Con la configuración por defecto, al cerrar la tapa en un portátil con Windows el equipo entrará en suspensión. Es un comportamiento bastante razonable y en muchos casos será la opción preferida, pero es posible cambiarla y hacer que al cerrar la tapa ocurran otras cosas diferentes.
Por ejemplo, puedes elegir que al cerrar el portátil entre en suspensión, se apague o que no haga absolutamente nada, permaneciendo activo. Además, la configuración puede ser diferente si el ordenador está funcionando con la batería o conectado a la red eléctrica, algo que tiene mucho sentido que sea así.
Lo más habitual es que el portátil que usas, con Windows, se suspenda cuando cerramos la tapa. Al cerrar el portátil automáticamente activa el modo suspensión y evita que estemos gastando energía de forma absurda si no lo necesitamos. Pero al volver a encender o al abrir la tapa todo sigue como estaba. Ahorramos energía y no perdemos lo que tenemos. Pero no tiene por qué ser siempre así y podemos evitar que se apague cuando lo cerramos.
Cambiar la configuración de cierre del portátil
Como suele ocurrir con las configuraciones en Windows, existen diferentes maneras a través de diferentes secciones para ajustar una misma herramienta o aplicación. Estos pasos también van a ser válidos si tienes la nueva versión del sistema operativo, Windows 11, ya que la ruta para encontrar los ajustes sigue siendo la misma.
Desde el Panel de control
Si no estás conforme con el comportamiento de tu equipo al cerrar la tapa, vamos a ver, paso a paso, lo que debes hacer para cambiar esta configuración y así lograr que tu PC responda como más te convenga.
Para poder modificar los ajustes, lo primero que debes hacer es acceder a los ajustes de energía del ordenador.
- Ve al panel de control escribiéndolo en la barra de inicio
- Abre el panel de control en el ordenador
- Toca en la opción Hardware y sonido del menú de ajustes
- Busca y abre Opciones de energía
- En la barra lateral, escoge, Elegir la acción de cierre de tapa.
Allí podrás elegir el comportamiento que desees para cuando cierres la tapa de tu equipo. Una vez hecho esto te encontrarás con una serie de opciones, entre las que se encuentra lo que el ordenador debe hacer al presionar el botón de encendido/apagado y también la que nos ocupa, lo qué debe hacer al cerrar la tapa.
Verás una serie de opciones:
- No hacer nada
- Suspender
- Hibernar
- Apagar
Podrás elegir en el menú desplegable lo que quieras tanto si cierras la tapa y está funcionando con batería como si cierras la tapa de tu portátil con Windows y lo tienes enchufado a la corriente. Puedes elegir que se suspenda si está con batería o que no pase nada si está conectado y no te importa no ahorrar energía durante este tiempo. No deben ser iguales los ajustes en cada caso.
Al desplegarlo cualquiera de ellos encontrarás las opciones que están disponibles (no hacer nada, suspender, hibernar o apagar). Escoge en cada uno de los desplegables lo que quieres que haga y cuando lo tengas configurado pincha sobre Guardar cambios en la parte de abajo de la pantalla para que queden establecidos. Puedes seguir estos pasos siempre que lo necesites para cambiar la configuración si no te convence.
La opción más conveniente depende un poco del uso que hagas de tu ordenador. Si eres una persona que se mueve mucho y trabaja en varias ubicaciones a lo largo del día, elegir que el ordenador se suspenda puede ser una muy buena opción. Si deseas mantener la configuración, pero apagar o suspender el portátil, puedes presionar las combinaciones Alt + F4 y elegir cualquiera de las dos sin que esto afecte a posteriores cierres de la tapa.
Desde el menú Configuración
Si queremos acceder a la configuración de energía de Windows 10 para determinar cuándo entra en suspensión y cuando en hibernación tendremos que pulsar en Inicio y después en Configuración. Iremos a Sistema y después elegiremos Energía y suspensión.
