No, no es tan buena idea colocar un AirTag en la zapatilla de tus hijos para saber dónde están
En los últimos meses se han popularizado algunos vídeos en los que unos padres deciden colocar un dispositivo de localización AirTag en los zapatos de sus hijos, con el fin de conocer su ubicación en caso de que se pierdan, se les acabe la batería del móvil o, en el peor de los escenarios, que se produzca un secuestro. De hecho, en Amazon podemos ver a la venta varias plantillas especiales que incluyen un hueco en el que introducir el dispositivo de Apple, con el fin de que llevarlo en el zapato no sea incómodo para el niño.
A priori, esto puede parecernos una buena solución por varios motivos. El AirTag estará escondido en la zapatilla, por tanto el niño no tendrá otros elementos como relojes inteligentes a la vista que puedan ser robados fácilmente.
Además, en el caso de un secuestro, se supone que a un delincuente no se le ocurriría mirar en la zapatilla del niño en busca de este aparato, aunque eso puede cambiar después de que esta técnica se haya hecho bastante más conocida.
Existen plantillas para zapatos o tenis con un agujero para introducir el AirTag, o también unos colgantes para meterlos dentro y atarlos a la zapatilla por el exterior. Podemos encontrar estos accesorios por alrededor de 20 euros en Amazon. Y es que esta idea no es nueva. Hay hilos en el foro Reddit que datan de incluso un año atrás, en los que algunos usuarios ya comentan con otros la posibilidad de usar los AirTag de esta manera.
Decidirse por este método de seguridad para poder saber la ubicación de un menor o de una persona mayor o con algún tipo de discapacidad puede ser plausible, pero hay varios motivos por los que su eficiencia va a ser cuestionable.
Para empezar, y tal y como recuerda el experto @geniusmanu_ en Instagram, los AirTag no son capaces de emitir señal GPS continuamente. Estos dispositivos dependen de que haya otros iPhone o productos de Apple cerca, que sirvan para captar la señal del AirTag y enviársela a Apple.
Por ello, no solo podemos perder la ubicación si nuestro hijo se pierde en un entorno natural o aislado, sino que la información de localización que recibamos va a ir a cuentagotas, no estando tan actualizada como la que recibimos con un smartphone, un Apple Watch u otro tipo de reloj o pulsera inteligente.
Pero es que, además, los AirTag incluyen un pequeño altavoz que puede empezar a emitir sonidos en diversos casos. Esto puede ocurrir si pasan mucho tiempo desconectados del iPhone al que están emparejados, o si Apple detecta por error que el AirTag está siendo usado para espiar a alguien. Si el secuestrador también tiene iPhone, podría recibir una notificación en algún momento informándole de que hay un AirTag cerca de él.
Hay opciones mejores
Debido a esa limitación de los AirTag a la hora de ofrecer datos de ubicación precisos y actualizados, usarlos de esta forma no es tan eficiente como uno puede pensar, aunque tampoco hay por qué decir tajantemente que sea una mala idea en todos los casos.
Pero otros dispositivos como las smartbands son mucho más fiables, aunque también es cierto que, en la circunstancia de sustracción de un menor, el criminal podría robar con mayor facilidad este accesorio. Desde Apple ya se han pronunciado sobre este tema en el pasado, y lo que han dicho es que un Apple Watch va a ser, por lo general, un dispositivo mucho mejor para rastrear la ubicación de otra persona.
Otras formas de llevar un AirTag
Dicho todo esto, si por cualquier razón a ti sí que te convence la idea de usar un AirTag para geolocalizar a alguien, hay que comentar que existen formas alternativas a la plantilla de pie para llevar uno.
No solo encontramos llaveros con forma de funda en la que introducir el dispositivo. También tenemos pulseras infantiles que aparentan ser un accesorio corriente, pero que tienen el espacio para meter dentro del AirTag, así como horquillas que pegar a la ropa, como si fueran cualquier pin, para esconder el localizador. Todas estas fundas son formas muy disimuladas de llevar el aparato sin que nadie se dé cuenta.
