Parecen unas de las oposiciones más fáciles, pero mucho ojo al temario para ser bibliotecario o archivista
Ya está abierto el plazo para unas oposiciones especialmente interesantes para todas las personas amantes de la cultura y los libros. Oposiciones que, aunque están abiertas a todo el mundo, requieren un nivel avanzado y específico de conocimientos.
El Ministerio de Cultura abrió el pasado 2 de septiembre el plazo para postularse a las oposiciones de escala auxiliar de Archivos, Bibliotecas y Museos. En concreto, son hasta 148 plazas de acceso libre as que salen a concurso, plazas muy suculentas en tanto que estas oposiciones suelen percibirse como una de las opciones más sencillas para convertirse en funcionario, además de que estos trabajos dedicados a las obras culturales son un idílico sueño laboral para muchas personas.
Hay de plazo hasta el 27 de septiembre para apuntarse y luchar por uno de estos puestos, pero lo cierto es que conseguir uno de ellos, en realidad, no es nada fácil.
Se repartirán 55 plazas para la sección de Archivos, 49 plazas para Bibliotecas, y 34 plazas para trabajar en museos. Además de las cortas cifras de puestos de trabajo, hay que tener en cuenta que el examen que habrá que superar no va a ser fácil.
Y es que, aunque en un primer momento muchas personas piensen que trabajar en una biblioteca no requiere más que capacidades organizativas, seriedad y sentido común, desde el Estado demandan tener un bagaje de conocimiento muy extenso y profundo, al que tal vez puedan aspirar egresados en Historia, Historia del Arte, Bellas Artes, Biblioteconomía o similares.
No se trata de quitarle la esperanza a nadie, sino de dejar claro que los postulantes, sobre todo, los que no se hayan graduado de alguna de estas carreras, van a tener que hincar codos. Y eso, pese a que las plazas son para el nivel de auxiliares.
Respecto a los requisitos generales: hay que estar en posesión de un título de Bachiller o Técnico, y habrá que superar una primera fase consistente en un tipo test de 100 preguntas, y una segunda fase con otro cuestionario tipo test sobre dos supuestos de carácter práctico. Y ojo al temario, porque no es poco.
Un extenso temario a dominar
Como decíamos, pese a la idea que puedan tener algunos, estas oposiciones van a requerir un largo estudio. Empecemos con el temario general aplicable a las tres especialidades (archivos, bibliotecas y museos), tal y como aparece en las bases generales.
Los aspirantes tendrán que dominar la Constitución Española, las Cortes Generales, la Organización Territorial del Estado, sistema de la Administración General del Estado, disposiciones y actos administrativos, el Real Decreto Legislativo 5/2015 (Estatuto Básico del Empleado Público), Políticas de Igualdad de Género (varias leyes), otras leyes de información y transparencia, y organización del Ministerio de Cultura.
Pero esto es solo el principio, porque el mayor susto viene al comprobar el temario específico de cada especialidad. Temario que no será del todo difícil para los graduados en carreras afines, pero que desde luego será un reto para los que provengan de otros sectores. Las tres especialidades incluyen holgados bloques culturales e históricos por los que habrá que aprenderse no pocas fechas, así como ser conocedor de instituciones relevantes.
Por ejemplo, los aspirantes a bibliotecario tendrán que estudiar el libro y las bibliotecas durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, y avances tecnológicos. Para los interesados en museos, será indispensable saber sobre la huella cultural islámica en la Península Ibérica, arte y cultura en la Alta y Baja Edad Media, y la historia de los museos más importantes del país, solo por nombrar una pequeña parte del temario.
Son solo unos meses los que tienen los interesados para prepararse, en tanto que el proceso de selección tiene una duración máxima de un año desde su publicación en el BOE (25 de julio de 2024).