Aunque todo apuntaba a que Alexa disfrutaría de su siguiente evolución mediante el recurso de la inteligencia artificial, Amazon está introduciendo cambios en sus planes. Lo que nos vamos a terminar encontrando en el futuro de Alexa es, sin duda, muy distinto a lo que nos habíamos imaginado.
La práctica mayoría de empresas tecnológicas se están volcando en la IA. Es el tema de tendencia y la tecnología que podría llevar a que cambien muchas cosas en el sector. No obstante, Amazon, como ya mencionamos anteriormente que podría ocurrir, ha decidido dar un giro a su estrategia. Y, en vez de lanzarse de lleno a la IA, van a adoptar un punto de vista más clásico en lo referente a los siguientes pasos que dará su asistente de voz.
Un asistente mucho más útil
Ante el complicado camino con el que se había encontrado, Alexa parece que adoptará un enfoque tradicional que, por lo que podemos ver, le puede llegar a sentar genial. Hace semanas ya se comentó que Alexa se estaba encontrando con dificultades para llegar a su nueva identidad, a esa evolución con IA de la que tanto se había hablado anteriormente. Ahora, con Amazon redirigiendo su interés hacia la colaboración con grandes empresas, se da por confirmado que el objetivo actual de Alexa es muy distinto.
En lugar de potenciar la integración de una IA avanzada dentro de Alexa, lo que quiere hacer Amazon es mejorar el uso de sus funciones de asistente. Es decir, vuelven a las bases, a lo que captó el interés de los usuarios años atrás y que ahora va a conseguir una mejora importante. Para ello, Amazon ya está colaborando con grandes entidades como Uber, OpenTable o Ticketmaster. Lo que busca Amazon es que Alexa, posiblemente, se transforme en el asistente definitivo, el que de verdad mejorará tu día a día y simplificará tu trabajo sin tener que ponerse a pensar de por medio.
Skills potenciadas por una Alexa 2.0
Todos los servicios que hemos mencionado ya tienen skill en Alexa, por lo que la colaboración no consiste en que desarrollen sus propias apps para uso del asistente. Lo que estarían haciendo sería mejorar sus aplicaciones y conseguir que las nuevas skills a las que den forma puedan mejorar el día a día de los usuarios que saquen partido de Alexa. Tal y como Amazon dijo en su momento, esta “Alexa 2.0”, será más inteligente y más capaz de realizar todo tipo de funciones con comodidad. Podríamos pedir un coche de Uber con gran sencillez, comida o comprar entradas para eventos de una manera más rápida y simplificada. Por lo que podemos entender, no se trata, por lo tanto, de dejar que Alexa decida comprar las entradas de un evento que nos pueda gustar, sino de simplificar el proceso cuando nosotros lo iniciemos hablando con el asistente.
Además, lo que se comenta es que Alexa tendrá servicios y apps favoritas en las que gestionará las peticiones de los usuarios. Por ejemplo, si quieres pedir comida, utilizará la app específica que sea la predeterminada y no complicará el proceso dándote opciones a elegir. En la elección de esos socios prioritarios es donde más seguramente Amazon obtenga unos beneficios jugosos.
Se comenta que el plan es que Amazon tenga unos 200 socios implicados en este proyecto para el tercer cuarto del próximo año. El plan suena bien tanto para la empresa como para el uso de Alexa, pero ese sistema de asistencia con skills prioritarias significará que aquellos negocios que no estén en la lista no aportarán tanta velocidad ni facilidad para los pedidos. Por lo tanto, si te gusta pedir a la pizzería del barrio en vez de a Telepizza, por ejemplo, posiblemente el proceso no sea tan fluido. En cualquier caso, es algo que todavía está en desarrollo y que tardaremos en ver cómo acaba siendo de manera definitiva.
Lo interesante es que, como decíamos, Amazon adopta un enfoque mucho más clásico que no trata de reinventar algo que ya funciona, sino que solo quieren mejorarlo. Y es cierto que no suena mal y que, en comparación a la tendencia general del sector, resulta un soplo de aire fresco. Por ello, habrá que seguir el proyecto con interés. Al mismo tiempo, todavía queda la duda de saber si Amazon acabará requiriendo un pago de suscripción para usar estas nuevas funciones o si todo se integrará de forma gratuita. Como ya no hay una IA tan avanzada de por medio, quizá acaben eliminando el plan de cobrar por usar el servicio. Seguramente sabremos más de ello en los próximos meses.
Lo que sí está muy claro es que Alexa está ante el gran reto de renovarse o morir. Viendo lo que ha hecho OpenAI con su asistente de voz avanzado, el de Amazon parece un juguete (igual que Siri o Hey Google) y toca trabajar mucho para que los usuarios sigan confiando en estos asistentes.