Con la configuración por defecto, al cerrar la tapa en un portátil con Windows 10 el equipo entrará en suspensión. Es un comportamiento bastante razonable y en muchos casos será la opción elegida, pero es posible cambiarla y hacer que al cerrar la tapa ocurran otras cosas diferentes.
Por ejemplo, puedes elegir que al cerrar el portátil entre en suspensión, se apague o que no haga absolutamente nada. Además, la configuración puede ser diferente si el ordenador está funcionando con la batería o conectado a la red eléctrica, algo que tiene mucho sentido que sea así.
Lo más habitual es que el portátil que usas, con Windows, se suspenda cuando cerramos la tapa. Automáticamente activa el modo suspensión y evita que estemos gastando energía de forma absurda si no lo necesitamos. Pero al volver a encender o al abrir la tapa todo sigue como estaba. Ahorramos energía y no perdemos lo que tenemos. Pero no tiene por qué ser siempre así y podemos evitar que se apague cuando lo cerramos.
Configurar comportamiento de la tapa de tu portátil
Como solemos decir siempre en estos casos, existen diferentes maneras a través de diferentes secciones, para configurar una misma herramienta o aplicación cuando trabajamos en Windows.
Desde el Panel de control
Si no estás conforme con el comportamiento de tu equipo al cerrar la tapa, vamos a ver, paso a paso, lo que debes hacer para cambiar esta configuración y así lograr que tu PC responda como más te convenga.
Para poder modificar los ajustes, lo primero que debes hacer es acceder a los ajustes de energía del ordenador.
- Ve al panel de control escribiéndolo en la barra de inicio
- Abre el panel de control en el ordenador
- Toca en la opción Hardware y sonido del menú de ajustes
- Busca y abre Opciones de energía
- En la barra lateral, escoge, Elegir la acción de cierre de tapa.
Allí podrás elegir el comportamiento que desees para cuando cierres la tapa de tu equipo. Una vez hecho esto te encontrarás con una serie de opciones, entre las que se encuentra lo que el ordenador debe hacer al presionar el botón de encendido/apagado y también la que nos ocupa, lo qué debe hacer al cerrar la tapa.
Verás una serie de opciones:
- No hacer nada
- Suspender
- Hibernar
- Apagar
Podrás elegir en el menú desplegable lo que quieras tanto si cierras la tapa y está funcionando con batería como si cierras la tapa de tu portátil con Windows y lo tienes enchufado a la corriente. Puedes elegir que se suspenda si está con batería o que no pase nada si está conectado y no te importa no ahorrar energía durante este tiempo. No deben ser iguales los ajustes en cada caso.
Al desplegarlo cualquiera de ellos encontrarás las opciones que están disponibles (no hacer nada, suspender, hibernar o apagar). Escoge en cada uno de los desplegables lo que quieres que haga y cuando lo tengas configurado pincha sobre Guardar cambios en la parte de abajo de la pantalla para que queden establecidos. Puedes seguir estos pasos siempre que lo necesites para cambiar la configuración si no te convence.
La opción más conveniente depende un poco del uso que hagas de tu ordenador. Si lo sueles utilizar conectado a una pantalla externa la opción lógica es escoger no hacer nada y así podrás cerrar la tapa para trabajar exclusivamente con la pantalla externa y tener menos distracciones. En cambio, si eres una persona que se mueve mucho y trabaja en varias ubicaciones a lo largo del día, elegir que el ordenador se suspenda puede ser una muy buena opción. Si deseas mantener la configuración, pero apagar o suspender el portátil, puedes presionar las combinaciones Alt + F4 y elegir cualquiera de las dos sin que esto afecte a posteriores cierres de la tapa.
Desde el menú Configuración
Si queremos acceder a la configuración de energía de Windows 10 para determinar cuándo entra en suspensión y cuando en hibernación tendremos que pulsar en Inicio y después en Configuración. Iremos a Sistema y después elegiremos Energía y suspensión.
Aquí podremos determinar los minutos u horas que deben pasar para que el equipo entre en Suspensión y después en Hibernación. Para configurar el comportamiento de la tapa del ordenador portátil para configurar estos aspectos pulsaremos en el enlace Otras opciones de energía.
Desde símbolo de sistema
Podemos utilizar comandos básicos de powercfg para configurar ciertos ajustes de energía del sistema y que es especialmente útil sobre todo para aquellos que usan ordenadores portátiles, ya que nos da acceso a ciertas configuraciones que no están disponibles desde la interfaz gráfica del sistema.
Estos son los comandos básicos para comenzar a familiarizarse con la herramienta y controlar tus planes de energía.
- powercfg /list. Nos muestra un listado con los planes de energía disponibles en el sistema.
- powercfg -setactive GUID. Establece como plan de energía en el sistema el que corresponda al GUI indicado. Ese GUID podemos copiarlo ejecutando el anterior comando.
- powercfg /delete GUID. Elimina el plan de energía correspondiente a ese GUID.
- powercfg -hibernate OFF. Desactiva la hibernación del sistema.
- powercfg -hibernate ON. Activa la hibernación del sistema.
