Continúa la debacle de HTC sin que el fabricante taiwanés encuentre un freno a su mala situación. El presente 2012 está suponiendo su particular annus horribilis, que se ha confirmado en el último mes de octubre, en el que sus ingresos se desplomaron un 60%.
Lejos de mejorar, la situación de HTC continúa siendo muy problemática. La firma asiática no consigue frenar una caída que parece imparable después de continuos meses de malas noticias en los que ha conocido de pleno el dicho "las comparaciones son odiosas" cuando ha mirado a los resultados obtenidos en 2011.
La compañía ha mostrado su cara más pesimista en los últimos resultados auditados hasta el momento, aquellos referidos al mes de octubre de este año. En ellos confirma que sus ingresos siguen descendiendo de forma alarmante. En concreto, durante el décimo mes del año logró 558 millones de dólares (437 millones de euros), lo que supone un drástico descenso del 60% respecto a los que lograba en el mismo periodo de 2011 con 1.500 millones de dólares. Cabe recordar en este punto que la cifra de beneficios -no publicada por la compañía- es ostensiblemente inferior, ya que a estos ingresos hay que restar los consabidos gastos, lo que indica un nivel de rentabilidad muy bajo para este tipo de empresas.
Las cifras prosiguen la tendencia que se ha repetido en el último año. Según los últimos datos al cierre del tercer trimestre del año se confirmaba que las ventas de los dispositivos del fabricante asiático habían descendido nada menos que un 48%. En términos económicos los beneficios también cayeron de forma considerable, desde los 639 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2011 a los 133 millones logrados en los mismos meses de 2012.
¿A qué se debe este desplome?
Es la pregunta que se debe repetir de forma incesante el equipo directivo de la compañía. Resulta harto difícil concretar un único motivo que ayude a entender un hundimiento impensable hace un par de años. La demanda de sus smartphones ha caído de forma sustancial a pesar de haber sido uno de los fabricantes que ha apostado por el sistema operativo en auge, Android, así como equipos de alta gama como el HTC One X con procesador de cuatro núcleos. Sin embargo, en este segmento parece complicado competir ante titanes de la talla del iPhone 5 y el Samsung Galaxy S3.
A pesar de su situación económica y del poder de la competencia, la firma insiste en plantar cara a sus rivales con el HTC One X+, aunque sus grandes esperanzas están depositadas en Windows Phone 8. El lanzamiento del nuevo sistema operativo móvil de Microsoft se ha convertido en el principal asidero de HTC a estas alturas y su futuro parece depender en gran medida dependiente de la aceptación de la nueva plataforma o un cambio radical en la estrategia comercial del fabricante taiwanés.