El presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, ha alertado sobre la grave situación por la que atraviesa el sector del cine en nuestro país. En su opinión, esta industria podría quebrar en un futuro cercano y no duda en culpar a las medidas tomadas por el actual Gobierno.
Los peores temores de la industria del cine en España tienen visos de cumplirse. Así lo ha vaticinado González Macho en sus últimas declaraciones, en las que pinta un futuro muy negro a este sector en nuestro país fundamentalmente por los pasos dados por el Gobierno de Mariano Rajoy con su política de austeridad. «Si ya hemos tenido un recorte salvaje, y ahora llega otro, veo la situación al límite de lo imposible«, señaló el presidente de la Academia de Cine.
González Macho teme que las políticas adoptadas lleven «incluso a la quiebra del cine español», ya que es un sector que se ha mantenido tradicionalmente con una serie de subvenciones públicas de las que ahora parece que no pueden prescindir. Lo peor está por llegar en su opinión, puesto que «las ayudas a la amortización del cine se dan con dos años de retraso», por lo que sería a partir de 2014 cuando esta industria podría tocar fondo en caso de que la situación actual se prolongue.
No es la primera vez que se vaticina un panorama similar. Hace unos meses se conocían los Presupuestos Generales de 2012 y en ellos se veía la drástica reducción en la partida dedicada a la subvención de este sector. Los productores no tardaron en mostrar sus quejas sobre esta política puesto que consideran que con la medida destruye empleo y que a su vez el Ejecutivo no ofrece ninguna alternativa para recolocar a los implicados en este sector.
Por si fuera poco, la subida del IVA al 21% ha sido una realidad durante este último mes, lo que desde la industria se ve como otro latigazo en su espalda. González Macho asegura que se ha producido un «evidente efecto negativo», pero que será «en torno a unos seis meses» cuando se constate si caen los ingresos de forma alarmante por culpa de esta medida.
Con este oscuro panorama por delante, el cine español ha de reinventarse con urgencia, al menos en lo que a su modelo de financiación se refiere. La búsqueda de alternativas desde la propia industria ha de ser rápida o, como las voces de dentro del sector reconocen, la amenaza de quiebra seguirá creciendo de forma progresiva.