La Ley de Moore no está muerta, pero sí se puede afirmar que está en standby dentro de las fábricas de Intel. La compañía ya acumula tres años de retrasos con los chips de 10 nanómetros, y empezarán a llegar en 2019 con unas cantidades algo limitadas tal y como anunció la compañía en su presentación de resultados. Sin embargo, esto podría cambiar próximamente.
Intel corre el riesgo de quedarse atrás con respecto a la competencia en 2019
Si bien el proceso de reducción ha sido muy lento en los últimos años, en los próximos éste podría acelerarse. La clave es conseguir domar la tecnología EUV (Extreme Ultraviolet Litography), de la cual ya hemos hablado en alguna ocasión. Esta tecnología va a permitir a Samsung y a TSMC fabricar chips de 7 nanómetros en 2019, lo cual le va a dar una ventaja abismal a empresas como AMD.
Para ello, Intel ha invertido un total de 72 millones de dólares en 12 startups enfocadas a ámbitos como internet de las cosas, la nube, inteligencia artificial, o “el futuro del silicio”. Intel tiene invertido dinero en 350 empresas, y desde 1991 han invertido en 1.500. Sin embargo, hasta ahora la compañía había invertido preferentemente en empresas que iban a usar o a acelerar la demanda de sus productos, y no en aquellas centradas en crear chips.
El motivo es muy claro. El CEO de Intel Capital, Wendell Brooks, afirmó que Intel no tiene por qué quedarse aislada en el mercado, y quieren ver cómo trabajan otras empresas. Una de ellas es Espressif, una empresa china que crea chips para el IoT y que ya ha vendido 100 millones de unidades de sus SoC.
La EUV es la clave para seguir creciendo
Otra, probablemente la más interesante, es Lyncean Technologies. Esta empresa californiana afirma haber conseguido crear un método para domar la tecnología EUV para poder llegar a reducir los chips hasta los 2 nanómetros. Gracias a esta tecnología podremos llegar a tener chips de 2 nanómetros, pero todavía es muy difícil de domar porque el proceso de creación de los chips con este método es más complejo, lento y caro.
Lyncean afirma haber conseguido hacer estas máquinas más eficientes, de manera que pueden caber en una fábrica normal y no requieren de espacios enormes como hasta ahora. Diversas fuentes afirman que con EUV se puede llegar a bajar incluso a 1 nanómetro. Lo que está claro es que la tecnología EUV es el futuro de los procesadores para mantener viva la Ley de Moore.
Las máquinas EUV crean un halo de electrones similar al de un láser, en lugar de una especie de luz con bombillas como se hace en la actualidad. Necesitan estar más cerca de la oblea y hacer más pasadas, pero es un método más preciso. Cada máquina cuesta decenas de millones de dólares, pero son más baratas y eficientes que las que existen en la actualidad, por lo que son viables económicamente para las empresas actuales.
Otra de las empresas en las que Intel ha invertido es Movellus, que afirma que puede prescindir de humanos para el proceso de diseño de los chips, haciéndolos más pequeños, más eficientes, baratos y fiables.
Por último, SiFive permite crear núcleos personalizados y con arquitectura abierta, lo cual hace que los chips se creen más rápido y más barato (en torno a 10 veces menos). La compañía quiere apostar por chips específicos para tareas específicas, aunque esto es más complejo.