500 euros y 6 puntos, el multazo por no descansar antes de conducir
La fatiga o la somnolencia no son buenas compañeras en la conducción. Estos síntomas producen un efecto negativo en la atención al volante, lo que puede traducirse en mayor riesgo de sufrir un accidente. Esto es justamente lo que indica la DGT como una de las normas y reglas a las que todos deberíamos prestarle más atención… pero de la que no todo el mundo hace (o acepta). Sin embargo, esto tiene graves consecuencias, también económicas.
Todos los conductores deben tener su descanso
Todos tenemos que estar descansados para conducir. Esto es algo que con el paso del tiempo ha ganado importancia, conciencia y protagonismo, y en este momento la Dirección General de Tráfico está más atenta que nunca. Porque no solo se trata de los conductores de camiones, autobuses y furgonetas, que son los pasan más tiempo al volante en las carreteras, sino también el resto de los usuarios.
Así, el organismo vial, y con el objetivo de reducir la siniestralidad en carretera y velar por el cumplimiento de la ley de Seguridad Víal está llevando a cabo una campaña de vigilancia en este sentido en el que se recuerda la importancia de los descansos para los conductores en cualquier tipo de vehículos.
Es en este aviso donde refleja que aumentar o minorar los tiempos permitidos de conducción está considerado como infracción muy grave y acarrea una importante multa. En muchos casos esto es causado por la ansiedad, el estrés o trastornos del sueño como insomnio (dificultad para conciliar el sueño), hipersomnia (somnolencia excesiva) o narcolepsia (ataque súbitos de sueño durante el día).
Paradas necesarias, hidratación…
Quienes se ponen frente al volante deben hacer las paradas necesarias y mantenerse hidratados. Además, es importante estar descansados para afrontar las horas de conducción. No obstante, a pesar de seguir las indicaciones, puede aparecer la fatiga y el sueño.
En estos momentos, lo más recomendable es detenerse en cualquier área de servicio a descansar antes de continuar con el camino, para coger fuerzas y evitar alguna distracción durante la conducción.
Hay que tener en cuenta que el cansancio provoca una falta de atención por parte del conductor, quien también tiene una menor precisión en sus movimientos, es decir, tarda más en responder a estímulos y ante imprevistos y comete más errores en las decisiones. Si en condiciones óptimas, un conductor puede tardar un segundo en reaccionar ante un imprevisto, el tiempo que tarde en actuar se puede duplicar en caso de estar fatigado. Durante este tiempo, el coche sigue circulando a determinada velocidad y evitar el siniestro puede ser imposible.
La norma es clara: los profesionales solo se pueden conducir 9 diarias
Por ello, se recomienda parar para descansar, como mínimo, cada 2 horas al volante o cada 150/200 kilómetros recorridos. En todo caso, el conductor debe descansar siempre que lo necesite, aunque no se hayan alcanzado las horas o los kilómetros indicados.
Asimismo, para los que son los conductores profesionales de los vehículos antes mencionados, la norma es clara: solo se pueden conducir 9 horas diarias, a excepción de dos días a la semana, en los que se puede llegar a las 10 horas. Además, después de cuatro horas y media hay que llevar a cabo una pausa de 45 minutos.
Este descanso debe ser al menos de 20 minutos y debe realizarse en un lugar seguro y apartado de la carretera como puede ser una estación de servicio o zonas de descanso especialmente habilitados para tal efecto. Como decimos, aumentar o disminuir esos tiempos en más del 50% se considera una infracción muy grave en la que, además del pago de 500 euros, conlleva la sustracción de 6 puntos del carnet de conducir.