- powercfg /energy. Analiza la eficiencia energética del equipo generando un informe en HTML.
- powercfg /batteryreport. Genera un informe sobre el estado de la batería de nuestro portátil.
- powercfg -change -hibernate-timeout-ac x. Ajusta las configuraciones básicas de potencia, donde x es el tiempo en minutos. Si ejecutamos powercfg -change -hibernate-timeout-ac 5, el pc hibernará en 5 minutos.
- powercfg /lastwake. Nos indica la causa por la que el equipo salió de estado de suspensión.
- powercfg /request. Indica la causa por loa que el equipo no entra en estado de suspensión.
- powercfg -devicequery consulta. Permite consultar si algunos de los dispositivos conectados al equipo son compatibles con los estados de suspensión.
Diferencias entre apagar, hibernar y suspender
Entre las cuatro opciones anteriores hay dos bastante obvias: no hacer nada y apagar. La primera mantendrá el ordenador tal y como está y la última lo apagará. Todos sabemos con claridad qué es apagar un ordenador o cualquier otro aparato. Pero puede que haya dos que no tengamos muy claras: hibernar o suspender, ¿cuál elegimos para el ordenador? ¿Es lo mismo?
Suspender el equipo
No, no es lo mismo. Cuando suspendemos el ordenador, que suele ser lo que está activado por defecto cuando cierras tu tapa, el dispositivo entre en un consumo mínimo. Se mantiene encendido con la energía suficiente para que la memoria RAM funcione, pero sin potencia para nada más. Lo que nos permite esta memoria RAM encendida es que cuando abrimos la tapa todo esté tal y como estaba.
Además, el modo suspensión, también conocido como Reposo, activaremos el equipo de forma mucho más rápida, en cuestión de segundos. Es una forma rápida y efectiva de ahorro de energía, especialmente útil cuando trabajamos fuera de casa y dependemos de la autonomía de la batería del portátil. Es un modo muy seguro, no debes preocuparte por una posible pérdida de información, ya que Windows, cuando detecta que la energía de la batería es mínima, guarda toda la información y el estado del equipo y lo apaga para no sufrir ningún problema por la falta de energía.
La razón para recurrir a esto es que, como decimos, puedes volver a utilizarlo de manera inmediata Al igual que ocurre con los procesos que estabas realizando y puedes ahorrar energía mientras no lo estabas utilizando. Se trata de una opción muy cómoda para las personas que se pasan mucho tiempo frente a su ordenador.
Entrar en hibernación
En el caso de la hibernación no es la memoria RAM la que almacena lo que haces sino el disco duro. En este caso la energía que consume es mínima y puede durarte mucho más tiempo encendido si esto es lo que te preocupa. Aquí no estás consumiendo energía, pero, en cambio, sí espacio en el disco. Consumirá menos en modo hibernación, conseguiremos ahorrar más energía que si suspendemos. La diferencia es que tardará más en cargar. Lo normal será que, si vas a ir a comer o vas a salir un momento, cuestión de minutos, suspendas. Si vas a pasar más tiempo fuera, como toda la tarde o la noche, lo aconsejable es hibernar.
Este modo de ahorro de energía se diseñó pensando en los ordenadores portátiles porque la dependencia de la autonomía de sus baterías es importante. Quizá cada vez menos porque los nuevos equipos están mejorando mucho en este aspecto. Por eso es posible que esta opción no la veamos en todos los ordenadores. Puede suceder que algunos de los componentes instalados en el ordenador (monitores, impresoras, escáneres, equipos multifunción, fotocopiadoras, etc.) no funcionen adecuadamente cuando restablezcamos el equipo desde el modo de hibernación (también puede suceder cuando hemos activado el modo suspensión), para ello tendremos que desconectarlos del ordenador y volverlos a conectar.
En el caso de que quieras suspender un portátil o una tablet en Windows, lo normal es que sirva con pulsar el botón de inicio/apagado. Sin embargo, si lo que queremos hacer es que el ordenador se quede en hibernación, debes llegar hasta el menú de apagado y ahí seleccionar esta opción.
Apagar el equipo
Este modo ha existido siempre, no solo en los ordenadores. Apagar es cerrar todos los procesos en el sistema operativo y después cortar el suministro eléctrico a todos los componentes. No se consume energía y ningún proceso está activo. Por eso tanto con el apagado como con el proceso contrario, el encendido necesitamos más tiempo que en los procesos anteriores, porque se tienen que cerrar y abrir todos los procesos que se ejecutan en segundo plano para que pueda funcionar el equipo de forma correcta.
En lo que se refiere a apagar el equipo, ya sabes que es lo más básico y lo que harás siempre, aunque la forma depende de la versión de sistema operativo que tengas. De todas maneras, debes ir al icono de Windows en la barra de tareas y visualizar un botón de encendido o apagado. Pon el ratón encima de ese icono y verás encendido/apagado. Tendrás que elegir apagar y ya está, aunque puede variar ligeramente según tu versión de Windows. Generalmente, veremos las opciones para cerrar sesión, suspender el equipo, para apagar o para reiniciarlo.
¿Qué sistema es más seguro?
