El futuro son los coches eléctricos, y estas las mayores mentiras para venderlos
Después de que Tesla sorprendiera con su primera generación del Tesla Model S y los 500 kilómetros de autonomía con propulsión únicamente eléctrica, la industria del automovilismo ha quedado en evidencia. Un vehículo exclusivo, de alto coste y elevadas prestaciones que, evidentemente, se produce en un volumen reducido con respecto a modelos de combustión de amplio mercado. Ahora, las marcas más populares plantean la migración a los ecológicos motores eléctricos en los próximos años. Es el futuro, pero no son tan verdes como nos van a contar.
El escándalo de las emisiones de Volkswagen nos ha hecho recordar que la combustión contamina en exceso, más de lo que nos han estado contando según las homologaciones. Al menos, mucho más -hasta 40 veces más- en el caso de Volkswagen. Los fabricantes ya han amenazado con que será complicado cumplir la normativa próxima en los Estados Unidos, y se negocia para que se rebajen las condiciones que llegarán en 2020. Mientras tanto, marcas como Mercedes-Benz, Porsche, Nissan o Audi ya han adelantado sobre futuros modelos con 500 – 700 km de autonomía.
El cambio es necesario, «por el medio ambiente»
Una de las máximas preocupaciones de los conductores es el consumo de su coche, motivo incluso para gastar hasta 2.000 euros más en un mismo modelo que, aunque más contaminante, pude reducir en hasta 2 litros cada 100 kilómetros el gasto en combustible. Además, el precio del mismo -diésel contra gasolina- es algo inferior, aunque ya no haya tanta diferencia como hace diez años. También es más caro el mantenimiento del vehículo, pero no parece importar a un mercado donde domina el diésel sobre los motores de gasolina.
En este punto, los coches eléctricos llevan ventaja, puesto que el gasto en combustible es cero, pero no quiere decir que no tengamos consumo como tal, porque tenemos que trasladar las cifras al gasto en electricidad. Y para favorecer la venta de este tipo de vehículos, por el momento ya hay grandes superficies que ofrecen recarga gratuita, incluso gasolineras, aunque la irónica cuestión es que… ¿vas a dejar tu coche en el súper toda la noche? No lo creo. Pero hay más motivos para convencerte, como que las emisiones son menores, hablando en términos de partículas y gases contaminantes, aunque también las hay.
El coche es menos contaminante, pero no su fabricación
De media, un coche eléctrico emite un 50% menos de contaminación a nuestro planeta, a tus pulmones y a los míos. Y esto es lo que vas a ver en la papeleta de promoción del nuevo modelo que, sí, va a ser más caro que el modelo de combustión. Y es más caro porque las baterías suponen grandes costes en cuanto a fabricación, y la mayoría de marcas dependen de terceros, lo que limita la posibilidad de reducir costes.
Detrás del coche eléctrico que conduces, plagado de símbolos verdes y azules que reflejan lo ecológico que es, hay un proceso de fabricación de baterías altamente contaminante, y una central térmica que genera energía eléctrica con carbón y que, efectivamente, también contamina. Porque, aunque tenemos el gas natural o las energías renovables para generar esta electricidad, seguimos valiéndonos de procesos contaminantes.
El reciclaje, eso de lo que nadie se acuerda
Las baterías de tu coche eléctrico van a perder prestaciones, hasta el punto de dejar de funcionar en un determinado punto del ciclo de vida de tu vehículo. Y no es lo mismo una batería de 12V de un coche de los de ahora, que una potente batería para propulsar un coche eléctrico. Este proceso de reciclaje también contamina, aunque nadie se acuerde de él a la hora de presumir de un motor limpio.
En definitiva, tenemos un coche que, sí, ofrece un dato muy positivo de menores emisiones durante su rodaje, pero que detrás de este divertido motor silencioso y limpio, trae consigo varios procesos contaminantes que, aunque no se mencionen en esos panfletos de venta, están ahí, y van a provocar que los coches eléctricos no sean un salto, sino por el momento sólo un paso hacia el frente en el desarrollo de motores menos contaminantes.