Windows 10 cumple su primer mes, pero no cumple todas las expectativas

Queda mucho, muchísimo que hablar de Windows 10. Es el nuevo sistema operativo de Microsoft y el interés en torno al sistema es muy elevado, cuando todavía sólo ha pasado un mes y ya está instalado en más de 75 millones de ordenadores. Después de un mes entre nosotros, hay varios aspectos que debemos contemplar para conocer realmente qué es lo que ha aportado, qué no, dónde ha metido Microsoft la pata y dónde nos ha dejado boquiabiertos.

El precio de Windows 10: ¿Es realmente gratis, aunque cueste 0 euros?

Es inevitable, y una vez más tenemos que comparar con Apple el caso de Microsoft con Windows 10. Poniendo las cosas en una balanza, Apple se dedica al desarrollo de hardware + software en los ordenadores que comercializa bajo su propia marca. El beneficio económico se consigue precisamente con este pack, y la venta es de hardware, y no de software. Sí, es así. Podemos considerar que el precio del software va incluido, pero no podemos olvidar que los próximos años seguirá estando incluido.

La situación de Microsoft es diferente, porque sólo vende software, si hablamos de ordenadores. Por eso, el software tiene un precio, que Microsoft ha decidido eliminar si habíamos pagado antes por Windows 7 o Windows 8. Ahora bien, aunque no tenemos que pagar un solo céntimo, nuestra privacidad es la moneda de cambio, algo que se puede considerar justo si hemos actualizado gratis. Ahora bien, yo no estaría demasiado contento si, además de pagar más de 100 euros por Windows 10, tengo que seguir pagando con mi privacidad.

Sin hardware nuevo, pocos cambios en Windows 10

El usuario de a pie actualiza a Windows 10 y vuelve a hacer exactamente lo mismo que con las versiones anteriores de Microsoft. Por lo tanto, los cambios que percibirá son más bien pocos, más allá de la nueva interfaz, el menú de inicio y otros pequeños cambios. Y Windows 10 tiene novedades mucho más potentes como el asistente virtual Cortana, el streaming con Xbox One o el navegador web Microsoft Edge, entre otros.

Se han introducido potentes novedades, como la seguridad biométrica a prueba de gemelos, la interacción con el sistema operativo a través de comandos de voz gracias al asistente virtual Cortana… Ahora bien, ese mismo usuario de a pie, si anteriormente tenía Windows 7 o Windows 8, es muy probable que no tenga el sistema RealSense 3D de Intel, y que ni siquiera haya utilizado antes en el PC un micrófono. Luego, entonces, la simple actualización a Windows 10 no nos va a garantizar todas las novedades, ni la mejor experiencia de uso con Windows 10. Si queremos disfrutar todas sus bondades, habrá que rascarse el bolsillo en periféricos.

Fallos, problemas, errores… un sistema muy verde

No cabe duda de que es un buen sistema operativo, un cambio necesario en la línea de software de Microsoft que notaremos mucho más en móviles, aunque quizá ya sea demasiado tarde para rescatar la marca Lumia. Y sí, es un puntazo poder actualizar a coste cero, a pesar de los matices que explicábamos anteriormente. Además, si tenemos un equipo con hardware completo, utilizar Windows 10 es una maravilla, en tanto que podemos jugar a Xbox One desde el PC, olvidar las contraseñas alfanuméricas y utilizar nuestra cara para el desbloqueo, o bien utilizar decenas de funciones con la voz.

Microsoft ha sabido esta vez devolver lo que gustó y traer lo que gustará, pero demasiado pronto. Los plazos marcados por la propia compañía a principios de año, esa es la sensación que da, han ahogado a la firma americana hasta el punto de lanzar un sistema operativo incompleto, que por el momento no ha llegado a todos los usuarios que sí cumplen los requisitos, y a algunos de los que sí les ha llegado no ha hecho sino causarles constantes problemas. Y dicho esto, en unos meses veremos cómo todo funciona como la seda, o más le valdría a Microsoft, y será cuando se pueda valorar, realmente, de forma positiva.