La firma de la manzana mordida ha perdido más de 150.000 millones de capitalización bursátil en apenas unos meses y todo apunta a que sus acciones seguirán perdiendo valor. Fracasos como el Apple Watch o el nuevo iPad Pro están lastrando el valor de la compañía.
¿Se acabó la alegría en Apple? Desde el pasado 20 de julio las acciones de la compañía han entrado en barrena perdiendo más de un 30%. Una caída que ha llevado a los títulos a perder valor durante el 2015 con respecto al año anterior, un hecho que no se veía desde 2008. Los motivos que han llevado a los inversores a deshacerse de los títulos del gigante de Cupertino son muchos pero todos están relacionados con lo mismo, falta de innovación y frenazo en las ventas.
Si nos fijamos en el iPhone 6s, el terminal llegó al mercado con todas las características técnicas filtradas antes de tiempo y eso provocó que otros competidores como por ejemplo, Huawei, se adelataran lanzando terminales con Force Touch restando protagonismo a la nueva tecnología de Apple. Las ventas tampoco han deslumbrado a pesar de que han seguido creciendo, la debilidad de países como China o la feroz competencia de otros fabricantes han puesto las cosas más difíciles a los a los Cupertino. Además, hoy hemos conocido que la propia firma ha reducido los pedidos a los suministradores asiáticos, lo cual denota que el teléfono tampoco está funcionando como esperaban.
El Apple Watch se puede decir que ha sido un fracaso teniendo en cuenta que la compañía ha evitado dar cifras oficiales en dos ocasiones diferentes, mientras que el iPad Pro tampoco está funcionando. Un estudio sitúa en un 0,3% las ventas de este nuevo dispositivo que prometía rejuvenecer el maltrecho mercado de los tablets.
Los analistas se equivocaron
No es novedad que los expertos fallen sin embargo sorprende que haya tanta diferencia entre las previsiones y la realidad. Hace diez meses aproximadamente, los analistas situaban la capitalización futura de Apple en un billón de dólares. A día de hoy el valor de la compañía está acercándose a los 500.000 millones, es decir la mitad. La mala noticia es que Google está acercándose peligrosamente a la firma de la manzana y en apenas unos meses la compañía fundada por Steve Jobs podría perder el trono mundial lo cual generaría más dudas.
La arrogancia se paga
A día de hoy Apple sigue siendo una empresa con una salud envidiable y unas cuentas fuera de lo común a pesar de los últimos tropiezos. Lo que sí es importante tener en cuenta es que si la compañía no logra remontar y la espiral negativa se prolonga más de la cuenta, su arrogancia puede acarrear consecuencias. Por un lado los operadores de telecomunicaciones «odian» literalmente las políticas de la compañía y sus imposiciones. En un mercado tan globalizado y sobre todo tan dependiente de las telecos, no es buena idea el hecho de no tener como aliados a las compañías telefónicas. El ejemplo es muy sencillo, cuando Nokia caía a plomo, todas las telecos sostuvieron a la empresa finlandesa durante mucho tiempo. En el caso de Apple esto no será así.
La prensa y los medios tampoco están contentos. Exceptuando las publicaciones que doran sistemáticamente la píldora a Apple, el sentimiento general es que estamos ante una compañía prepotente que discrimina demasiado y que además invierte en marketing con imposiciones jamás vistas. Un medio tradicional que no desvelaremos cual es nos filtró que durante la campaña de uno de los productos estrella la firma solicitó que no se publicara nada relacionado con Android durante 24 horas que duraba la acción. Ni que decir tiene que si la firma comienza a caer, todas las cabeceras no tendrán reparos en colocar titulares en sus portadas anunciando los malos resultados.
En definitiva, las alarmas han comenzado a sonar, faltan nueve meses para ver el iPhone 7 que podría revitalizar a la firma pero hacen falta productos innovadores que vuelvan a situar en la picota a la empresa más valiosa del mundo.