Aquí podremos determinar los minutos u horas que deben pasar para que el equipo entre en Suspensión y después en Hibernación. Para configurar el comportamiento de la tapa del ordenador portátil para configurar estos aspectos pulsaremos en el enlace Otras opciones de energía.
Desde símbolo de sistema
Podemos utilizar comandos básicos de powercfg para configurar ciertos ajustes de energía del sistema y que es especialmente útil sobre todo para aquellos que usan ordenadores portátiles, ya que nos da acceso a ciertas configuraciones que no están disponibles desde la interfaz gráfica del sistema.
Estos son los comandos básicos para comenzar a familiarizarse con la herramienta y controlar tus planes de energía.
- powercfg /list. Nos muestra un listado con los planes de energía disponibles en el sistema.
- powercfg -setactive GUID. Establece como plan de energía en el sistema el que corresponda al GUI indicado. Ese GUID podemos copiarlo ejecutando el anterior comando.
- powercfg /delete GUID. Elimina el plan de energía correspondiente a ese GUID.
- powercfg -hibernate OFF. Desactiva la hibernación del sistema.
- powercfg -hibernate ON. Activa la hibernación del sistema.
- powercfg /energy. Analiza la eficiencia energética del equipo generando un informe en HTML.
- powercfg /batteryreport. Genera un informe sobre el estado de la batería de nuestro portátil.
- powercfg -change -hibernate-timeout-ac x. Ajusta las configuraciones básicas de potencia, donde x es el tiempo en minutos. Si ejecutamos powercfg -change -hibernate-timeout-ac 5, el pc hibernará en 5 minutos.
- powercfg /lastwake. Nos indica la causa por la que el equipo salió de estado de suspensión.
- powercfg /request. Indica la causa por loa que el equipo no entra en estado de suspensión.
- powercfg -devicequery consulta. Permite consultar si algunos de los dispositivos conectados al equipo son compatibles con los estados de suspensión.
Diferencias entre apagar, hibernar y suspender
Entre las cuatro opciones anteriores hay dos bastante obvias: no hacer nada y apagar. La primera mantendrá el ordenador tal y como está y la última lo apagará. Todos sabemos con claridad qué es apagar un ordenador o cualquier otro aparato. Pero puede que haya dos que no tengamos muy claras: hibernar o suspender, ¿cuál elegimos para el ordenador? ¿Es lo mismo?
Suspender el equipo
Suspender el equipo no es lo mismo que apagarlo. Al suspender, el ordenador sigue encendido pero consume muy poca energía, ya que solo se alimenta la memoria RAM para mantener abiertas las tareas que estabas haciendo. Así, cuando lo vuelvas a usar, todo estará como lo dejaste y se reactivará en segundos. Este modo ahorra energía y es ideal cuando dependes de la batería del portátil, especialmente si lo usas fuera de casa. No hay riesgo de perder información, ya que si la batería se agota, Windows guarda todo y apaga el equipo para evitar problemas.
La suspensión es útil porque puedes continuar rápidamente con lo que estabas haciendo, además de ahorrar energía cuando no estás usando el ordenador. Es una opción muy práctica para quienes pasan mucho tiempo frente al ordenador.
Entrar en hibernación
La hibernación funciona de forma diferente: aquí es el disco duro el que guarda lo que estás haciendo, no la RAM. En este modo, el equipo no consume energía, pero ocupa espacio en el disco. Aunque consume menos que la suspensión, también tarda más en reactivarse. Lo ideal es suspender si vas a estar fuera solo unos minutos, e hibernar si estarás fuera más tiempo, como varias horas o toda la noche.
Este modo fue diseñado para portátiles, donde el ahorro de batería es clave, aunque ahora muchos equipos han mejorado en este aspecto. En algunos casos, ciertos dispositivos conectados, como monitores o impresoras, pueden no funcionar correctamente al salir de la hibernación. Si eso ocurre, basta con desconectarlos y volver a conectarlos.
