Disney denuncia a la inteligencia artificial por usar sus míticos personajes y el cine podría cambiar para siempre

Desde que la inteligencia artificial dio su gran salto en 2022, uno de los mayores desafíos ha sido el de los derechos de autor. La capacidad de estas herramientas para replicar y emular contenido creativo plantea serios conflictos legales, y ahora, con Disney como protagonista, el problema alcanza una nueva dimensión.
La compañía, también propietaria de la plataforma Disney+, es una de las más importantes en el campo del entretenimiento a nivel mundial, y es la dueña de alguna de las franquicias más rentables de la historia, como Star Wars o Frozen. Y ahora han presentado una demanda formal contra Midjourney, uno de los generadores de imágenes a través de IA más populares del momento, y esto es importante porque podría cambiar el futuro de la industria audiovisual.
Guerra entre Disney y la IA
El auge de la inteligencia artificial generativa ha desatado una auténtica revolución creativa. Herramientas como Midjourney permiten crear imágenes hiperrealistas en cuestión de segundos, muchas veces inspirándose en personajes, estilos y universos ya existentes. Esto es un problema cuando esas reproducciones con prácticamente exactas y se trata de personajes protegidos por derechos de autor.
Según Disney y NBCUniversal, Midjourney ha utilizado sin autorización su amplia biblioteca de contenidos para entrenar sus modelos de IA, generando millones de imágenes que representan a sus personajes más icónicos, con ligeros cambios casi imperceptibles.

Entre los personajes supuestamente copiados figuran nombres que cualquier espectador reconoce al instante: Darth Vader, Elsa, el Mandaloriano o los Minions, entre otros. La demanda, presentada en un tribunal federal de Los Ángeles, acusa a Midjourney de piratería masiva de propiedad intelectual, estimando que la empresa ha generado cientos de millones de dólares en ingresos a costa del trabajo creativo acumulado durante décadas por los estudios de Hollywood. Según el escrito, cada uso ilegal de una obra protegida podría suponer una sanción de hasta 150.000 dólares, lo que podría traducirse en indemnizaciones multimillonarias si el tribunal falla a favor de los demandantes.
Y no hablamos de un caso aislado, ya que con el auge de la inteligencia artificial, son muchos los músicos, escritores, artistas y medios de comunicación los que han emprendido acciones legales contra modelos de IA. Pero en este caso, la situación es más delicada, ya que las compañías como Disney invierten millones de dólares en crear estos universos narrativos que dan forma a sus franquicias, parques temáticos, videojuegos e incluso merchandising. Y claro, que les copien todo esto sin pasar por caja, no es de recibo.

Midjourney, como otras empresas del sector, defiende su modelo de negocio amparándose en el principio legal de uso legítimo, que en Estados Unidos permite ciertos usos limitados de obras protegidas sin necesidad de autorización previa. La clave del caso será determinar si el entrenamiento masivo de IA con contenidos protegidos entra dentro de esta excepción o constituye, como sostienen Disney y NBCUniversal, una vulneración directa de los derechos de propiedad intelectual.
El desenlace de esta demanda podría sentar un precedente decisivo. Si los tribunales fallan a favor de Disney, se abriría la puerta a una regulación mucho más estricta del entrenamiento de modelos de IA, obligando a las empresas tecnológicas a negociar acuerdos de licencia con los propietarios de derechos. Por el contrario, si Midjourney logra defender la legalidad de su sistema, la inteligencia artificial ganaría un terreno prácticamente ilimitado para recrear cualquier obra previa, transformando de forma irreversible los cimientos del negocio audiovisual.