Microsoft sigue poniendo a punto su nuevo sistema operativo Windows 10, pero los usuarios que ya están probando su versión técnica preliminar siguen impacientándose con el lento goteo de nuevas versiones de desarrollo que llegan cada vez más espaciadas en el tiempo. Desde la empresa de Redmond se trata de buscar una mayor estabilidad aún a costa de que los usuarios puedan tardar incluso meses en disfrutar de las últimas novedades.
La compañía de Redmond no quiere volver a repetir los errores que cometió en el pasado con diversas actualizaciones de sistemas operativos Windows, con las que a la par que corregían fallos detectados, generaban nuevos problemas provocando la inestabilidad del sistema y el enfado de los usuarios que al final se decantaban incluso por no actualizar. No obstante con Windows 10, Microsoft se está enfrentando a una encrucijada con respecto a las novedades introducidas en las build de su último sistema operativo.
Por un lado, muchos usuarios demandan una mayor premura en el lanzamiento de nuevas versiones que incluyan diferentes novedades introducidas desde la anterior actualización. Pero por otro, el gigante tecnológico estaría sopesando más la importancia de lanzar un software estable que contribuya a recibir valoraciones y sugerencias de parte de los propios usuarios para ir puliéndolo hasta su lanzamiento comercial durante este 2015. Finalmente, la compañía parece decantarse por la opción de introducir pequeñas actualizaciones periódicas que incorporen novedades mínimas para que cualquier problema detectado sea más fácil de subsanar.
Los “bugs” en Windows 10 no están ayudando en el desarrollo
Esto puede provocar una mayor confusión a los usuarios que no estarían limitados a un gran parche cada cierto tiempo, sino que irían recibiendo paquetes con pequeños cambios con una mayor frecuencia. Además Microsoft estaría considerando hacer una diferencia entre el grueso de usuarios y los que quieran pertenecer al programa Windows Insider, con la creación de un nuevo canal para poder probar de primera mano las nuevas actualizaciones de Windows 10. Estas versiones preliminares se usarían para tratar de detectar los fallos en un primer momento e intentar corregirlo antes de liberar la actualización al resto de usuarios. La última novedad confirmada desde Redmond acerca de Windows 10 ha sido el soporte para el nuevo estándar USB 3.1 Type-C.