En el caso de que quieras suspender un portátil o una tablet en Windows, lo normal es que sirva con pulsar el botón de inicio/apagado. Sin embargo, si lo que queremos hacer es que el ordenador se quede en hibernación, debes llegar hasta el menú de apagado y ahí seleccionar esta opción.
Apagar el equipo
Apagar el equipo significa cerrar todos los procesos del sistema y cortar el suministro eléctrico a los componentes. En este modo no se consume energía ni queda ningún proceso activo. Debido a que se cierran y abren todos los programas en segundo plano, apagar y encender el equipo toma más tiempo que otros modos, como la suspensión o la hibernación.
Para apagar el equipo, solo necesitas ir al menú de Windows (ubicado en la barra de tareas) y buscar el botón de encendido o apagado. Allí verás opciones como «Apagar», «Reiniciar» o «Suspender», y simplemente seleccionas «Apagar». Esto puede variar un poco según la versión de Windows que estés usando.
¿Qué sistema es más seguro?
Entre las opciones de apagar, hibernar o suspender, apagar el equipo es el método más seguro, ya que lo desconecta completamente, evitando cualquier acceso no autorizado.
Entre hibernar y suspender, la hibernación es más segura. En modo suspensión, el equipo sigue activo, lo que lo deja más vulnerable, especialmente si está conectado a Internet. En cambio, al hibernar, la memoria se guarda en el disco y se detiene el acceso a la RAM, reduciendo riesgos. Si además se usa software de encriptación (SED o FDE), el equipo estará mucho más protegido. Aunque la suspensión es más rápida, la diferencia en velocidad con la hibernación se ha reducido, haciendo que este último sea una opción más segura sin tanto sacrificio en comodidad.
Por supuesto, lo que estás sacrificando es la comodidad que te proporciona la suspensión del equipo. Pero con el paso de los años la velocidad que ofrece este modo ha ido acortándose en su diferencia con la hibernación, así que tampoco debería ser un factor tan crucial.
¿Puedo usar el portátil con la tapa cerrada?
Ahora que ya conoces las diferentes opciones y alternativas que tienes para configurar opciones al cerrar la tapa de tu portátil en Windows 10, es posible que te preguntes si puedes utilizar tu dispositivo con la tapa cerrada. Ahora que ya hemos revisado las opciones de «hibernación», «suspender» y «apagar», pasamos a revisar esta otra alternativa, para la que tendremos que elegir la opción «no hacer nada» en la configuración de los ajustes de tapa, tal y como explicaremos a continuación.
Existen varios supuestos en los que puede interesarte utilizar el ordenador portátil con la tapa cerrada. Por ejemplo, si quieres dejar algún programa instalando o ejecutando y vas a marcharte un rato, pero quieres cerrar la tapa del portátil por privacidad, para mantenerlo más protegido o simplemente por seguridad si tienes tu ordenador en algún lugar con más personas o mascotas en casa. Cerrar la tapa es la mejor opción para proteger el dispositivo.
También es una alternativa interesante si estás jugando conectado a otro dispositivo, como por ejemplo tu televisión o viendo una película en otra pantalla. Asimismo, si siempre trabajas con una pantalla externa y no usas la del portátil, esta opción te permitirá cerrar la tapa para trabajar exclusivamente con la pantalla externa y tener menos distracciones.
A continuación te contamos cómo configurar este opción en tu dispositivo:
- En primer lugar debes ir al menú de inicio y entrar en «configuración».
- Después tendrás que ir a «sistema».
- A continuación debes elegir la pestaña de inicio/apagado y suspensión.
- En la parte derecha encontrarás la «configuración adicional avanzada». Tras hacer click encontrarás la ventana «opciones de energía», tal y como te habíamos explicado en los pasos anteriores.
- En la parte izquierda de la pantalla debes seleccionar «elegir la acción del cierre de la tapa».
- De entre las opciones, para poder usar tu ordenador con la pantalla apagada debes escoger «no hacer nada».