Ya conoces las tres opciones a las que puedes recurrir: hibernar, suspender o apagar. Y te hemos comentado cuáles son sus ventajas y características para que puedas elegir. Pero, si te estás preguntando cuál de los métodos es más seguro, también te podemos dar información concreta. Así, no hay ninguna duda de que, como es lógico, el sistema de mayor seguridad es apagar el equipo. Con ello queda totalmente desconectado y no hay forma de acceder al sistema. ¿Y entre hibernar y suspender? Esa sí es una duda frecuente.
En este aspecto, hay que decir que el modo más seguro es el de hibernación. El problema con el modo de reposo es que el sistema se queda estático, al igual que su memoria, lo que expone al ordenador a sufrir problemas de seguridad, al menos si se encuentra conectado a Internet. Pero con el modo de hibernación el procedimiento cambia y lo que ocurre es que la memoria se reescribe en el punto en el que estuviera y el acceso a la RAM se paraliza. Si esto se combina con software especializado de tipo SED (Self-Encrypting Drives) o FDE (Full Drive Encryption), el nivel de seguridad aumenta de manera exponencial y el ordenador queda encriptado de una forma completa. Esa es, entre las dos opciones, la única manera de garantizar la máxima seguridad.
Por supuesto, lo que estás sacrificando es la comodidad que te proporciona la suspensión del equipo. Pero con el paso de los años la velocidad que ofrece este modo ha ido acortándose en su diferencia con la hibernación, así que tampoco debería ser un factor tan crucial.
Ver la pantalla en un monitor al cerrar la tapa
Para que se pueda ver la pantalla de nuestro portátil en un monitor externo y que cerremos la tapa y se siga viendo, debemos irnos a las Opciones de Energía que ya vimos líneas más arriba. Ahora debemos pulsar en Elegir la acción de cierre de tapa y veremos cómo salen las opciones que ya vimos hace un momento, aunque la que nos interesa es la Al cierre de la tapa, donde en este caso dentro del desplegable que sale con varias opciones, debemos elegir No hacer nada.
Os aconsejamos que esto lo hagáis en ambos casos, tanto en el caso de tener la batería como en el de tener la corriente alterna. Una vez que lo tengamos conectado, debemos configurar en Windows el monitor externo. Lo normal en los monitores de hoy en día es que lo detecte automáticamente y duplique la pantalla. Si no es así debemos:
- Hacer clic derecho en el escritorio y elegir Configuración de la pantalla.
- En esta pantalla podrás cambiar la orientación, el tamaño del texto y la resolución, pero lo que a nosotros nos interesa es seleccionar Escala y distribución.
- En el campo Varias pantallas elegimos duplicar estas pantallas, para que siempre se duplique la pantalla en el monito y aunque cerremos la tapa del portátil, esta siga encendido, tal y como le hemos marcado antes.
Otras formas de reducir el consumo energético
Ajustando bien el comportamiento de la tapa, tu portátil con Windows gastará mucho menos. Llegados a este punto, sabrás si te compensa más configurar el ordenador para que se suspenda o se hiberne al hacer ese gesto. Sin embargo, hay unos cuantos ajustes más que puedes establecer para ahorrar un poco más de energía y así alargar cada ciclo de batería:
- Saca rendimiento al modo economizador: además, del procesador, la pantalla es otro de los componentes que más batería consume de tu portátil. Por ese motivo, es interesante hacer que se apague cuando no la estamos utilizando. Lo ideal es configurar un periodo bajo, de unos cinco minutos. También podemos establecer una suspensión automática tras cierto periodo de inactividad.
- Limita el procesador: hay muchas formas de hacer que la CPU de tu laptop consuma menos. La más sencilla es desactivar el modo turbo (Turbo Boost si tienes un portátil con Intel). Esto se puede hacer desde el UEFI o con aplicaciones de terceros como ThrottleStop. Sin embargo, puedes limitar el procesador desde el propio Windows. Simplemente debes editar el plan de energía y establecer un porcentaje máximo en el apartado ‘estado máximo del procesador’.
- Utiliza la GPU integrada cuando funciones con batería: si tu ordenador tiene una gráfica integrada y otra dedicada, lo ideal es configurarlas para que la integrada funcione con batería y la dedicada cuando estamos conectados a la corriente. Esto dependerá fundamentalmente del uso que vayamos a dar al ordenador. Si lo quieres configurar así, puedes hacerlo desde el panel de control de la GPU dedicada. Ahí puedes elegir si quieres usar la tarjeta gráfica con batería o si prefieres utilizar la de bajo rendimiento y alta eficiencia del procesador en el caso de que la tengamos.
- Desactiva los servicios al inicio: hay muchos programas que no utilizas y que arrancan tan pronto como enciendes tu PC. Puedes evitar que esto ocurra deshabilitando el inicio automático del servicio asociado al programa dentro del Administrador de Tareas de Windows.
- Evita dejar dispositivos conectados: especialmente, si son USB. Algunos periféricos como los discos duros externos funcionan con la propia energía de la batería del ordenador. De ahí que, si no lo estás usando, lo ideal es desconectarlo.