El sueño de muchos amantes de la ciencia ficción, los viajes en el tiempo, quizá termine haciéndose realidad. No sabemos cuándo, pero lo que sí sabemos es que los científicos están investigando y que no dejan por imposible lo que podría llegar a cambiar el futuro, presente y pasado de la humanidad.
Los científicos están convencidos de que podrían haber encontrado la clave que permita que acabemos viajando en el tiempo. Uno de ellos, el físico teórico J. Richard Gott, habla de cómo podrían haber dado con la secreto en la forma de las cuerdas cósmicas. Según las teorías, estas cuerdas son la respuesta a algunos de los principales misterios del universo, aunque son tan finas que es imposible verlas.
La importancia de las cuerdas cósmicas
Las definiciones que se aportan de las cuerdas cósmicas navegan en la ciencia teórica. Los investigadores que trabajan en ellas creen que, más allá de ser tan finas que no se pueden ver, lo importante es que serían de un tamaño inmenso. Podrían equivaler a miles de estrellas, plegarse entre sí mismas y continuar estirándose prácticamente hasta el infinito. Al mismo tiempo, generarían ondas gravitacionales y, como dicen los científicos, podrían esconder el misterio del viaje en el tiempo.
Aunque hay dos tipos de cuerdas cósmicas sobre la mesa y ambas tienen investigaciones sólidas tras de sí, en principio solo una de ellas tendría capacidad para garantizar el viaje en el tiempo. Este sería el tipo de cuerda cósmica que toma de referencia la teoría que indica que el universo está formado por partículas que están representadas como cuerdas que vibran. Dentro de esas cuerdas, habría supercuerdas del inmenso tamaño que mencionábamos y que serían las que podrían ayudar a hacer realidad los viajes en el tiempo.
¿Qué más saben los científicos?
Lo que menciona el físico J. Richard Gott es que él hizo un descubrimiento por el cual, si dos cuerdas cósmicas se mueven a una velocidad que esté cercana a la de la luz, podrían crear una vía para viajar en el tiempo. Lo que se provocaría sería un bucle en el espacio tiempo, un agujero de gusano como los que ya hemos visto en muchas películas que se podría utilizar, teóricamente, para realizar viajes en el tiempo. Esta teoría encaja con lo que explicó en su momento Albert Einstein, cuya teoría de la relatividad apoyaba la posibilidad de la existencia de bucles.
La forma en la que se plantea el posible uso de estos bucles va más allá de los conceptos de retroceder en el tiempo a épocas pasadas. Lo que menciona el físico es que, tal y como Einstein decía, es posible utilizar rayos de luz a través de dos distancias utilizando atajos. Y para entenderlo pone un ejemplo astronómico fácil de entender. Pongamos que la NASA va a viajar a Marte, trayecto para el cual se requieren entre 200 y 350 días, casi un año. Pero, en el medio de la distancia que hay que recorrer entre la Tierra y Marte, los científicos descubren que hay un bucle generado por una cuerda cósmica. Lo que harían, en ese caso, sería viajar hasta el bucle y, desde ahí, llegar a su destino muy rápidamente.
Tal y como menciona Gott, cuando los astronautas llegasen a Marte, si tuvieran una cámara con la que ver lo que está pasando en la Tierra en ese momento, se verían a ellos mismos haciendo los preparativos para salir en su misión. ¿Hasta dónde es posible que se haga realidad esta teoría y se viaje en el tiempo?
El físico no quiere pecar de optimista y cree que es muy poco probable que, el ejemplo, al menos, se pueda cumplir. El motivo de ello es que las dos cuerdas cósmicas tienen que estar en la zona exacta y, por lo que comenta, no es algo fácil de satisfacer. Además, se tendría que dar otra coincidencia: que tanto la nave de la NASA como las cuerdas cósmicas se movieran exactamente al 99,99% de la velocidad de la luz.
El riesgo de quedarse atrapado en el tiempo
De todas formas, hay varias teorías a las que los científicos podrían recurrir en el momento en el que puedan detectar las cuerdas cósmicas. Todo tendría el mismo objetivo: fabricar una máquina del tiempo. En el ejemplo la identifican como la nave espacial de la NASA, pero podría tener posiblemente otras formas. Dice el físico que, en vez de usar las cuerdas cósmicas infinitas de las que hemos hablado, otra opción sería recurrir a una cuerda cósmica más corta que tuviera forma de rectángulo.
Y lo más interesante en este caso es que podría haber un control muy avanzado del bucle y del agujero de gusano. Eso sí, plantea esta posibilidad para una humanidad que esté mucho más avanzada en el futuro u otro tipo de supercivilización. En base a esta teoría, sería posible hacer que un bucle temporal se colapse y eso haría que las personas que estuvieran dentro pudieran volver a ver toda su vida. Pero insiste en que, debido a que estaríamos en un agujero negro, no habría forma de salir y quedaríamos atrapados. La experiencia sería curiosa, pero marcaría un desenlace que, posiblemente, nadie querría vivir.
En cualquier caso, aunque el viaje en el tiempo es algo que tienta y que llama la atención de todos los científicos, los expertos dicen que, para ellos, lo más jugoso es poder descubrir los secretos del universo. Los viajes en el tiempo son algo más secundario en lo cual los científicos que estudian las cuerdas cósmicas no parecen estar tan interesados.