Es importante tener en cuenta si activamos esta función de la tapa del portátil que esto puede provocar fallos en los discos líquidos si lo guardas en alguna bolsa, porque la temperatura subirá y esto disminuirá la vida útil de tu dispositivo. Si va a usar este modo, hazlo únicamente en ocasiones puntuales y si no vas a transportar tu ordenador en mochilas o espacios cerrados.
Ver la pantalla en un monitor al cerrar la tapa
Para que se pueda ver la pantalla de nuestro portátil en un monitor externo y que cerremos la tapa y se siga viendo, debemos irnos a las Opciones de Energía que ya vimos líneas más arriba. Ahora debemos pulsar en Elegir la acción de cierre de tapa y veremos cómo salen las opciones que ya vimos hace un momento, aunque la que nos interesa es la Al cierre de la tapa, donde en este caso dentro del desplegable que sale con varias opciones, debemos elegir «No hacer nada», como vimos en el punto anterior, para que nuestro ordenador no se apague.
Os aconsejamos que esto lo hagáis en ambos casos, tanto en el caso de tener la batería como en el de tener la corriente alterna. Una vez que lo tengamos conectado, debemos configurar en Windows el monitor externo. Lo normal en los monitores de hoy en día es que lo detecte automáticamente y duplique la pantalla. Si no es así debemos:
- Hacer clic derecho en el escritorio y elegir Configuración de la pantalla.
- En esta pantalla podrás cambiar la orientación, el tamaño del texto y la resolución, pero lo que a nosotros nos interesa es seleccionar Escala y distribución.
- En el campo Varias pantallas elegimos duplicar estas pantallas, para que siempre se duplique la pantalla en el monito y aunque cerremos la tapa del portátil, esta siga encendido, tal y como le hemos marcado antes.
¿Es malo tener el portátil encendido con la tapa cerrada?
En este espacio vamos a tratar de resolver las dudas de si es malo o no tener el portátil encendido cuando la tapa se encuentra cerrada del todo. Debes tener en cuenta que esto se usará dependiendo de las necesidades de cada usuario, pues es un recurso my utilizado a día de hoy y los portátiles ya vienen perfectamente preparados para ello.
No obstante, la tecnología no es del todo fiable y los aparatos electrónicos pueden fallar en cualquier momento. Sea como fuere, vamos a comentarte cuáles son las ventajas y los inconvenientes del uso del portátil en modo encendido cuando bajamos la tapa.
Ventajas
En este apartado, los pros de dejar la pantalla reposar por unos momentos puede llegar a ser incluso beneficioso para mejorar la vida útil del portátil en aquellas situaciones en las que estés sin usarlo durante un gran periodo de tiempo. Por ejemplo, al realizar algún descanso cuando estás trabajando, puedes bajar la pantalla para que el portátil también se tome un respiro.
Por otra parte, la acumulación de polvo es muy importante y nunca está de más proceder a dejar el portátil cerrado cuando no requiera su atención. De esta forma, estarás ayudando a mejorar su eficiencia y durabilidad.
También puede ser una buena opción dejar la tapa del portátil cerrada cuando estés reproduciendo contenido en otra pantalla, como en una Smart TV donde has conectado el cable HDMI para ver una película, fotografías o vídeos. En este caso, no haría falta tener la pantalla del portátil abierta, porque ya lo estás visualizando en otro dispositivo.
Inconvenientes
Por lo general, pocos son los contras que hay que recalcar, pero el inconveniente más común será que gastes batería sin sentido, agotando más rápido los ciclos de la batería y gastando dinero en electricidad al tener que cargarlo más a menudo.
Una de las causas por las que podría estropearse nuestro portátil es que se nos olvide apagarlo al haber bajado la tapa. De esta forma, la batería estaría consumiéndose sin ninguna necesidad. Para ello, puedes poner el portátil en modo suspensión, así evitarás estos pequeños despistes.
Sin embargo, tener el portátil encendido con la tapa cerrada también puede ser perjudicial en casos extremos, pues puede calentarse en exceso si acumula calor y esto podría suponer un grave problema a la hora de mantener su rendimiento.