El reciente anuncio del fin de las permanencias en las tarifas móviles de Movistar vino acompañado de la renovada oferta convergente Fusión. Precisamente este servicio de fijo y móvil podría ser el siguiente en decir adiós al compromiso de permanencia de 12 meses que lleva asociado.
Así lo señala el periodista Miguel Ángel Uriondo en la última entrada publicada en su blog ALSD. Después de la presentación de las nuevas tarifas Fusión con condiciones mejoradas como la inclusión de conexión 4G para navegar desde el móvil y el anuncio del fin de las permanencias móviles y el SIMlock, Movistar podría dar otro paso al frente acabando con el citado compromiso en la oferta convergente.
Sin especificar cuándo llevaría a cabo un cambio que suprimiría los 12 meses que atan actualmente al usuario de Fusión con el operador, Uriondo avanza que se trata de un paso más que razonable. Por el momento, la compañía dejará de utilizar esta condición como política comercial a cambio de descuentos una vez concluido el plazo de un año de contrato.
De este modo, transcurrido el periodo inicial el usuario podrá seguir con su línea sin permanencia y cambiar de operador cuando quiera sin pagar la compensación. Tan solo un cambio de Fusión 4G con ADSL a Fusión Fibra implicaría una nueva permanencia, algo que el operador defiende en base a que así se cubre el coste de instalación de la nueva línea.
No obstante, el fin de la permanencia inicial parece cuestión de tiempo. Como indica el citado periodista, «la permanencia en un producto convergente es absurda. Cuando alguien se apunta a Fusión deja de buscar otros servicios«. «No porque sea el mejor, sino porque es un Cristo ir cambiando entre operadores el fijo, el móvil y la línea de Internet», explica con una lógica aplastante.
Así, el operador histórico seguiría los pasos de Jazztel, quien ofrece sus packs de ADSL y móvil manteniendo la política sin compromiso de permanencia. A la vista de sus buenos resultados en captación de usuarios, ésta funciona, por lo que parece un buen espejo en el que mirarse y establecer así una relación más sana y sin ataduras entre la compañía y el cliente.