El eléctrico ya tiene sus nuevas baterías sin cobalto: menos contaminantes y mayor vida útil
La investigación por la mejora de la tecnología del coche eléctrico sigue centrada en sus baterías, y ahora lo hace con unas que estarán libres de cobalto. Siendo este un método novedoso para la industria tanto de los vehículos de nueva generación como de las mismas unidades de almacenamiento, destacan sus grandes puntos a favor, como sus menores niveles de contaminación y factores útiles para el coche, como su mayor capacidad o vida útil.
Baterías con mejores vistas medioambientales
El auge del coche eléctrico ha hecho que materiales necesarios para la fabricación de baterías, como el litio o el cobalto, se vean con una escasa trazabilidad ecológica. Esto hace cada vez más evidente la necesidad de que estos componentes se obtengan de manera responsable. Un concepto que se ha tenido a bien por la start-up china de Svolt.
El fin está bien claro: optar porque las nuevas baterías para el coche eléctrico se fabriquen y se compongan cada vez de menos elementos contaminantes, como puede ser el cobalto. Esto abriría la ventana de los fabricantes, que tendrían ya no solo unidades con unos resultados favorables para el vehículo, sino también una implicación en la carrera hacia un mayor impacto sobre el cuidado del medioambiente.
La primera que se ha situado a este nivel es esta de Svolt, Una compañía que ya está inmersa tanto en la fabricación como ahora en la producción en serie de estas baterías que ya se preparan para su lanzamiento en el mercado. Como tal, son unas novedosas celdas de batería que están centradas en su material de níquel-manganeso.
Cómo son estas baterías
Fabricadas con material de níquel-manganeso en vez de con litio, entre otras propiedades, estas baterías para el eléctrico se caracterizan fundamentalmente en que ellas no hay rastro de cobalto. Pero, ¿qué hace de este componente tan esquivo? En primer lugar, su extracción.
Más del 60% proviene del Congo, donde los desafíos del abastecimiento ético llevan en peligro el suministro desde antaño. O lo que es lo mismo: sin cobalto, cobre, grafito, litio o manganeso no habrá tecnología eléctrica, al menos hasta que haya alternativas viables.
Esto está haciendo que haya diferentes marcas fabricantes que piensen en esas otras opciones, por lo que llegará un momento que la fabricación de estas baterías no tendrá sentido. El cobalto, como sucede con el hierro, está asociado en un gran número de yacimientos, pero su minería acarrea serios problemas medioambientales y de salud.
Sin olvidar que, aparte de no ser económicas, durante el proceso solo extrae una pequeña parte viable; el resto no sirve. De ahí que Svolt haya empujado por ellas. Como explica la compañía, su química consiste en un 75% de níquel y un 25% de manganeso, las cuales se producirán inicialmente en China. Versionadas en dos tamaños de 115 Ah y 226 Ah, se podrán producir hasta diez toneladas del material de cátodo, que también ha sido recientemente desarrollado.
Más económicas y funcionalmente viables
El resultado de todo ello son unas celdas que, debido a la ausencia de este material, tanto económica como de peso, serán más sostenibles. A su vez, esta tecnología lo que destina es que sea el coche eléctrico el que se beneficie de otras ventajas funcionales. Entre ellas, las que se incluyen acerca de una vida útil más larga, una mayor seguridad y una mayor densidad energética.
En el apartado de su vida útil se observa que, según lo ofrecido, podrán completar 2.500 ciclos de carga y descarga sin apenas pérdida de capacidad. Un logro de altura que viene por el mencionado material de cátodo, especialmente desarrollado, que utiliza un nano-revestimiento (una capa superficial muy fina).
Entre los detalles técnicos revelados, se cita que estas baterías sin cobalto para el coche eléctrico podrán ofrecer dos variantes. La primera es una versión que logrará autonomías de 600 km. Estas son las de 115 Ah, que tienen una densidad de energía de 245 Wh/kg. Luego se encuentra la de 226 Ah, quien posee una densidad de energía de 240 Wh/kg, que soportaría 880 km. Las mismas permitirán reducir los costes de fabricación entre un 5 y un 15%.