Este es el momento perfecto para cambiar los limpiaparabrisas de tu coche

Los parabrisas de millones de vehículos soportan con más o menos dignidad los excrementos de paloma, pero, sin que muchos conductores lo noten, cumplen otras cuantas funciones fundamentales en el coche, hasta el punto de que la seguridad depende de ellos en buena medida. Es por esto que es tan importante saber en qué estado se encuentran y cambiarlos en su momento.
El parabrisas de tu coche juega un papel clave
En ello, lo que sabemos es que el parabrisas del coche juega un papel clave en tu vehículo. No sólo porque nos protege cuando estamos en marcha y nos permite ver con claridad todo lo que está por delante del coche como la carretera, las señalizaciones y el resto de vehículos.
Sino porque además es capaz de soportar fuertes tensiones estructurales. El airbag del acompañante también utiliza el parabrisas como soporte si se abre. Por eso tener el parabrisas del coche en perfecto estado es fundamental para tu seguridad y la de quienes te acompañan.
Porque sí; a lo largo de la vida útil del coche ocurrirán imprevistos y el cristal puede sufrir daños o una rotura en cualquier momento, pero un buen mantenimiento te ayudará a aprovechar sus prestaciones al máximo y conservarlo por muchos años. Es por esto que debemos prestar atención a estos parabrisas para saber cuál es el momento de cambiarlos.
No te olvides de ellos
En este sentido, este elemento es el encargado de garantizar la seguridad y el confort de todos en el vehículo durante sus desplazamientos y facilitar una mayor concentración al volante.
Este doble objetivo de protección y comodidad se consigue mediante el empleo de dos tipos de vidrios:
- Cristales templados. Proporcionan una gran resistencia pero, en caso de impacto, se rompen en cientos de pequeños fragmentos que, aunque se mantienen unidos y no presentan aristas, dificultan la visibilidad. Se suelen emplear en las ventanas laterales ya que, precisamente por esta característica, facilitan el rescate de los pasajeros en caso de accidente.
- Cristales laminados. Son vidrios de alta resistencia compuestos de varias láminas u hojas de un material termoplástico transparente (PVB). Aparte de ser una extraordinaria barrera frente a la entrada de objetos desde el exterior, al romperse no se convierte en pequeños pedazos sino que mantiene la estructura de una malla fija que permite seguir viendo el exterior sin dificultad.
Así, y más allá de la pauta de hacerlo cada seis meses o una vez al año, hay algunos indicios que nos indican que ha llegado el momento de cambiar los limpiaparabrisas por unos nuevos. Uno de esos momentos se presta atención a la forma con la que se desliza la escobilla por el cristal. Si el barrido es continuo y suave, significa que tus limpiaparabrisas están en buen estado. Por el contrario, si dan sacudidas, se traban en mitad del barrido o los golpes son bruscos, es un indicativo de que la estructura o la goma están dañadas.
Obviamente, el ruido que hace el limpiaparabrisas al pasar por el cristal es inequívoco. Una escobilla en buen estado no debería hacer ningún sonido fuerte, como mucho el ligero murmullo al deslizarse por el cristal y arrastrar el agua. Pero cuando la goma está deteriorada, produce un sonido desagradable y molesto, que puede además desconcentrar al conductor. Ahí será clave cambiar tu parabrisas.
No todas son igual de compatibles
Hacia ello, también hay que saber que, como muchos elementos de nuestro propio vehículo, es importante conocer que no todos los parabrisas o escobillas son igual de compatibles entre sí con tu coche.
Esto es porque varían en longitud, tipo de anclaje y, además, las hay de plástico o metálicas. Por ello, debes asegurarte de que los limpiaparabrisas que eliges son compatibles con tu coche.
Otra opción es comprar un recambio de limpiaparabrisas original de tu modelo de coche o uno universal, que suele venir con varias piezas de anclaje para que selecciones la que mejor se adapte a tu vehículo. RACE recomienda que siempre te decantes por un limpiaparabrisas de calidad que garantice el barrido y una buena visibilidad.