídeos y videojuegos, así como apps, para disfrutar de este formato de contenido.
Otro de los motivos, aunque este es quizá un aspecto menor, es la resistencia al agua. Resulta que el iPhone 7 Plus cuenta con certificación IPX7, que quiere decir que lo podemos sumergir 1 metro durante media hora como máximo. Y el Samsung Galaxy Note 7 es resistente a 1,5 metros durante media hora, según la certificación IPX8 y la matización del fabricante en sus especificaciones técnicas. ¿Es un motivo válido, por sí solo, para decantarse por uno y no por el otro? Depende del criterio, pero en mi caso no lo es. Únicamente es otro punto a añadir a favor del Samsung Galaxy Note 7 como conjunto.
Y después de haber repasado muchos, muchísimos motivos por los que personalmente me he decantado por el Samsung Galaxy Note 7, ya sólo quedaba repasar lo que define al terminal de Samsung. Es el S-Pen. Porque quizá ahora la mayoría de los consumidores compran terminales de 5,5 o más pulgadas para consumo multimedia, pero en mi caso este tipo de pantallas están justificadas para el ámbito de la productividad. Es decir, que para mí no tendría sentido –según mi uso- comprar un dispositivo de estas dimensiones sin un valor añadido. Y Samsung cumple con mis intereses, única y exclusivamente, con el Samsung Galaxy Note 7 y su S-Pen. Un stylus óptico -como hardware- que tiene su interés en el software. Esas funciones exclusivas como la selección inteligente de contenidos, la vista previa de apps en segundo plano, o la posibilidad de tomar notas inteligentes que pueden identificar un número de teléfono que he tomado ‘a mano alzada’. Pero sí, esta nueva generación del Galaxy Note 7 me ha conquistado, en estos términos, especialmente por la posibilidad de tomar notas con la pantalla bloqueada. Porque cuando trabajo me es especialmente útil; esto, y también la pantalla Always-On Display. Básicamente se trata de tener disponible, en cualquier momento, lo fundamental.
Conclusión
Después de haberte contado por qué yo he elegido el Samsung Galaxy Note 7 ¿te estoy diciendo que hagas tú lo mismo? Ni muchísimo menos. Únicamente te he invitado a que leas mis reflexiones personales y los puntos en que me he basado para gastar semejante suma de dinero en un teléfono inteligente, y no en otro. A lo que te invito es a valorar, por ejemplo, que lo que enfrentamos es un móvil de 869 euros frente a otro de 1.019 euros. Pero ¿el iPhone 7 no costaba 909 euros? Sí, claro, la versión de 32 GB, pero es que, si quieres igualar a un Galaxy Note 7 con sus 64 GB de interna, deberías también valorar que el surcoreano tiene ranura para tarjeta micro SD, y el iPhone 7 Plus no. Así que yo ni siquiera plantearía como equivalente el modelo de 32 GB, porque realmente no lo es.
En definitiva, hay una serie de ventajas técnicas evidentes que decantan la balanza el favor del Samsung Galaxy Note 7, y otros matices más personales que podrían hacer variar la ecuación. Y como es un artículo de opinión personal, cada cual que compre el modelo que quiera, pero yo no he querido gastar mi dinero en un modelo que sigue con unos inaceptables biseles en torno a su pantalla de 5,5″, que no aprovecha con ningún ‘valor añadido’ esa diagonal de pantalla, y que es inferior en algunos puntos técnicos que me resultan importantes.
¿Qué piensas tú?