Windows 10 sigue siendo mucho más popular que Windows 11 y eso es un problema para Microsoft
Los últimos datos muestran que Windows 10 continúa siendo un sistema operativo de mayor popularidad que su sucesor, lo que se convierte en un serio dolor de cabeza para Microsoft. Es cierto que la nueva versión va ganando terreno, pero todavía está lejos de alcanzar el rendimiento de su predecesor.
Todos sabemos que el camino de Microsoft con Windows 11 no está siendo sencillo. Hacía mucho tiempo que una versión de Windows no se encontraba con tantas dificultades para poder establecerse en el mercado. Y, de momento, la situación mejora, aunque más lentamente de lo que le gustaría a Microsoft. Lo apreciamos en los datos que ha publicado Neowin que toman de referencia el índice de uso de Windows proporcionado por Statcounter.
¿Cuál es la situación actual?
De momento, la diferencia entre los dos sistemas operativos todavía es drástica. El 60,95% de las personas están utilizando Windows 10, sistema operativo que, como ya habrás oído, terminará en 2025 su periodo de soporte activo y requerirá un pago para poder continuarlo un poco más. Mientras tanto, Windows 11 alcanza un total del 35,55% de los usuarios. Entre ambas versiones de Windows todavía hay un margen extremo que no habla bien ni de la situación ni del trabajo que está llevando a cabo Microsoft para conseguir que la comunidad dé el salto a su nueva versión.
Lo único positivo, aunque a muy bajo nivel, es que respecto al último análisis se ha producido una bajada en el volumen de usuarios de Windows 10 y un aumento en el de Windows 11. Pero la modificación es tan reducida que es obvio que todavía estamos lejos de presenciar ese relevo generacional que Microsoft lleva tanto tiempo soñando con ver. Así, la pérdida de Windows 10 ha sido solo del 1,8%, mientras que la mejora de Windows 11 se ha establecido en un 2,13%.
El doble de usuarios en Windows 10
Hoy por hoy, los datos son claros y es cierto que hablamos del doble de personas utilizando Windows 10 mientras Windows 11 sigue en un plano demasiado secundario. La comunidad no ha dejado de criticar a Microsoft por algunas de sus decisiones tomadas y se cree que el paso que se está haciendo de Windows 10 a Windows 11 no es, en realidad, orgánico. Se habla más sobre cómo es muy posible que un buen porcentaje de esos nuevos usuarios de Windows 11 sean personas que han comprado un nuevo ordenador porque el anterior ya se les ha quedado obsoleto.
Por lo tanto, no habría tantas personas que están decidiendo por voluntad propia pasar de Windows 10 a Windows 11, sino que serían compradores que no se han querido complicar cambiando el sistema operativo de su nuevo equipo. Esto, en realidad, tiene mucho sentido. Y, para Microsoft, es lo que mejor les viene, ya que su batalla personal es que Windows 11 aumente su volumen de usuarios sea como sea. Además, ya han dejado claro que conseguir que equipos antiguos queden obsoletos, aunque sea de manera indirecta y no deliberada, se encuentra en las ideas que no rechazan. Al fin y al cabo, lo hacen cada vez que recomiendan a los usuarios que compren un nuevo ordenador si no pueden actualizar a Windows 11.
Tengamos en cuenta que Windows 10 perderá su soporte estándar el 14 de octubre de 2025 y que, a partir de ahí, habrá que pagar para seguir protegidos mientras usamos el sistema operativo. Es posible, no obstante, que para esas fechas más y más usuarios hayan tenido que renovar sus ordenadores. No obstante, todavía habrá miles de equipos en instituciones públicas, gobiernos y otras entidades, en las que seguro que se sigue usando Windows 10. Habrá que ver cómo lidia Microsoft con todo ello para aguantar el posible chaparrón y conseguir, en paralelo, que Windows 11 siga mejorando. Por ahora, la versión actual del sistema operativo ya lleva tres años entre nosotros y todavía le falta mucho camino por recorrer.