El Banco Central Europeo apunta a 2029 para que el euro digital entre en vigor, tras los diferentes periodos de prueba que deberá superar hasta entonces. Un eurodiputado español amenaza con alterar los planes de Bruselas.
Durante el día de ayer, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidía dar un paso más en el proyecto del euro digital. Tras una primera fase que se inició en noviembre de 2023 y que sirvió para dar a conocer el proyecto y coordinar las diferentes reuniones que eran necesarias para sentar las bases del mismo, Bruselas informó que espera que la primera emisión se realice en 2029.
Para ello, será necesario que durante el año 2026 y el comienzo de 2027, la legislación esté debidamente presentada y aprobada. Únicamente de este modo se podría comenzar con las pruebas durante los años 2027 y 2028, que servirán de antesala para su entrada en vigor oficial. Sin embargo, Fernando Navarrete, miembro del Partido Popular Europeo (PPE), está liderando un movimiento para evitarlo.
Cómo debería ser el euro digital
Fernando Navarrete explica que el euro digital únicamente debería ser lanzado si el sector privado no encuentra ninguna solución que permita integrar el fragmentado sistema de pagos que actualmente existe en el continente europeo. En el caso de que esta premisa logre el apoyo suficiente por parte del resto de eurodiputados, esto supondría un importante freno para cumplir con el estricto calendario mencionado previamente y que espera cumplir el BCE.
Navarrete busca que el resto de los eurodiputados apoyen su propuesta y, de este modo, llevarla a votación durante algún momento del año 2026. Pese a que todavía se encuentra en una fase muy inicial, el legislador ha afirmado haber recibido mucho apoyo de algunos, aunque otros son más escépticos, según recogen desde Bloomberg.
El problema de la fragmentación de pagos
Uno de los motivos por los que servicios de pago como Visa o Mastercard tienen la cuota de mercado que tienen en Europa es por la excesiva fragmentación de pagos que existe en el viejo continente. Una situación que le ha llevado al BCE a explorar todas las opciones existentes por parte de las empresas privadas para lograr interconectar todos los sistemas.
Bizum, por ejemplo, siempre ha sido una de las apuestas más fuertes. Pero todavía se está trabajando en ella para poder convertirla en una pasarela de pagos interconectada que sirva para realizar pagos inmediatos entre todos los países.
Piero Cipollone, uno de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, afirma que Europa no puede permitirse no disponer de “un medio de pago que nos permita pagar en todas partes de Europa para todos los casos de uso”.
Un largo camino por delante
Con la información que tenemos a día de hoy, todavía queda un largo camino por delante hasta entender qué ocurrirá. Navarrete considera que el impulso público para crear el euro digital podría ser relevante para que el sector privado logre encontrar una forma atractiva para encargarse del proyecto. Que es precisamente lo que, según este eurodiputado, sería lo ideal.
Incluso en el caso de que se tuviera que encargar el ente público, como parece que terminará ocurriendo, faltan por resolver algunas dudas que están impidiendo el avance del proyecto, como las siguientes:
- Qué cantidad máxima de dinero podrán tener los ciudadanos en su versión digital.
- Cómo equilibrar estas cantidades sin provocar una fuga de depósitos que puedan almacenar la estabilidad financiera.
- Cómo adecuar los límites a un continente como el europeo, con diferencias salariales notables entre el norte y el sur.
| Desafío Principal | Impacto Potencial | Solución Propuesta por el BCE |
|---|---|---|
| Límites de tenencia | Riesgo de fuga de depósitos de la banca comercial | Techos individuales escalables (ej. 3.000€) |
| Privacidad vs. Control | Equilibrio entre anonimato y prevención de blanqueo (AML) | Privacidad para pagos de bajo valor, trazabilidad para grandes sumas |
| Brecha digital | Exclusión financiera de ciertos colectivos | Desarrollo de soluciones de pago offline (ej. tarjetas) |
| Interoperabilidad | Fragmentación con sistemas de pago existentes | API única basada en la infraestructura europea (ESMIG) |
Mientras Navarrete debe continuar explorando los potenciales apoyos que puede tener dentro del Parlamento Europeo, el BCE se enfrenta a un escenario en el que actualmente existen más dudas que certezas.